Ve, porque yo estaré contigo
“Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que
saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a
Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de
Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; ” Éxodo 3:10-12a
Moisés, hombre de muchas debilidades e inseguridades, es la
persona que Dios llamó y escogió para que sacara a su pueblo de la esclavitud
de Egipto hacia la tierra que el Señor les daba como heredad. Y es por esto que
vemos que la respuesta de este hombre cuando escucha al Señor, es preguntarle
“¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de
Israel?” “¿Quién soy yo?”
¿Cuántos de nosotros, al igual que Moisés, nos hemos hecho
esa pregunta en algún momento de nuestro caminar con Dios? Sin duda por lo
menos una vez. Y es que esta puede surgir por varios motivos, entre ellos y el
más común es el temor; temor ante nuestras debilidades, temor por lo
desconocido o aquello en lo que no tenemos experiencia, temor porque dudamos
del fruto o resultado de nuestro trabajo, temor o miedo a fallar; pero si nos detenemos
y observamos sobre quién está dirigida nuestra mirada y puesta nuestra
confianza cuando sentimos temor, nos damos cuenta de que la causa de este es
por fijarnos en nosotros mismos y no en el Señor.
Por ello vemos que de manera directa, clara y contundente lo
que hace el Señor es responderle a Moisés diciéndole “Ve, porque yo estaré
contigo;” Es sin duda la respuesta, la palabra o la promesa que también el
Señor nos da hoy a cada uno de nosotros sus llamados y escogidos, porque
recordemos que “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas a su luz admirable; ” 1 Pedro 2:9. De manera que, del
mismo modo, nos dice hoy nuestro Padre Dios “No temas, porque yo estoy contigo;
no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre
te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10. Oración.
«Padre, gracias por amarme desde la eternidad y hasta la
eternidad, por formarme y escogerme desde el vientre de mi madre; te alabo por
cuan bueno y misericordioso eres Señor. Y en este caminar contigo y de servicio
a ti, gracias por fortalecerme y darme la seguridad y confianza de que siempre
estás conmigo, sé que es tu fidelidad y amor en Jesucristo, amén.