domingo, 5 de septiembre de 2021

Tu Palabra, fuego que quema y martillo que golpea. Parte 2

 

Tu Palabra, fuego que quema y martillo que golpea. Parte 2


“Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano. Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová”. Jeremías 23: 30-32

La Palabra de Dios es poderosa y debemos permitir que nos corrija, porque si no, al final, será para nuestra propia condenación. No es un libro para tomarlo a la ligera, porque es vida o muerte. La Palabra de Dios nunca se equivoca, estar expuestos a ella debe llevarnos a ser transformados. Oírla y obedecerla nos hace sabios, pero no escucharla y rechazarla nos hace insensatos.

Debemos usarla con cuidado, porque ciertamente Dios está en contra de aquellos que claman hablar de parte de Él y en realidad solo hablan por sus propias razones. Dios está en contra de aquellos que promueven sueños y fenómenos espirituales por encima de su Palabra. En estos tiempos debemos tener mucho cuidado porque se levantarán falsos maestros y profetas para distorsionar la verdad de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios no es un mensaje suave, arrullador, ni engañoso, es una espada de doble filo que penetra, quema y quebranta el corazón endurecido.

También es una fuerte advertencia a los líderes religiosos, a los reyes y políticos que dirigen los pueblos y que en lugar de cuidarlos, los oprimen, los menoscaban con su maldad, porque no hay dirección sabia, sino abuso de poder, mentiras, corrupción, violencia y hacen que las personas se rebelen frente al miedo, la inseguridad y la falta de paz.

«¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor. Por tanto, esto ha dicho el Señor, Dios de Israel, a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas y las espantasteis. No las habéis cuidado. Por eso, yo castigo la maldad de vuestras obras, dice el Señor”. Jeremías 23:1-2

No olvidemos que Dios tiene el control de todo y que Él levantará un renuevo justo y reinará como Rey sobre todas las naciones, y actuará con justicia. «Vienen días, dice el Señor, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso y actuará conforme al derecho y la justicia en la tierra». Jeremías 23:5.

Ese Rey de la línea de descendencia de David, es Jesús, nuestro Redentor, nuestro Pastor que establecerá su reino con paz y equidad. Ningún candidato de una plataforma política declararía que es justo y que seguirá el plan y el programa de Dios para el gobierno, solo Jesucristo, y será llamado Señor, justicia nuestra; según Jeremías 23:6 “En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra”. Esta profecía no es solo para Israel sino para su pueblo adquirido con la sangre preciosa de Cristo.

Muchos falsos profetas persistirán en profetizar que habrá paz. Hoy hay soñadores que están hablando de cómo van a traer paz y bonanza al mundo, utilizando los mismos argumentos del tiempo de Jeremías, muchos están arrojando dudas sobre la Palabra de Dios, apartándola de los corazones de las personas, para que no crean en lo que Dios ya ha dicho.   Oración.

«Amado Señor, hazme fiel a tu Palabra para decir únicamente la verdad que en ella está escrita, pidiendo la guía de tu Santo Espíritu cada vez que enseñe o predique tu mensaje, todo lo que has dicho se ha cumplido letra a letra hasta hoy. Permite que todos los que gobiernan religiosa y políticamente se acerquen a ti, para que las naciones sean bendecidas y entiendan que todos los tiempos están en tus manos y eres el Rey de esta tierra. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.