lunes, 11 de enero de 2021

Elegidos para ser diferentes

 


Elegidos para ser diferentes

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. Colosenses 3 :12-15

Hemos sido elegidos para ser diferentes en un mundo donde el común denominador es la exaltación personal y los intereses personales. Revestidos de una naturaleza nueva para ir renovándonos en la medida en que conozcamos a Jesús. En esta nueva vida no es importante lo que somos, sino lo que Cristo es, viviendo en nosotros y a través de nosotros.

El Señor nos eligió para ser un pueblo santo y amado por Él, por eso nos identificamos con su carácter lleno de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. La compasión se aprende cuando aprendemos a ser tolerantes y a tener empatía con los demás a pesar de sus fallas, perdonando siempre como lo hizo el Señor con nosotros. Pero la característica más importante, es el amor que es el que nos une en perfecta armonía.

¿Qué tan fuerte es nuestra convicción para permitir que Dios nos moldee a su manera? Si vivimos con convicciones sólidas y fuertes, cuando vengan las grandes pruebas podremos sostenernos y mostrar esa naturaleza divina en nosotros; o de lo contrario, nos dejaremos llevar por nuestras cambiantes emociones y no seremos testimonio de su amor.

Todos los que hemos creído estamos llenos de Él y hemos sido hechos completos en Él. Todo lo que necesitamos para nuestra vida cristiana la encontramos en Jesús y su Verdad nos conducirá a la santidad personal y a la santidad en nuestras relaciones con otros, pues vivir como escogidos, es vivir la plenitud de Cristo en nuestra conducta, nuestra profesión y nuestras relaciones. Los elegidos de Dios están vestidos con la justicia de Cristo. Las vestiduras que Pablo enumera aquí realmente son el fruto del Espíritu Santo, que no podemos producir por nosotros mismos, sino con su ayuda. Y la motivación que nos inspira cada día está en Colosenses 3:17 “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” Oración.

«Señor Jesucristo, que maravillosa posición que tengo en ti, al mirarme, reconozco que soy débil, que no tengo ningún poder, que soy incapaz de vestirme con las ropas del fruto del Espíritu por mí mismo. Necesito de ti y entiendo que he sido colocado en Cristo, en ese lugar en que el Espíritu de Dios actúa y me capacita para vivir bajo su control. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.