Una mirada correcta del pasado
“David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas
de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la
manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se
levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.
Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será
como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió
David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del
oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David:
Ve, y Jehová esté contigo.” 1 Samuel 17:34-37
David reconoció que Dios había estado en su pasado cuando
declaró que así como Jehová lo había librado de las garras del oso y el león,
también lo libraría de aquel gigante, esta visión correcta del pasado ayudó a
David a incrementar su fe para creer y actuar; hoy muchos cristianos no
afrontan las batallas de la vida de la misma manera y con el mismo ímpetu que
David enfrentó a Goliat simplemente por tener una manera equivocada de mirar el
pasado.
David vio a Dios actuar en su pasado, librándolo, nosotros
como creyentes debemos ver a Cristo triunfando en la cruz; mirar a Cristo y no
a nosotros mismos, nos permitirá incrementar nuestra fe para así tomar
decisiones valientes frente a los desafíos de la vida. David hacía esto, él no
se vio a sí mismo con sus incapacidades, él vio a Dios quien estaba con él.
David también cometió errores y pecados graves, pero cuando
Dios lo confrontó, se arrepintió, tuvo un cambio de pensamiento; mientras no
cambió su manera de pensar, sus huesos se envejecieron; pero al arrepentirse, y
al buscar a Dios, su vida empezó a florecer nuevamente como dice el Salmo
32:3-5
Muchos cristianos hoy no pueden experimentar la vida nueva y
abundante que Cristo ganó en la cruz para los creyentes, porque se encuentran
enfrascados en un pasado que ya no existe, pero gracias a Cristo podemos estar
seguros que en Él las heridas del pasado pueden sanar y ser transformadas para
bien y los pecados ser perdonados.
Hermanos, que como David decidamos arrepentirnos, es decir,
cambiar nuestra manera de pensar para alinear nuestros pensamientos a los de Dios,
para así poder tener una visión correcta del pasado, y poder ver a Cristo
actuando ahí a nuestro favor, dándonos una salida, mostrándonos su gran amor,
para disfrutar la vida nueva que ya nos regaló. Oración.
«Espíritu Santo permíteme tener un concepto correcto del
pasado, llévame a ver a Cristo triunfando en la cruz para aumentar mi fe y así
hacer tu voluntad. Amén.
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