viernes, 17 de junio de 2022

Excelencias de la sabiduría - Parte 1

 

Excelencias de la sabiduría - Parte 1


“Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros” Proverbios 2:1-4.

El Señor a través de las Escrituras nos revela dos claves importantes, recibir y guardar su palabra para llegar a experimentar las excelencias de la sabiduría. Dos claves que sin duda alguna, personajes como Abraham supieron implementar. ¿Recuerdas el momento en el que Dios le pide que sacrifique a su único hijo Isaac a quien él amaba? Si observamos su respuesta veremos cómo Abraham no solo recibió, aceptó, acogió la orden dada por Dios; sino también cómo guardó de manera intacta, sin alteración, el mandato del Señor; pues sin dudarlo obedeció, sin importar sus propios razonamientos, ni sus sentimientos, pues sujetó su voluntad humana a la voluntad de Dios (Génesis 22:3).

Todos nos asombramos ante la respuesta de este gran hombre, pero nos hemos preguntado ¿por qué Abraham recibió, guardó y obedeció lo dicho por Dios sin dudar, sin refutar, sin titubear? Y la respuesta es porque Abraham creía en Dios porque le conocía; y podía decir que le conocía porque tenía una relación de amistad con el Señor y sabía que si Dios le estaba haciendo esta petición de entregar en sacrificio a Isaac, tendría un propósito; pues él estaba seguro que Dios le amaba y porque le amaba sabía que Él no lo conduciría a planes de calamidad, sino de bienestar. Pero también Abraham conocía que Dios es un Dios proveedor, capaz de dar un cordero para el sacrificio (Génesis 22:8), y aun cuando eso no sucediera y el sacrificio se llevara a cabo, sabía que Dios era Poderoso para hacer resucitar a Isaac aun de entre los muertos (Hebreos 11:19)

Con este ejemplo podemos ver el problema que muchos de nosotros enfrentamos en la actualidad y es que nos cuesta recibir (aceptar) y guardar (sin modificar) lo que Dios nos dice en su palabra porque no le conocemos. Así que hoy el Señor nos está llamando a que dediquemos tiempo en conocerle a través del estudio de su palabra, en la congregación, en nuestros tiempos de devocional, porque si conociéramos quien es Dios y quien es el que nos está diciendo “recibe y guarda mi palabra”, entonces sin titubear lo haríamos y Él sin duda alguna nos conduciría a experimentar, como Abraham, las excelencias de la sabiduría, a entender el temor de Jehová (respetar su autoridad) y hallar el conocimiento de Dios; excelencias que veremos en el siguiente devocional. Oración.

«¡Señor! Sé que tú me hablas a través de tu palabra, pero hoy medito en: ¿la he recibido y guardado correctamente? Examina mi corazón Dios y permíteme conocer si lo estoy haciendo fielmente. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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