miércoles, 7 de febrero de 2024

La gracia de Dios es suficiente

 

La gracia de Dios es suficiente


“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” 1 Timoteo 6:6-8

“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:16-17

Muchos sienten que para estar felices, completos o satisfechos en la vida les faltaría alcanzar algo más, tal vez una tele nueva, un carro, una casa más grande, viajar, conocer el mundo, hablar muchos idiomas, leer muchos libros, cambiar de profesión, conseguir un nuevo trabajo, lograr esa especialización, o tener una empresa propia. De otra forma hay quienes no estén satisfechos con ellos mismos y querrán tener un mejor cuerpo, una mejor sonrisa, una nariz respingada, unos músculos marcados o unos ojos claros. Otros menos afortunados pensarán que para ser felices solo les faltaría tener para cenar esta noche, salir del hospital, de la prisión, recuperar sus hijos, su matrimonio, etc. Parece ser que en estos tiempos nada nos satisface, siempre queremos más.

Como cristianos a veces ignoramos que la única cosa verdaderamente importante y trascendente en la vida de los seres humanos ya la tenemos y se llama en términos teológicos “la gracia de Dios”, la gracia es la forma mediante la cual Dios nos redime y renueva, salvando a los pecadores y restaurando la creación a través de la obra de Cristo y por el poder del Espíritu. La gracia de Dios nos salva del pecado y la muerte eterna y nos pone en una correcta relación con Dios. Es gratuita e inmerecida y nos asegura todas las bendiciones espirituales en Cristo Jesús.

No menospreciemos el regalo de la gracia de Dios, seamos agradecidos sabiendo que su gracia es más que suficiente para vivir en esta tierra. La mejor manera de ser agradecidos es vivir en la voluntad de nuestro Dios aceptando primeramente el regalo de su amor mediante la fe en Jesucristo y permaneciendo en su palabra, porque todo pasará, pero su voluntad y su gracia permanecerán para siempre.   Oración.

«Padre de la gloria permíteme vivir en tu voluntad, disfrutando cada minuto de tu gracia. Quiero vivir en el contentamiento de saber que contigo no me hace falta nada. Amén.