martes, 26 de marzo de 2024

El amor a los padres

 


El amor a los padres

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.” Efesios 6:1-3

“Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.” Proverbios 23:22

La honra a nuestros padres es un mandamiento que no tiene condiciones ni motivos de exoneraciones. El Señor Jesús nos lo enseña adecuadamente cuando vemos en su vida que obedeció total e incondicionalmente a su Padre Celestial, y honró maravillosamente a su madre terrenal; sus palabras en Juan 6:38 fueron «Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Y en Juan 19:26-27 encontramos que “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.”

Una manera de llevar esto a la práctica en nuestra vida, es identificar el tipo de relación que hoy tenemos con nuestros padres, pues existen dos opciones, la primera es estar bajo su autoridad, que aplica para los menores de edad o que aún viven o dependen de sus padres, y la segunda, no estar bajo su autoridad, que cobija a aquellos que como dice la Escritura, ya dejaron a padre y madre y ahora están conformando un nuevo hogar. Sin embargo, independientemente de la posición en la que estemos, y como decíamos al inicio, el mandamiento es que siempre los honremos. Entonces, la principal honra de aquellos que aún están bajo autoridad, es la obediencia; y la honra de aquellos que hoy están en un nuevo hogar, es la manifestación de atención, cuidado, oración, provisión, gratitud, paciencia, aprecio, respeto y todo tipo de amor.

El amor no hace mal a nadie, entonces cuando nos decidimos a amar, nos estamos sometiendo primera y supremamente a la autoridad de nuestro Padre Celestial, que finalmente es la que nos llevará a tener una correcta y amorosa relación con los demás a nuestro alrededor, tal como lo evidencia el ejemplo de Jesucristo nuestro Señor.  Oración.

«Bendito Dios, gracias por mis papás terrenales, gracias por amarlos, cuidarlos y guardarlos; gracias por el entendimiento y la humildad que me das para poder honrarlos en todo tiempo. Te pido que me permitas continuar aprendiendo de tu maravilloso amor, para que al practicarlo impacte positiva y poderosamente la vida de cada persona que has puesto a mi alrededor, por Jesucristo, mi Señor, amén.