La humildad, otro distintivo del carácter de Cristo
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Filipenses 2:5-8
A través de la Biblia encontramos cómo Dios nos llama a ser
humildes, por ejemplo el Salmo 138:6a dice: “Porque Jehová es excelso, y
atiende al humilde”; en Mateo 18:4 Jesús declara: “Así que, cualquiera que se
humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.”; y en
Filipenses 2:3 Pablo nos exhorta “Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo”
Hoy en día lastimosamente muchos creyentes no le han
permitido al Espíritu Santo desarrollar la humildad de Cristo en sus vidas, así
en vez de que sobresalga la humildad del carácter de Cristo, han seguido
dejando que sea el viejo hombre, que es orgulloso y soberbio, el que tome el
control en muchas situaciones de la vida diaria. Dios no quiere que sigamos
viviendo así, pues esa no es la nueva vida que Cristo nos ha dado a los
creyentes.
Pablo en su carta a los Filipenses les escribe para que
tengan el mismo sentir que hubo en Cristo, refiriéndose precisamente a la
humildad, ese rasgo importante del carácter de Jesús, enseñándoles que para
esto es necesario despojarse de todo aquello que lleva a hacerlos sentirse más
que los demás, por eso también en Filipenses 3:7-8 dice “Pero cuantas cosas
eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y
lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
Hermanos, aprendamos de Jesús, quien siendo Dios se hizo
hombre y fue obediente a su Padre hasta la muerte y muerte de cruz, como está
escrito en Filipenses 2:5-8 y atendamos al llamado que Dios nos hace por medio
del Apóstol Pablo en Efesios 4:1-3 cuando dice: “Yo pues, preso en el Señor, os
ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con
toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” Oración.
«Señor Jesús, te pido que tu humildad sea también un rasgo
característico en mi vida, que en cada situación de mi diario vivir, seas tú,
por medio de tu Santo Espíritu expresando esa humildad hacia los demás, para
que muchos lleguen a ti. Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario