viernes, 25 de mayo de 2018

HACIA LA META DEFINITIVA


HACIA LA META DEFINITIVA.

La meta definitiva de todo cristiano es el Reino Eterno de Dios. No sabemos cuánto tiempo permaneceremos “aquí” en la tierra; por eso, es importante no perder la visión de nuestro destino.

¡Vamos de paso!
¡Estamos en tránsito!
¡Prosigamos hacia la meta!

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”
Colosenses 3:1-4


Pongámonos bajo la disposición total de Dios para que nos indique por donde ir y hacia dónde ir; para que nos conduzca y nos abra aquellas puertas que deben ser abiertas, y nos cierre aquellas que deben permanecer cerradas.

“Encomienda al Eterno Dios tu camino,
 Y confía en él; y él hará”
Salmo 37:5

Mucho cuidado con estancarnos, desviarnos o retroceder ante los diversos obstáculos que se nos presenten, necesitamos mucha firmeza y determinación para enfrentarlos.      Mucho cuidado con las trampas que nuestros oponentes nos han colocado en el camino; pidámosle a Dios que nos ayude a identificarlas y evadirlas.

“Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos”
Salmo 119:10




PROSIGAMOS HACIA LA META DEFINITIVA.

Manteniéndonos firmes en los lineamientos establecidos en la Palabra de Dios.

Sembrando ininterrumpidamente la Palabra de Dios mientras dure nuestro trayecto.

Descansando en la cobertura continua de Dios en donde estemos o vayamos.

“Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
Filipenses 3:14