miércoles, 26 de enero de 2011

INMUTABILIDAD DE DIOS.4


INMUTABILIDAD DE DIOS.Malaquías, el profeta está advirtiendo a la nación de Israel de la venida de la ira de Dios. Habla tanto de Juan el Bautista y de Jesús, el Mesías (3:1). El día de Su venida será un día de ira y también será un día de liberación y de salvación. Nadie podrá soportar el día de Su venida, apartados de la gracia divina (versículo 2) y aún así, de alguna manera Israel será purificada y sus sacrificios y adoración serán gratos a Dios (versículos 3-4). Dios acercará a Su pueblo para juzgarlo (versículo 6). En medio de estas palabras de advertencia y consuelo, Jehová habla de Su inmutabilidad, siendo ésta la razón por la cual el pueblo no fue consumido en el juicio divino (versículo 6).
Qué ironía cuando comparamos este texto con 1 Samuel 15:29. La „esperanza‟ de Samuel estaba en la posibilidad que Dios pudiera cambiar y no llevar a cabo las consecuencias del pecado de Saúl. La profecía de Malaquías, nos dice todo lo contrario. Al igual que Saúl, Israel ha pecado y el juicio divino es una realidad. La inmutabilidad de Dios significa que Dios seguirá con el juicio. También significa que Dios seguirá adelante con Su promesa de salvación. ¿Cómo se puede encontrar consuelo y estar seguros de la salvación si también se nos asegura que seremos juzgados? La respuesta es simple cuando se observa desde la perspectiva de la cruz de Cristo. El juicio cierto de Dios, cayó sobre Su Hijo Jesucristo y así, por tener fe en Él, los hombres son salvos de sus pecados y de la ira de Dios. Nuestra esperanza no está en desear que Dios no siga adelante castigando el pecado; nuestra esperanza está en la certeza que en Cristo, Él ha juzgado el pecado de la carne, una vez y para siempre, de manera que seamos salvos.