viernes, 1 de febrero de 2013

Una obligación con Dios


Una obligación con Dios

A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

Romanos 1:14

Un joven me preguntó una vez qué me motiva a estudiar semana tras semana. Le dije que a veces los pasajes bíblicos son tan estimulantes que no puedo esperar a que llegue el domingo para predicar. Pero luego hay otras veces en las que lucho contra las prioridades que desplazan mi tiempo de estudio, y entonces mi ministerio no parece tan emocionante. Tengo en realidad que abrirme paso a través de esos tiempos porque sé que tengo una deuda con Dios.

¿Qué sucede si veo que hay una casa incendiada, y las personas que están dentro no saben lo que está ocurriendo? No puedo pararme en la esquina y preguntarme si vale la pena que se salven. Como tienen necesidad y yo tengo la información que puede salvarlos, estoy obligado con ellos.

Si usted participa en el servicio cristiano solo cuando le gusta hacerlo, no ha aprendido la clase de servicio que Pablo describió en el versículo de hoy. Cuando se enfrenta a un tiempo difícil en el servicio a las personas, a veces de lo único que puede depender es de su obligación con Dios.    Deseoso de servir

Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

Romanos 1:15

¿Se siente feliz y entusiasta al cumplir la responsabilidad que Dios le ha encomendado? Como se puede decir, según el versículo de hoy, que fue la actitud de Pablo. Estaba dedicado por completo a hacer la obra del ministerio. Nunca su propia vida fue lo más importante. La vida tenía un solo propósito para él, y era el hacer la voluntad de Dios. Siempre estuvo deseoso de predicar.

Pablo era como un caballo de carreras en el portalón o un corredor de carreras cortas en el punto de partida, esperando ganar la victoria. Dios tenía que sujetarlo de vez en cuando porque estaba demasiado deseoso de correr. ¿Está deseoso de servir? ¿Es esa la clase de servicio que usted presta o algunos tienen que aguijonearlo con toda su fuerza para hacer que participe? Si su servicio a Cristo es de todo corazón, entonces estará deseoso de servir.   La clave para el crecimiento espiritual

Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

2 Pedro 3:18

El crecimiento espiritual no es místico, sentimental, devocional ni psicológico. No es el resultado de alguna fórmula ingeniosa. Es sencillamente el igualar su práctica con su posición.

Como creyentes, nuestra posición en Cristo es perfecta: Estamos completos en Él (Col. 2:10); tenemos todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad (2 P. 1:3); y hemos recibido todas las bendiciones espirituales (Ef. 1:3). Pero ahora tenemos que progresar en nuestra vida diaria de una forma que corresponda con nuestra exaltada posición.

El versículo de hoy presenta el concepto más importante en la comprensión y la experiencia del crecimiento espiritual. El dar gloria a Dios está directamente relacionado con el crecimiento espiritual. Por lo tanto, es esencial que comprendamos lo que significa glorificarlo.