sábado, 4 de septiembre de 2021

Tu Palabra, fuego que quema

 


Tu Palabra, fuego que quema y martillo que golpea. Parte 1

“El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová.

¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” Jeremías 23:28-29

Jeremías aquí hace una comparación de la Palabra de Dios, en primer lugar, con el trigo, ya que la función esencial de ella, es la salvación de los hombres, por eso se le llama alimento espiritual, nos nutrimos de sus verdades para una vida nueva y eterna. La verdadera Palabra de Dios es como el trigo; es sustancia y tiene el poder de nutrir y multiplicarse. No es como la paja que no tiene sustancia y es de poca ayuda.

También se dice de ella que es fuego que quema y martillo que golpea nuestra vida, lo que implica corrección, porque consume nuestro interior para purificarlo y refinarlo. Nos golpea para romper en pedazos lo que no sirve en nosotros y moldearnos a la imagen de Cristo. Pero, también es un martillo para los que la rechazan porque puede quebrantar el corazón más duro que una roca y hacer que se vuelva a Dios. El corazón del ser humano puede ser derretido ante el fuego de la Palabra y ser quebrantado por ella como martillo.

El poder de la Palabra de Dios es como fuego, no deja sin efecto al que se expone a ella, como dice 2 Corintios 2:16-17 “a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que, con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo”.

Están entonces aquellos que abrazamos con reverencia la Palabra de Dios y, a medida que crecemos, somos transformados por la fe en ella, pues es un fuego que refina y pule nuestras vidas; y un martillo que moldea nuestro carácter cristiano, para hacernos vasos de honra.

Pero, aquellos que rechazan la Palabra de Dios, no son dignos de sus beneficios, por el contrario, se vuelve para ellos fuego que los consume y martillo que los rompe en pedazos, ya que no reciben la gracia que ella ofrece, sino que descubren la dureza de la Palabra frente a la perversidad de sus corazones.

La Palabra de Dios solo puede hacer la obra para la que es enviada, con la ayuda del Espíritu Santo, porque es quien puede aplicarla a nuestra vida, ya sea como trigo, fuego o martillo. Permitamos a nuestro Ayudador que nos limpie y nos disponga para que nuestro corazón sea una tierra fértil donde la Palabra sea sembrada y dé mucho fruto.    Oración.

«Amado Señor, compartir tu evangelio es una gran responsabilidad, ya que la forma como lo presente, alentará a la gente a aceptarte o a rechazarte. Por eso quiero vivirlo y la única manera es dejando que tu Palabra sea en primer lugar ese trigo que me alimenta para crecer espiritualmente, pero también ese fuego que purifica mi interior y ese martillo que me golpea para romper y quebrantar lo que no sirve en mí. Transfórmame en un vaso de honra para ti. En nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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