sábado, 29 de mayo de 2021

Lo que tengas es suficiente para Dios

 


Lo que tengas es suficiente para Dios

“Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas”. 2 Reyes 4:2-3

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. Marcos 11:23

“Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” Mateo 6:6

Recordemos un poco esta historia en el Antiguo testamento, cuando el profeta Eliseo va donde una viuda que había quedado muy endeudada cuando su esposo murió, y estaba muy angustiada porque en ese entonces el acreedor se llevaría a sus dos hijos como siervos, ella acude al profeta Eliseo para que le ayude. Él le da una respuesta un poco inusual: “Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa”. “Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite”.

El profeta le da la orden de conseguir con sus vecinos muchas vasijas vacías y que luego, se encierre con sus hijos y empiece a llenar una a una todas las vasijas con el aceite que tiene. Cuando empezó a hacerlo en obediencia, el aceite comenzó a fluir y no cesó hasta que todas las vasijas estuvieron llenas. Esto debe dejarnos una gran enseñanza: Dios actúa y hace milagros en vasijas completamente vacías.

Preguntémonos entonces: ¿por qué a veces, a pesar de orar, no recibimos respuestas? Porque necesitamos vaciarnos de autosuficiencia, porque no podemos resolver el problema por nosotros mismos, de incredulidad, porque dudamos de lo que Dios es capaz de hacer en favor de nosotros; librarnos de prejuicios, de impaciencia, de miedos, y de todas esas actitudes que impiden que el Señor realice milagros en nuestra vida. A veces estamos tan llenos de tantas cosas que no hay espacio para que Él intervenga. Toda nuestra estrechez está en nosotros mismos, lo que falla es nuestra fe, no sus promesas.

Recordemos lo que dice Efesios 3:20 “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. Dios es suficiente para llenarnos, por eso tengamos cuidado de no limitar sus bendiciones por nuestra falta de fe y por la desobediencia.

Al Señor Jesús sólo le bastaron cinco panes y dos peces para alimentar una multitud. Su poder se desata cuando tenemos fe, cuando aprendemos a caminar, no bajo las circunstancias, sino bajo su gracia y lo único que necesitamos hacer es entregarle todo lo que tenemos y lo que somos, siendo obedientes. Entonces tendremos suficiente aceite, en otras palabras, tendremos la plenitud de Cristo en nuestra vida.   Oración.

«Señor Jesucristo, sin fe es imposible agradarte, por eso quiero entrar en lo secreto de tu Presencia para pedirte que quites mi autosuficiencia, incredulidad, temor, y todas esas actitudes que impiden que tú obres milagrosamente en mí, ayúdame a confiar en tus promesas y a obedecer tu Palabra. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.