El llamamiento supremo. Parte 1
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero
una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios
en Cristo Jesús.”, Filipenses 3:13-14
Anhelamos ser llamados a misiones especiales, a trabajos
retadores o experiencias extraordinarias, pero el llamamiento supremo no tiene
que ver con logros materiales, ni profesionales, sino que es el llamado de Dios
en Cristo.
¿Qué significa la expresión “en Cristo”? o ¿que significa que
Dios me ha llamado en Cristo Jesús?
Semánticamente la preposición “en” en este contexto denota o
significa posición, esta posición se explica en Gálatas 3:26-28: “pues todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego;
no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno
en Cristo Jesús.”.
Por la fe somos unidos a Cristo y somos revestidos de Cristo,
lo que es verdad en Cristo, en su obra redentora se hace realidad en nosotros
cuando lo recibimos como Señor y Salvador (Juan 1:12-13) entonces, somos
colocados en Cristo. Esta realidad del nacimiento espiritual nos hace hijos de
Dios porque morimos juntamente con Cristo al pecado y nacemos para nueva vida
por el poder de su resurrección: “a fin de conocerle, y el poder de su
resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser
semejantes a él en su muerte,” (Filipenses 3:10). Otro pasaje importante que
nos explica lo que es estar en Cristo es el siguiente “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20). Nuestra fe nos lleva a vivir como
Cristo vivió y a morir con Cristo para que el pecado no tenga ningún poder en
nosotros.
Así que el recordar y tener presente lo que significa que
estoy “en Cristo” pero sobre todo creer firmemente en estas palabras, me
llevará a aceptar el llamamiento supremo de Dios en Cristo Jesús.
Mañana seguiremos reflexionando respecto al supremo
llamamiento de Dios en Cristo. Oración.
«Padre me has colocado en Cristo, por medio de la fe en él me
has dado vida eterna y soy tu hijo, ahora puedo glorificar tu nombre en todas
las cosas, viviendo cada día para reflejar a Cristo mismo, su amor, su
carácter, resplandeciendo en amor hacia los demás. En el nombre de Jesús. Amén.
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