viernes, 2 de agosto de 2019

UNA CAMINATA HASTA LA ETERNIDAD


UNA CAMINATA HASTA LA ETERNIDAD
“Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion”, Salmo 84:4-7
La vida cristiana es una caminata diaria que comienza desde el momento en que Jesucristo llega a nuestro corazón y camina a nuestro lado. Pero a veces la enfermedad, las malas noticias, el rechazo, los ataques del enemigo y los problemas nos quieren hacer rendir y parar. Es cierto que somos peregrinos a la ciudad celestial y tenemos que pasar por más de un valle de lágrimas y más de un desolado desierto, pero Dios está con nosotros por medio de su Espíritu, quien hará brotar manantiales para sustentarnos y nos dará fuerzas para nuestro cansancio.
Recordemos cuando Jesús se encontró con el hombre recostado junto al estanque y que hacía mucho tiempo que su vida había entrado en un estado de pausa en el que no podía avanzar, le pregunta si quiere ser sano y si quiere salir de su postración. A veces nuestra vida entra también en ese estado de inercia y sentimos que ya no podemos avanzar más. Pero hoy el Señor quiere darnos nuevas fuerzas para que empecemos a caminar de nuevo y para que lo hagamos sin cansarnos, pero para eso necesitamos avivarnos en el espíritu.
Levantar el vuelo como las águilas y quedarnos conectados a la corriente de aire del Espíritu Santo, implica esforzarnos por entrar en la presencia de Dios. Como dice el pasaje “bienaventurados los que habitan en tu casa y bienaventurado aquel que tiene en ti sus fuerzas”.
En la medida que caminemos por donde el Señor nos lleve, nuestras fuerzas seguirán aumentando y seremos capaces de transformar nuestro valle de lágrimas en un lugar lleno de manantiales y bendición, porque Él, Todopoderoso, es el que camina a nuestro lado. Cuando nuestras limitadas fuerzas se encuentran con un Dios ilimitado, el cansancio y el agotamiento ya no dominarán nuestra vida, sino el poder de Dios.
Nuestro crecimiento espiritual estando en la presencia de Dios a menudo lo precede el viaje a través de los áridos lugares de nuestra vida, cuando pasamos por dificultades y necesitamos depender de Dios. Cuando nos deleitemos en pasar tiempo con Él, veremos toda la adversidad como un motivo para volver a experimentar su fidelidad.
Si hoy andamos por un valle de lágrimas tengamos la seguridad de que nos conducirá hacia Dios, busquemos su presencia y permitamos que el Espíritu Santo refresque y reavive nuestro corazón y que cambiemos nuestra tristeza por ríos de deleite. Recibamos diariamente la fuerza espiritual de la gracia de Dios y continuemos nuestro camino hacia la eternidad, anhelando cada día más y más de Él.  Oración.
"Señor, gracias por esta promesa de bendición, ayúdame a permanecer en tu presencia y que tu Santo Espíritu me impulse a volar por encima de las circunstancias como un águila. Quiero más de ti, llenarme de tu plenitud, es la única forma de caminar hacia la eternidad, avívame y dame las fuerzas en este peregrinaje. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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