lunes, 27 de enero de 2020

Como ovejas sin Pastor


Como ovejas sin Pastor

“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto. Pero muchos los vieron ir, y les reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a Él. Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas”, Marcos 6: 30-34
Jesús y sus discípulos querían descansar después de una larga jornada y no pudieron. La multitud los siguió hasta el lugar donde querían apartarse para el descanso. Nosotros en esa situación nos hubiéramos molestado muchísimo porque estarían invadiendo nuestra privacidad, pero Jesús se conmovió y tuvo misericordia, olvidándose de su propia necesidad, se concentró en la necesidad de la multitud, sintió compasión por ellos al verlos tan desamparados que parecían ovejas sin pastor.
En el mundo, las personas están desesperadas en sus conflictos, necesitadas y andan errantes como ovejas perdidas.
Una oveja sin pastor no puede encontrar el camino. Esa es la realidad de la vida, sin Dios fácilmente nos perdemos y andamos confundidos y sin rumbo. Sólo cuando encontramos a Cristo encontramos el camino y su guía para seguir.
Una oveja sin pastor no puede encontrar pastos y aguas. Buscar el sustento para vivir agota nuestras fuerzas, la vida se hace dura cuando sólo dependemos de nosotros mismos y siempre estaremos insatisfechos. Sólo podemos encontrar lo que necesitamos cuando nos acerquemos a Cristo, porque Él es el pan de vida, el que satisface toda necesidad, el que llena nuestros vacíos interiores, el que calma nuestra sed y hambre espiritual.
Una oveja sin pastor no puede defenderse del peligro. La vida nos enseña que no podemos vivir solos. Sólo caminando con Jesús, nuestro Pastor, podemos andar por el mundo y librarnos del mal, Él es nuestro defensor y nuestro refugio.
Jesús es el Pastor por excelencia, nos conoce y nos llama por nuestro nombre, nos da su amor sin condición, para que en su presencia podamos recargar nuestras energías y renovar nuestra fuerza espiritual. Podemos recibir nuevas fuerzas si buscamos su presencia con tranquilidad y a solas. Recordemos Juan 10:9 “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”.
Si nos sentimos como ovejas errantes sin pastor, es el tiempo de escuchar la voz de Jesús, nos conoce y quiere que le sigamos, para tener una relación personal y eterna con Él, porque nadie nos podrá arrebatar de su mano. Juan 10:27-28 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.
Como creyentes que hemos entrado ya al redil (la iglesia), tenemos que sacrificar nuestro descanso y comodidad como lo hicieron Jesús y sus discípulos, para ir a buscar las ovejas perdidas y llevarlas a Cristo, Él es el único que puede saciar el vacío de sus almas. Oración.
Gracias Jesús porque tuviste compasión de mí cuando andaba errante, como oveja perdida, me llamaste por mi nombre y me invitaste a tu redil para ser mi Pastor. Quiero permanecer en comunión contigo y escuchar tu voz cada día, seguirte y encontrar pastos de descanso y fuentes de agua para calmar mi sed. Gracias por ser mi refugio seguro y mi protector. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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