sábado, 20 de junio de 2020

Ningún temor es mayor que la salvación que tú das


Ningún temor es mayor que la salvación que tú das

“He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí”. Isaías 12:2
“Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron”. Josué 6:20
“Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis. Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel”. Josué 6: 22-23
Isaías dice: “Miren, Dios ha venido a salvarme, confiaré en Él y no tendré temor”. Qué seguridad tan grande la de Isaías, por eso el Señor es su fuerza, su canción y el que le da la victoria. La seguridad del profeta está en el Señor y sabe que el único que salva es Dios.
Lo vio el pueblo de Israel cuando salió de Egipto y Dios abrió el mar Rojo ante sus ojos para que pasaran en seco y todo el ejército del Faraón fuera destruido; lo vio Noé cuando construyó el arca y él y su familia no perecieron ahogados. Esta misma seguridad se apoderó de Rahab la ramera cuando protegió a los espías de Dios para que no los mataran, y ellos le prometieron protegerla a ella y a su familia el día que se tomara Jericó. Confió en sus palabras, Dios era su refugio seguro y lo supo cuando toda la muralla cayó y ella junto con su familia fue rescatada y resguardada. Lo vio Pablo cuando el barco donde iba naufragó y confió en las palabras del ángel que le dijo que ninguno moriría y ese día se salvaron 276 personas.
¿Es Dios nuestra salvación? Si es así, es porque hemos entendido que la salvación tiene que ver con la eternidad y ningún temor puede gobernarnos cuando Él camina con nosotros. Dios es nuestra confianza. Si nuestro corazón está seguro en Él, es porque nos ha llenado de su paz y ninguna otra paz es permanente, ni sobrepasa nuestro entendimiento, ni está sobre todas las circunstancias.
Frente a las adversidades de hoy ¿dónde has puesto tu confianza?    Oración.
«Amado Jesús, mi seguridad en ti es más profunda y firme cada día, tu paz es real, tu gozo me llena, tu misericordia me alcanza, tu justicia se manifiesta y tu salvación me sostiene, por eso Señor, todo puede caer alrededor de mí como las murallas de Jericó y no temeré porque en ti estaré confiado, nada puede tocarme ni destruirme porque estás a mi lado. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.