Conexión de Amor
«Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de
Abraham.» Mateo 1:1
“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María
su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del
Espíritu Santo.” Mateo 1:18
Mateo, quien antes de seguir a Cristo era recaudador de
impuestos, y por tal razón era considerado traidor entre los judíos, pudo
experimentar el rechazo y el aislamiento social, pero en el momento en que
Jesús le hace el llamado para que lo siga, le da la oportunidad para tener una
conexión de amor divina, capaz de sanar y restaurar cada herida causada por sus
decisiones, o las de otros en su pasado, pues quien lo llamaba es el mismo Dios
de amor encarnado.
Y es maravilloso observar cómo Mateo es transformado al creer
en Jesucristo como su Salvador, y cómo al empezar a escribir el evangelio que
lleva su nombre, inspirado por el Espíritu Santo, inicia con la genealogía de
Jesucristo, mostrándonos esa humanidad de Jesús, quien se identifica plenamente
con nuestra humanidad, para que en Él, nosotros podamos encontrar precisamente
lo que halló aquel joven recaudador de impuestos, un Dios de amor, cercano, que
nos comprende, porque para Él, nuestros pecados, nuestra debilidad y nuestros
errores no le sorprenden.
Por eso es increíble ver que en la propia genealogía de
Cristo, estén hombres y mujeres tan imperfectos, llenos de miedos, temores,
celos, pasiones, pecados, algunos como aquellas mujeres que se mencionan
especialmente; rechazados, olvidados, con vidas desordenadas; y ver que Mateo,
precisamente un hombre que bien se puede identificar con ellos, empiece su
evangelio mencionándolos, nos debe llevar a reconocer nuestra condición humana
y pecadora, pero solamente para darnos cuenta que aquel de quien Mateo menciona
ese nacimiento por obra y gracia del Espíritu Santo, es también quien puede
darnos esa conexión de amor que tanto necesitamos, para que nuestras vidas sean
transformadas.
Hermanos que al igual que Mateo, hoy decidamos seguir a
Cristo sin vacilación, pues Él nos dará al igual que lo hizo con aquel joven,
una nueva vida, mucho mejor que la que podamos imaginar. Oración.
«Señor Jesucristo, gracias por buscarme, revelarte a mi vida,
perdonarme y por restaurarme con tu gran amor, gracias porque tú que empezaste
la buena obra en mí, la terminarás, y me lo demuestras a diario, volviendo una
y otra vez a recordarme tu llamamiento, gracias por hacerme ese llamado,
ayúdame a seguirte, Amén.