jueves, 18 de abril de 2024

Glorifiquemos a Dios con nuestra vida

 

Glorifiquemos a Dios con nuestra vida


Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20

“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”. Apocalipsis 4:11

Debemos dar gloria a Dios en cada momento y con cada aspecto de nuestra vida, fuimos creados para darle gloria y honra, y fuimos comprados por el precio de la sangre preciosa de Cristo para glorificarlo con nuestro cuerpo y nuestro espíritu los cuales le pertenecen a Dios. A veces pensamos que solo debemos glorificar a Dios cuando nos congregamos, o cantamos en nuestra iglesia, pero la verdad es que somos templo del Espíritu Santo y estamos llamados a darle gloria a Dios con nuestra vida, nuestra manera de pensar, de hablar y de comportarnos.

Fuimos creados para su gloria así lo dice Isaías 43:7 “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. Nuestro valor y motivos para enorgullecernos no está en nuestras posesiones, o títulos, o en nuestro círculo de amigos o en nuestros logros, son en la gracia infinita de Dios, pues todas las bendiciones provienen de Dios y es por su amor y cuidado que Él se glorifica en nuestras vidas. Sin Cristo no somos nadie. Todo lo que somos y tenemos es por la grandeza, poder y habilidad de nuestro Dios, por eso, las oportunidades que se nos presentan son para darle la gloria a Dios.

Preguntémonos ¿cómo podemos glorificar a Dios hoy? Meditando en su Palabra, reflexionando en su poder, tomando decisiones sabias que nos acerquen a Él, alabando a Jesús y agradeciéndole por su fidelidad. Si hay algo que nos impida acercarnos a Dios, seamos sinceros con Él y pidámosle que nos muestre qué debemos dejar o cambiar.

Recordemos lo que Pablo le decía a los Corintios para que llevaran una vida limpia y santa que glorificara a Dios: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna”, 1 Corintios 6:12. El Señor nos ha dado la capacidad por medio del Espíritu Santo para discernir lo justo y correcto para nuestra vida, escuchemos su voz que nos guía cada día para hacerlo.

Pensemos en lo grande y poderoso que es Dios con nosotros y mientras lo hacemos reflexionemos sobre lo que vamos a hacer o los pasos que vamos a seguir para glorificarlo hoy. “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz. Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho”, Deuteronomio 10:16-17

Es tiempo de cambiar para que toda nuestra vida sea un acto de adoración a Él, y recuerda que no estamos solos porque tenemos al Espíritu Santo en nosotros “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.”

“Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”  Oración.

«Amado Dios, tú eres santo y digno de toda alabanza y adoración. Me creaste para alabarte, muéstrame cómo adorarte con todo mi ser; quiero hacerlo con cada pensamiento, palabra, intención y acción, quiero ser un sacrificio vivo y santo agradable a ti, por eso, deja que toda mi vida te honre y te traiga gloria. En el nombre de Jesús, amén.

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