jueves, 11 de junio de 2009

3.- EL DEDO DE DIOS ABRE LOS OÍDOS: desata


3.- EL DEDO DE DIOS ABRE LOS OÍDOS: desata

Marcos 7:32 Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él. (7:33) Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; (7:34) y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo*: ¡Effatá!, esto es: ¡Ábrete! (7:35) Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad.

El dedo de Dios abre los oídos, muchos escuchan los mensajes pero no los pueden oír porque sus oídos están cerrados.- El dedo de Dios entra a nuestros oídos y los taladra, para que podamos escuchar y entender la palabra que viene de EL, porque dice la Biblia...LA FE VIENE POR EL OIR…
Marcos 7:32-34 habla de un sordo que hablaba con dificultad y el dedo de Dios le abre los oídos y le desata la lengua para que escuche y hable también.

A Zacarías le cumplieron la petición de su corazón, tener un hijo, pero le dicen te quedaras mudo durante los nueve meses del embarazo de tu esposa Elizabeth…Lucas 1:13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elizabeth te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan. (1:14) Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. (1:15) Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. (1:16) Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. (1:17) E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto. (1:18) Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada. (1:19) Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. (1:20) Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.

Note que la incredulidad puede atar a nuestra lengua, el Dedo de Dios es el Espíritu Santo que nos toca para oír, creer y confesar victoria.- Aprendamos a desatar nuestra lengua y amarrémonos a las bendiciones de que Dios tiene para nosotros.