sábado, 21 de diciembre de 2024

Limpieza emocional

 


Limpieza emocional

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Salmos 51:10

“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;” 1 Pedro 1:22

Las emociones, de manera particular, son aquellas sensaciones o reacciones que tenemos como respuesta a algo que vemos, escuchamos, recibimos, probamos u olemos, es decir, a todo aquello que experimentamos a través de nuestros sentidos; ahora bien, algunas de estas emociones cuando persisten por mucho tiempo en nuestra mente y corazón suelen no aportar positivamente o beneficiar otras áreas de nuestra vida, como por ejemplo, el área espiritual, nuestro mismo cuerpo o también nuestras relaciones interpersonales. Y es por esto, la necesidad de una limpieza emocional.

Hermano, el enojo convertido en amargura, la culpa que te lleva a la condenación, la tristeza convertida en depresión, la preocupación que te produce angustia, el susto que te genera miedo o temor, el descontento o insatisfacción que te lleva a envidiar o juzgar a otro y tantas otras emociones desbordadas y prolongadas son las que hoy el Señor te está invitando para que las saques de tu vida y te des la oportunidad de vivir una vida plena y con propósito.

Recuerda que decisiones como perdonar setenta veces siete, olvidar el daño que el otro nos causó, orar por él o ella y en general por toda emoción negativa, así como elegir amar a nuestro prójimo en respuesta al amor que hemos recibido de Dios y no por los cualidades o defectos de la otra persona, son las grandes convicciones y decisiones que nos llevaran a ser liberados y limpiados de todo tipo de emoción que hoy nos está perturbando el corazón. Te invito para que dispongas un tiempo de comunión e intimidad con Dios y permitas que su Santo Espíritu que está en ti y la verdad de su Palabra, te den la fortaleza y sabiduría que necesitas para ser la persona libre, sana, plena y feliz que el Señor quiere que tú seas.    Oración.

«Padre Dios, gracias Señor por amarme tanto y anhelar para mí, un corazón conforme al tuyo; gracias por tu Palabra que renueva mi manera de pensar y por tu Espíritu quien me lleva a sentir y obrar de acuerdo con tu voluntad; sé que de tu mano obedeciendo tus mandatos mi alma será purificada y seré ese fiel reflejo de tu amor, por Jesucristo mi Señor, amén.

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