sábado, 20 de febrero de 2021

La oración es sencilla pero poderosa

 

La oración es sencilla pero poderosa


“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.” Ezequiel 22:30

“si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:14

Cuando oramos Dios interviene en la tierra, esta es una promesa que Él dejó en su Palabra, para que se hagan manifiestas las obras de sus hijos y se haga visible todo el amor que ha dispuesto en nosotros por su Santo Espíritu (Romanos 8:26), por eso oramos, para que el mundo se reconcilie con Dios y muchos lleguen al conocimiento de la verdad.

Dios, a través de la oración, también interviene en nuestra vida para bien, pues cuando confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestro pecado y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9). En la oración Dios nos examina y mira si hay maldad en nosotros, si hay algo que guardemos en nuestro corazón que no le agrade y por supuesto no nos conviene, para indicarnos el camino correcto (Salmos 139:23-24, Proverbios 21:2).

También cuando oramos por la necesidad de otro, estamos haciendo el acto de bondad más grande, porque estamos practicando el mismo sentir de Jesús: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36).

Por esto, Jesús nos enseñó a hablar con el Padre, a pedir por medio de Él, dándole de antemano gracias y gloria, colocando toda necesidad en sus manos soberanas y poderosas, reconociendo que de Él es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos (Mateo 6:9-13). También, acercándonos con confianza, pues Dios tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7). En esto está el poder de la oración, en la confianza que depositemos en el Padre eterno que todo lo puede (Lucas 1:37), pues no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32).

 ¿Y tú, ya dispusiste tu corazón para orar a Dios, por medio de Jesús? ¡Vamos a orar!   Oración.

«Señor, gracias soberano Dios, puedo entrar confiadamente por medio de Jesús a tu presencia y depositar en ti toda mi ansiedad, sabiendo que tus oídos están atentos a mis oraciones y que no te son indiferentes mis necesidades, te adoro oh Dios. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario