jueves, 25 de agosto de 2016

Aprendiendo de Ester

Aprendiendo de Ester
“…SI PEREZCO, QUE PEREZCA” (Ester 4:16b)
Ester nació como una esclava en la cautividad. A causa de su belleza, un rey pagano la tomó como su esposa. ¡Hablando de sentirte fuera de lugar! Pero ningún sitio lo es cuando estás en el lugar de Dios. Cuando Amán conspiró para tener a todos los judíos exterminados (lee Ester 3), Ester fue asignada de antemano por el Señor para salvarlos. Ella descubrió el propósito de su vida cuando su tío Mardoqueo dijo: “¿…quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (4:14b). ¿Y cuál era su respuesta? Escucha: “…entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca”. Así que, ¿qué es lo que podemos aprender de Ester?
(1) A veces no entenderás el “cronometro” de Dios o su plan para tu vida.
Pero simplemente porque no comprendes el plan del Señor ahora mismo, eso no significa que Él no se preocupe, o no lo tenga. Búscalo. Él te lo revelará paso a paso.
La Reina Ester
(2) Cuando descubres el plan de Dios para tu vida, te sientes fortalecido.
Bien seas una “esclava” o una “reina”, cuando sabes que el Señor te ha llamado, esto te permite vencer cada obstáculo en el momento que se presenta.
(3) Es más fácil arriesgarte cuando sabes que Dios está en control.
Cuando Ester dijo: “…si perezco, que perezca”, no estaba siendo una fatalista; sencillamente se estaba poniendo en las manos del Señor, sabiendo que hasta la misma muerte puede ser afrontada con seguridad cuando confías en Dios. Sabes, el Señor no sólo tiene un lugar para ti aquí en la Tierra, también tiene uno preparado en el Cielo. Y por lo tanto, no puedes perder, ¿verdad? El plan de Dios no ay demonio que lo pueda eliminar porque del Pueblo judío tenia que venir El Mesías llamado Cristo para reconciliar a la Humanidad con su Creador que es Dios. A través del Sacrificio y la resurrección de Cristo. Solo tienes que creerlo de corazón y confesar con tu boca. Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

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