sábado, 29 de enero de 2011

la inmutabilidad de Dios.6


INMUTABILIDAD DE DIOS3 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). Al igual que el escritor a los Hebreos, Santiago escribe a aquellos que están sufriendo por su fe. Les instruye que deben regocijarse cuando se ven envueltos en problemas, sabiendo que eso está divinamente establecido para reforzar nuestra fe, al generar paciencia (Santiago 1:2-4; comparar con Romanos 5:3-5). Si carecemos de sabiduría para saber cómo responder a los desafíos de la vida, sólo debemos pedírsela a Dios. No debemos nadar en la duda, pues en este caso seríamos personas inestables integralmente (versículos 6-8). Quienes perseveran en los desafíos, una vez que estos hayan pasado, recibirán la corona de la vida (versículo 12). Mientras Dios nos prueba con los desafíos y tribulaciones, Él nunca nos tienta a caer en el pecado. Esa tentación viene de otra fuente. Tanto el mundo como el diablo, ciertamente se proponen alejarnos de Dios; pero también debemos ver dentro de nosotros mismos para encontrar una explicación a nuestros pecados. Un hombre que es tentado, después sus pecados lo tientan, porque ha dado rienda a sus propias lujurias. Ciertamente no debemos culpar a Dios (versículos 13-15). Dios no es la fuente del mall, sino la fuente de todo lo bueno. Todo lo bueno viene de Dios, como un don. Dios es un don. Sólo las cosas buenas tienen su origen en Dios. Él es inmutable; podemos decir que esto es una regla y que no hay excepciones la regla. El Dios que es bueno y la fuente de todo eso que es bueno, es consecuentemente bueno para quienes son Suyos (versículo 17; ver también Romanos 8:28).

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