¿Te ven a ti o ven a Jesús en ti?
Llegamos al final de la semana, Amigo/a, mi anhelo es que
hayas sido tan bendecido y edificado como yo. Mientras miramos hacia adelante,
quiero dejarte una invitación especial: vive de una manera que honre al Señor
en todo lo que hagas.
Su palabra nos dice en Colosenses 1:10 (RVR1960): "Para
que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda
buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios."
En otras palabras, Pablo nos anima a vivir de acuerdo con
nuestra fe. Si digo que sigo a Jesús, entonces mis acciones deben reflejar su
carácter.
El término “andar” hace referencia a nuestro estilo de vida:
cómo vivimos cada día, cómo tomamos decisiones y cómo nos relacionamos con los
demás. Significa buscar Su voluntad en todo lo que hacemos, dejando que nuestra
fe guíe cada paso.
Cuando vivimos así, comenzamos a dar frutos. Estos frutos son
el resultado visible de una fe viva: buenas obras que nacen del amor de Dios en
nosotros. Actuar con amor, generosidad, perdón y paciencia no es un esfuerzo
aislado, sino la consecuencia natural de un corazón lleno de Cristo. Cuando Él
habita en nosotros, se nota.
Amigo/a, recuerda el propósito de nuestra fe: no solo conocer
a Dios, sino vivir de forma que Él se refleje en ti. Esta verdad me ayudó a
comprender mejor lo que significa vivir conforme a lo que creo.
Por eso, te animo a rendir tu vida a Dios cada día. Acércate
más a Él mediante la oración, la meditación en Su Palabra y la obediencia.
Cuanto más lo conoces, más lo amas… y más deseas vivir como Él.
Pido a Dios que tu vida sea instrumento de Su amor para
impactar al mundo.
No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!