viernes, 7 de junio de 2024

Las tres C de Cristo

 


Las tres C de Cristo

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” Hechos 1:8.

El título del devocional de hoy nos ayudará a recordar más fácilmente tres acciones cotidianas en la vida de Jesús que le permitieron cumplir su propósito hasta llegar a la cruz para concedernos a nosotros también el alcanzar de manera integral sus propósitos aquí en la tierra. Estas tres acciones que vemos registradas en los evangelios y que Jesús practicaba diariamente son: conocer el amor del Padre, corresponder a ese amor, y compartir ese amor.

Jesús podía conocer y experimentar el amor de su Padre por medio de la comunión, pues a través de la oración podía hablar con Dios en el Espíritu y a la vez escuchar su voz, viéndose claramente una relación íntima y personal de amor (Lucas 22:41-42, Mateo 17:5, Juan 10:30; 14:10-11).

Como consecuencia de esa comunión, de modo natural, Jesús podía corresponder a ese amor por medio de su obediencia al Padre, revelándose así la forma correcta de corresponder al amor de Dios, como lo dice Juan 15:10 “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.

Finalmente, como resultado de su comunión y obediencia al Padre, nuestro Señor podía compartir de manera efectiva el amor de Dios por medio del testimonio y del servicio, enseñándonos con su ejemplo cómo hacerlo (Juan 5:36, Mateo 20:28).

En devocionales anteriores leímos Lucas 4:18-19 y podemos decir que esta porción bíblica es la descripción anticipada de la propia vida que Jesús llevó, y que como sabemos, cumplió totalmente porque siempre contó con el Espíritu de Dios para conocer, corresponder y compartir el amor del Padre. De la misma manera debemos hacer nosotros, pues cada creyente tiene el privilegio de tener el Espíritu Santo quien nos impulsa y nos lleva a conocer, corresponder y compartir del amor de Dios tal como lo hizo Jesús (Hechos 1:8).  Oración.

«Espíritu de Dios, quiero responder a tu llamado, quiero, al igual que Cristo, predicar el año agradable del Señor, por eso llévame a conocer íntimamente el amor de Dios para así poder compartir, lleno de tu poder, ese glorioso amor que ha transformado mi vida y que puede transformar a todo aquel que deposite su fe en Jesús. Amén.