Dios me sostendrá
“Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el
lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán, y tomemos
de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo:
Andad. Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo
iré. Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera.
Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el
agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! El varón de Dios
preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo
echó allí; e hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo
tomó”. 2 Reyes 6:1-7
En los días del profeta Eliseo había una escuela preparatoria
para los profetas, había crecido tanto que los alumnos le dijeron a Eliseo que
la ampliara con la ayuda de ellos. Cada uno hizo su trabajo y el profeta los
dirigió. Uno de sus alumnos perdió un hacha que era prestada, con la ayuda de
un palo que Eliseo empleó, el hierro salió a la superficie y el joven la
rescató. Preguntémonos: ¿qué tiene que ver esto con la vida espiritual?
Muchas veces en nuestra vida suceden cosas que para nosotros
son importantes, pero para otros quizás no; y por eso, no les interesa por lo
que estamos atravesando y nos encontramos solos enfrentando una situación. En
este pasaje vemos que Eliseo sí estaba prestando atención al problema del
muchacho que estaba preocupado, fue al único que le preguntó ¿dónde cayó el
hacha? Es quizás la pregunta que Jesús nos hace hoy, porque esa hacha
representa una situación que nos preocupa. Digámosle a Dios donde está, porque
Él está atento a lo que nos ocurre, sabe qué tenemos en mente y por lo que
estamos orando. Lo importante no es que nos pregunte cuál es nuestra
preocupación, porque Él lo sabe todo, sino que entendamos que está a nuestro
lado. 1 Pedro 5:7 dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él
tiene cuidado de vosotros”. Y el salmo 55:22 dice: “Echa sobre Jehová tu carga,
y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”. Dios nos sostendrá,
no permitirá que caigamos y quedemos abatidos.
Dios hizo un milagro a través de Eliseo cuando tomó el palo y
lo tiró donde había caído el hacha, el hierro flotó, algo que no es natural.
Fue un milagro de poder que nos recuerda, que lo que nosotros no podemos hacer
Dios sí lo puede hacer. Lo que empieza con un contratiempo, Él lo transforma en
bendición.
Pensemos que esa situación, esa enfermedad, ese desafío, ese
faltante, será la plataforma para que el Señor a través de nuestra vida muestre
su poder. Oración.
«Amado Dios, muestra tu poder en medio de mis circunstancias
difíciles, aumenta y fortalece mi fe, eres Todopoderoso y todas esas
dificultades van a salir a flote y las vas a resolver. Eres el que puede hacer
lo imposible. Gracias por entenderme y estar a mi lado incondicionalmente, en
el nombre de Jesús, amén.