sábado, 29 de junio de 2024

Corresponder al amor de Cristo con el fruto del Espíritu

 


Corresponder al amor de Cristo con el fruto del Espíritu

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” 2 Corintios 13:14

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23

Contar con la ayuda del Espíritu Santo es esencial para corresponder al amor de Cristo, y podemos contar con su ayuda teniendo comunión con Él, por eso el apóstol Pablo termina 2 Corintios 13:14 motivándonos a la Comunión, pues en la intimidad con Dios por medio de la comunión con el Espíritu es que conoceremos más la gracia de nuestro Señor Jesucristo y el amor de nuestro Padre Dios.

Ahora bien, en la intimidad con Dios, en esa comunión con el Espíritu Santo se produce algo maravilloso en la vida del creyente: el fruto del Espíritu, pues al igual que un matrimonio necesita de intimidad para producir el fruto del vientre, nosotros los creyentes también necesitamos intimidad para que Dios produzca en nosotros ese fruto, eso fue lo dicho por el Señor Jesucristo en Juan 15:5.

Ese fruto que se produce en la comunión y que se describe en Gálatas 5:22-23, es el que nos permite también tener una correcta relación con Dios, con los hombres y con nosotros mismos, pues sus tres primeras características son ese regalo de Dios que nos llenan de plenitud, pues traen a nuestra vida ese amor tan anhelado y buscado por el hombre, esa tranquilidad interior que todo ser humano busca y esa alegría que todos queremos tener, y nos permiten relacionarnos correctamente con Dios, las siguientes tres características nos permiten tener paciencia, gentileza y bondad con nuestros semejantes, ayudándonos en el trato interpersonal, y las últimas tres nos ayudan personalmente pues nos dan fe, humildad y dominio propio.

Por eso hermanos, busquemos la intimidad con Dios por medio de la comunión con el Espíritu Santo a través de la oración, la lectura de la palabra y la obediencia, para ver en nuestras vidas ese fruto que nos lleva a corresponder al amor de Cristo y también nos ayuda a compartir efectivamente de su amor.   Oración.

«Espíritu Santo llévame a tu intimidad y produce tu fruto en mi vida. Amén.