miércoles, 18 de diciembre de 2024

Voto o promesa a Dios


Voto o promesa a Dios

“E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.” Génesis 28:20-22

La Palabra de Dios en Eclesiastés 5:4-5 dice “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.” Realmente para nosotros, decir que le vamos a hacer una promesa a Dios porque tenemos la capacidad de cumplirla, a cambio de algo que le estamos pidiendo o deseando, es en verdad una apresurada insensatez.

El contexto del voto que Jacob le hace a Dios, es un sueño que él tuvo donde Dios le hace una promesa diciéndole que lo va a bendecir junto con su descendencia y que va a estar con él en el viaje que Jacob estaba emprendiendo, y le dice “Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.” Génesis 28:14-15. Y entonces Jacob, creyendo en lo que había escuchado de Dios, y en señal de agradecimiento, lo que hace es buscar la manera de poder retribuir o corresponderle a Dios por tal bendición, pues lo que le promete que le daría, no lo podría hacer si el Señor primero no le proveyera.

En efecto, la bendición que Dios prometió a Abraham, Isaac y Jacob se cumplió, llegando a ser benditas en su simiente que es Jesucristo, todas las familias de la tierra “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,” Efesios 3:14-15. Para que así, todos los que hoy creemos en Jesús como nuestro Señor y Salvador, recibamos todas las promesas de Dios escritas en su Palabra, una de ellas y quizás la más importante es la que se encuentra registrada en Gálatas 3:14 que dice “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” El Espíritu, la persona que nos unge y empodera para que en su fuerza prometamos y cumplamos a Dios, serle fiel y corresponderle a su inagotable amor, guardando su Palabra y haciendo su voluntad.    Oración.

«Padre, lo más comprometedor que yo te puedo ofrecer, es el anhelo de mi corazón por agradarte y serte fiel en todo, pues sé que es tu voluntad que permanezca en ti y guarde tu Palabra, porque para ello me has enviado a tu Espíritu Santo; así que, confió en ti que a través de Él obrarás lo que quieres para mí, por Jesucristo mi Señor y Salvador, amén.