martes, 3 de diciembre de 2024

Mi presencia irá contigo, y te daré descanso

 


Mi presencia irá contigo, y te daré descanso

“Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo… Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.” Éxodo 33:12a, 14

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11:28

Hay cargas o trabajos que son más pesados y generan más cansancio que los mismos trabajos o cargas físicas y son, los pesos del alma, la culpa, la inseguridad, la insatisfacción, el orgullo, la arrogancia, la vanidad, la angustia, el temor, la preocupación, el afán y la ansiedad son tan solo algunos de ellos. Y muy seguramente por alguna circunstancia en nuestra vida hemos cargado con uno o varios de estos, por lo cual conocemos y somos testigos de que no hay playa, piscina, finca, viaje, dinero y en general, persona, lugar o cosa material que nos pueda dar un verdadero y duradero descanso ante esto.

Y son justamente esas cargas o esos pesos a los que el Señor Jesús se está refiriendo cuando en su Palabra nos llama a ir a Él si estamos trabajados y cargados, porque dice, solo Él nos puede dar ese descanso. El Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, es quien manifiesta que en lugares de delicados pastos nos hará descansar, junto a aguas de reposo nos pastoreara, confortará nuestra alma y nos guiará por sendas de justicia por amor de su nombre (Salmos 23:2-3).

Y, al igual que Moisés en el Éxodo, todo lo que necesitamos para esto, es permanecer en la presencia de nuestro Señor y Salvador, pues estar ahí con Él y aprendiendo de Él, hará que nuestras almas encuentren verdadero descanso; su carácter manso y humilde perdonará nuestros pecados, sanará nuestro corazón, nos dará su paz y seguridad, con su Palabra nos enseñará la verdad y nos encaminará rectamente, y con su Espíritu como nuestro yugo nos transformará en hombres y mujeres que sigan sus pasos, que amen como Él nos ha amado, que hagan la voluntad de su Padre y que toda su esencia, plenitud y satisfacción la encuentren en la presencia y el conocimiento de Dios. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mateo 11:29-30.     Oración.

«Padre bueno, te alabo y te bendigo porque eres bueno y para siempre es tu misericordia. Gracias por amarme aun cuando era tu enemigo, gracias por tu Hijo Jesús quien vino a rescatarme y a restaurar mi relación contigo; sé que ahora eres mi Padre y que me has dado al mejor Pastor, al Señor Jesucristo, gracias Señor por acogerme en tus brazos y ahí en tu presencia, darme descanso; gracias Padre, Hijo y Espíritu Santo, amén.

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