martes, 29 de marzo de 2022

Comunión en acción

 

Comunión en acción


“para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:21

“Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:6-7

Para que el mundo crea en Jesús, nosotros los creyentes debemos mostrar comunión unos con otros.

La comunión se define como la participación mutua y viva en la verdad del evangelio que nos fue anunciado; cuando creímos en el mensaje anunciado pasamos a tener una relación personal con Dios, es decir, cuando nos anunciaron el evangelio de salvación por medio de la fe en Cristo y creímos, fuimos colocados espiritualmente como miembros de su cuerpo y unidos por el Espíritu Santo que nos fue dado (1 Corintios 12:12-13). Este hecho lo reafirma la escritura cuando dice que: “lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3).

Entonces, por la fe tenemos comunión con Dios y con los creyentes, una comunión espiritual, que se ve impactada directamente en nuestra relación con otros miembros del cuerpo de Cristo.

Estamos llamados, por lo tanto, a manifestar nuestra comunión con Dios amándonos unos a otros e imitar a las primeras comunidades cristianas que nos dieron buen ejemplo de comunión, como lo cuenta Hechos en el capítulo cuarto: “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”. (Hechos 4:32)

No solo era una preocupación por temas espirituales que deben ser prioridad, sino en temas de la vida diaria pues la comunión también consiste en tener cuidado, preocuparse los unos por los otros e inicia con cosas sencillas como una llamada. Para colocar en práctica la comunión con nuestros hermanos en la fe, reflexionemos: ¿Cuándo fue la última vez que llamamos a un hermano para saber cómo estaba o cómo se sentía?  Oración.

«Padre, me colocaste en la iglesia como miembro del cuerpo de Cristo para tener comunión con mis hermanos en la fe, ayúdame por tu Espíritu a colocar en acción el amor hacia ellos y guíame a ser sensible a sus necesidades espirituales, emocionales y materiales. En el nombre de Jesús. Amén.  Am Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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