lunes, 1 de abril de 2019

LA LIBERTAD


LA LIBERTAD DE SU PALABRA
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Lucas 4:18-21
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1
Sin Cristo en nuestro corazón estamos cautivos y oprimidos. Pues vino a liberarnos radicalmente, sólo Él tiene el poder para hacerlo en verdad (Juan 8:36). Pues fácilmente muchas cosas nos pueden hacer esclavos, pero estando en Cristo, no dejaremos que nada nos domine, (1 Corintios 6:12). La herramienta principal que tenemos para experimentar esa libertad es su Palabra, porque podemos andar con toda libertad si seguimos y cumplimos sus enseñanzas. (Salmos 119:45).
Esta fue su misión, traer a nosotros libertad por medio de su preciosa sangre, y traer en sí mismo la verdad, para que, creyendo en Él, dejáramos de estar cautivos de nuestros propios deseos, del pecado y de las mentiras que hay en el mundo, los cuales conllevan a la muerte.
Nuestra firmeza en la vida está en que guardemos su Palabra; cada enseñanza es una llave para sacarnos de algún encierro en que se encuentre nuestra mente, cada principio que ponemos en práctica nos saca de la oscuridad a la luz verdadera.
Gocemos de esta libertad, que fue conseguida con el sufrimiento del hijo de Dios, andando guiados por su Espíritu, pues donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad. No vivamos oprimidos, ni cautivos, ni esclavos del pecado, sino más bien sirviéndonos unos a otros con amor, pues cuanto más amor crezca en nosotros más libertad experimentamos (Gálatas 5:13, 1 Juan 4:18). Oración.
Padre, en el nombre de Jesús, que tu gran amor crezca cada día más en mí, para vivir con toda libertad, siguiendo tus enseñanzas, que me hacen verdaderamente libre. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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