La gracia no se trata de que no debemos hacer nada
“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de
Dios que tiene misericordia.”, Romanos 9:16
“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como
el hacer, por su buena voluntad.”, Filipenses 2:13
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino
como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto,
no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”, Efesios
5:15-17
La gracia no se trata de que no debemos hacer nada, todo lo
contrario, sí hay que esforzarse, primero en conocer la gracia, “esfuérzate en
la gracia que es en Cristo Jesús”, en andar en la gracia de Dios; porque el
mundo, el acusador, la religiosidad o el legalismo latente nos querrá sacar de
la gracia y llevarnos a tratar infructuosamente de vivir en nuestra fuerza.
Pero debemos ser diligentes como dice Proverbios 10:4-5: “La
mano negligente empobrece; Más la mano de los diligentes enriquece” y solo la
gracia de Dios nos llevará a ser diligentes, a redimir el tiempo, a cumplir
cuando Dios dice: “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el
tiempo” (Colosenses 4:5).
Es una batalla diaria. No es la gracia de ayer que necesitas
para tu debilidad o dificultad de hoy, es la gracia de Dios disponible hoy, y
es para todos porque Dios no hace acepción de personas. Cada día, ante
cualquier reto, tentación, en todo, necesitarás del favor inmerecido de Dios.
Es por lo tanto de gloria en gloria, no la gloria de ayer. (Romanos 3:22-24, 2
Corintios 3:18)
El pueblo de Israel tuvo que hacer dos cosas para disfrutar
de la tierra prometida, 1. cruzar el Jordán, que es un tipo de bautismo en el
Espíritu y simboliza dejar atrás el pecado al sumergirse en Cristo y segundo:
tomar posesión de la tierra que Dios les prometió, eso implicó vencer muchos
enemigo, batallar, pero el Señor nunca les dijo “vayan solos”, sino “yo voy
delante de ustedes” (Éxodo 14:14, Josué 10:14), se trataba de confiar en Él,
como nos explica el libro de Hebreos: “Porque también a nosotros se nos ha
anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra,
por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” (Hebreos 4:2).
Aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no
entraron por causa de desobediencia y ¿cuál fue la desobediencia de ellos, de
muchos que no pudieron entrar?, pues que no se acercaron confiadamente al trono
de la gracia: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
Éste es el contexto de la desobediencia que tuvo el pueblo: no creyeron.
(Hebreos 4:6)
Te esfuerzas mucho más, cuando sabes que Dios está contigo,
que va delante de ti peleando tus batallas. Estás tranquilo por dentro, pero
activo por fuera, porque el reposo es una actividad dirigida por nuestro Josué
definitivo: Cristo. Oración
«Padre sé que por medio de la fe, tú has provisto de tu favor
inmerecido en cada situación y con cada persona para andar diligentemente,
enfrentando con toda fortaleza cada situación, no en mi fuerza sino en el poder
de tu Santo Espíritu, reflejando a Cristo en cada batalla de mi vida. Amén.
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