viernes, 7 de febrero de 2025

La preexistencia de Cristo

 


La preexistencia de Cristo

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Juan 1:1-3

«Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.» Colosenses 1:16

Conocer a Jesús mediante la comunión con el Espíritu Santo nos permite entender mejor el pasado, pues Cristo existía aun antes de que todo existiera, pues Él es Eterno como dice Isaías 9:6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”, como lo declara también el libro de Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”, y como lo deja claro el mismo Señor en Apocalipsis 1:8 “Yo soy el alfa y la omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el todopoderoso.” Por esto al estudiar la preexistencia de Cristo podremos tener la visión correcta de la creación y de cómo todo fue creado por Él y para Él, como está escrito en Juan 1:1-3 y Colosenses 1:16.

Conocer a Cristo y su gran Amor, y saber que Él, el Verbo de Dios, estaba en el principio creando todas las cosas por medio de Él y para Él, debe llevarnos a comprender que somos el resultado del amor creador de Dios, y este conocimiento debe llevarnos a renovar nuestra manera de pensar, derribando argumentos como: que somos el producto de millones de coincidencias, o del azar o de la evolución, y más bien esta revelación debe conducirnos a reconocer que Dios en su Amor decidió formarnos para manifestar su amor en nosotros, y aun cuando pecamos decidió salvarnos mostrando su amor como dice 1 Juan 4:10 “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” Por lo tanto, pidamos a Dios nos permita comprender esta verdad para ser testigos de su amor.    Oración.

«Padre Dios permíteme por medio de la revelación de tu Santo Espíritu comprender tu gran amor, ese amor que se ha manifestado a mi vida gracias a tu amado Hijo Jesús, quien en la cruz me ha mostrado la evidencia de ese amor y que ahora por medio de la comunión con el Espíritu Santo me lleva a entender que ha sido un amor eterno, que aun desde el principio estabas amándome, diciéndomelo por medio de la obra creadora de tu Hijo. Te pido llévame a ser testigo de ese amor, al conocer a fondo la preexistencia de Cristo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario