jueves, 8 de octubre de 2020

 


¿Tomo en serio tu Palabra?

“Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella”. Deuteronomio 32:45-47

“Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Hebreos 4:11-13

Moisés a través de este cántico recitó las palabras de la ley de Dios una y otra vez, con el fin de animar a su pueblo a no olvidarla y ser firmes en buscar el rostro de Dios. La existencia de Israel dependía de la obediencia a la Palabra de Dios, que no es vana, es vida y tenemos que recordar que el creyente vive de toda palabra que sale de la boca de Dios, como dice Deuteronomio 8:3b “para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.

La Palabra de Dios no es algo trivial, sino que es cuestión de vida o muerte, porque obedecerla trae vida eterna, pero rechazarla trae muerte espiritual. Recordemos que Jesús es la Palabra de Dios hecha carne, como dice Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Siempre tenemos la opción de escoger.

Si hago la Palabra de Dios parte vital de mi vida, debo dedicar regularmente un tiempo para estudiar y conocer a Jesucristo a través de ella. Entonces descubriremos toda la sabiduría de Dios para vivir conforme a lo que Él quiere. El profeta Isaías le oyó decir a Dios que la Palabra que salía de su boca no sería nunca ineficaz, sino que realizaría aquello para lo que Él la destinaba. (Isaías 55:11).

Así como al pueblo de Israel, se nos hace una advertencia en el libro de Hebreos donde se nos dice que nos esforcemos por entrar en el reposo o en la paz de Dios que ofrece a través de Jesucristo, porque la Palabra de Dios está llena de vida y es efectiva para escudriñar y descubrir lo más oculto de nosotros, y para discernir nuestros pensamientos y las intenciones del corazón, porque nada está escondido a los ojos de Dios y a Él debemos rendirle cuentas algún día y nos da la opción de vivir para Él.

Si la Palabra de Dios es un tema vivo para las personas de todos los tiempos, ¿qué lugar ocupa ella en nuestro corazón? ¿Ya tomaste la decisión de aceptar a Cristo como tu Señor y Salvador?  Oración.

«Amado Dios, gracias por tu Palabra que no es solamente un libro que se puede leer y estudiar, sino que es tu Palabra viva que debo poner por obra, que siempre me escudriñará y pondrá a prueba mi existencia terrenal y mi vida espiritual, enfrentándome contigo tal como soy, porque conoces lo más secreto de mi corazón, y tarde o temprano tengo que enfrentarme a tu mirada Señor y elegir qué es lo mejor para mí. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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