lunes, 17 de febrero de 2025

Una mirada correcta del pasado

 


Una mirada correcta del pasado

“David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.” 1 Samuel 17:34-37

David reconoció que Dios había estado en su pasado cuando declaró que así como Jehová lo había librado de las garras del oso y el león, también lo libraría de aquel gigante, esta visión correcta del pasado ayudó a David a incrementar su fe para creer y actuar; hoy muchos cristianos no afrontan las batallas de la vida de la misma manera y con el mismo ímpetu que David enfrentó a Goliat simplemente por tener una manera equivocada de mirar el pasado.

David vio a Dios actuar en su pasado, librándolo, nosotros como creyentes debemos ver a Cristo triunfando en la cruz; mirar a Cristo y no a nosotros mismos, nos permitirá incrementar nuestra fe para así tomar decisiones valientes frente a los desafíos de la vida. David hacía esto, él no se vio a sí mismo con sus incapacidades, él vio a Dios quien estaba con él.

David también cometió errores y pecados graves, pero cuando Dios lo confrontó, se arrepintió, tuvo un cambio de pensamiento; mientras no cambió su manera de pensar, sus huesos se envejecieron; pero al arrepentirse, y al buscar a Dios, su vida empezó a florecer nuevamente como dice el Salmo 32:3-5

Muchos cristianos hoy no pueden experimentar la vida nueva y abundante que Cristo ganó en la cruz para los creyentes, porque se encuentran enfrascados en un pasado que ya no existe, pero gracias a Cristo podemos estar seguros que en Él las heridas del pasado pueden sanar y ser transformadas para bien y los pecados ser perdonados.

Hermanos, que como David decidamos arrepentirnos, es decir, cambiar nuestra manera de pensar para alinear nuestros pensamientos a los de Dios, para así poder tener una visión correcta del pasado, y poder ver a Cristo actuando ahí a nuestro favor, dándonos una salida, mostrándonos su gran amor, para disfrutar la vida nueva que ya nos regaló.   Oración.

«Espíritu Santo permíteme tener un concepto correcto del pasado, llévame a ver a Cristo triunfando en la cruz para aumentar mi fe y así hacer tu voluntad. Amén.

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