jueves, 26 de abril de 2018

JESÚS SU COINTERCESOR


JESÚS SU
COINTERCESOR
La oración lo hace entrar a usted en un compañerismo sagrado con Jesucristo el Hijo entronizado de Dios. Si Dios no hubiera revelado esto en su Palabra, habría sido una blasfemia el sugerir que usted podía tener tal compañerismo. Una concisa ~historia de la Iglesia primitiva bien podría ser la frase: " Ayudándolos el Señor" (Marcos 16:20); y, más adelante, la Escritura llama a todos los cristianos" colaboradores de Dios" (1 Corintios 3:9; 2 Corintios 6:1). .' Hay muchas formas de "colaborar" con  Dios: por medio de la obediencia, del servicio a otros, del compartir su amor; pero Él quiere tener un contacto aún más estrecho con usted: traerlo a su círculo íntimo donde pueda escuchar el latido de su gran corazón por un mundo perdido. Él lo ha creado con la capacidad de hablarle y de tener comunión con El; y, sobre todo, como "colaborador" suyo, lo creó para que orase, como El ora. ¿Por qué ora Jesús? En la Escritura se nos dice repetidamente que Jesús oraba y que continúa haciéndolo; pero ¿por qué es necesaria la oración para Aquel que creó el universo con su palabra (Juan 1:3) y que sustenta todas las cosas (Hebreos 1:3)? ¿Cuál es la razón de que tenga que orar? ¿Por qué no le basta con dar órdenes? Ningún demonio del infierno ni combinación alguna de fuerzas demoníacas sería capaz de resistir ante su poderosa palabra. ¿Por qué causa no los reprende, frena o consume Jesús con su palabra? Un día Ello hará (2 Tesalonicenses 2:8): regirá con un cetro de hierro (Apocalipsis 12:5) -y nosotros con El (Apocalipsis 2:27)-; pero en este tiempo Cristo ha escogido gobernar el mundo mediante la oración. Estamos en el día de la gracia, no en el de su poder y gloria. Jesús ha sido ya entronizado a la diestra del Padre. ¿Y qué hace allí? Reinar. Pero ¿cómo reina? No por medio de su cetro, sino por medio de la oración. Incluso antes de su muerte y resurrección, cuando advirtió anticipadamente a Pedro que Satanás había pedido a los discípulos para zarandearlos como a trigo (Lucas 22:31,32), Jesús no dijo: "Voy a detener a Satanás"; sino: "He rogado por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario