viernes, 27 de noviembre de 2020

En medio de la dificultad, alaba a Dios - Parte 1

 

En medio de la dificultad, alaba a Dios - Parte 1


“Pacientemente esperé al SEÑOR, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor. Me hizo subir del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto y temerán, y confiarán en el SEÑOR.” Salmo 40:1-3

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” Salmos 42:11

En medio de la prueba, enfermedad, dificultad financiera, o cualquier situación que nos lleve al extremo de nuestra fuerza, la alabanza a Dios, será nuestro consuelo, nuestra forma de recordar lo que Dios es y lo que puede hacer por nosotros.

Con la alabanza, nuestros pensamientos recuerdan lo grande que es Dios, nuestra voluntad se dispone a confiar en Él, aun nuestras emociones y sentimientos encuentran la calma, para que podamos, a pesar de lo malo que estemos pasando, resistir y esperar pacientemente que Dios venga en nuestra ayuda.

También, en medio de la alabanza, agradecemos a Dios por todos sus favores para que no olvidemos ninguna de las cosas buenas que Él nos da, pues perdona todos nuestros pecados, nos sana de todas nuestras enfermedades y rescata nuestra vida de la muerte (Salmo 103:1-5).

Esta es la manera de demostrar que confiamos en Dios, cuando en medio de la noche más oscura esperamos en actitud de alabanza, de agradecimiento. Una vez que Él viene en nuestra ayuda, cuando nos saca del pozo de la desesperación, del lago cenagoso, de la enfermedad o la dificultad, lo alabamos con más fuerza, con un corazón agradecido y exaltamos su nombre, sabiendo esto: que todo lo que nos ocurre es para su gloria y para su honra, para que muchos vean el poder de Dios a través de lo que nos pasa y confíen en Él.  Oración.

«Señor, en medio del problema, de la enfermedad o de cualquier tormenta, en ti pondré mi confianza y te alabaré, por tu grandeza y gran amor; en ti esperaré mientras dure la noche oscura, porque vendrá en la mañana tu renovada y esperada misericordia. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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