El amor del Padre en el Hijo, refleja el carácter de Dios
“Mientras él aún
hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.” Mateo
17:5
“Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado;
permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi
amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su
amor.” Juan 15:9-10
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que
me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él.” Juan 14:21
El testimonio registrado en el libro de Mateo 17:5 cuando el
Padre Celestial se revela, declarando el amor y la complacencia por su Hijo
Jesús, nos muestra una vez más, ese carácter amoroso de Dios como Padre, que
precisamente influyó en el carácter de su Hijo, como podemos verlo a través de
los evangelios. Ahora bien, Jesús mismo confirmó ese gran amor de su Padre Dios
manifestado en su vida, por eso declara en Juan 15:9 “Como el Padre me ha
amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor” y nos indica en el
versículo siguiente, precisamente lo que Dios por medio de los mandamientos de
Dios se conoce el carácter del Padre, tal como dice Juan 15:10 “Si guardareis
mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” De ahí la importancia de
seguir el ejemplo que nos muestra Jesús de obedecer los mandamientos de Dios.
Podemos ver entonces cómo el amor del Padre se ve reflejado
en el Hijo, y se manifiesta en su carácter por medio de la obediencia a los
mandatos de Dios, y precisamente esa es la invitación que nos hace Jesús al
decirnos: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y
el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”
Juan 14:21.
Hermanos, qué grandiosa revelación la que nos está dando
Dios, mostrándonos que sus mandamientos son el reflejo del carácter amoroso
como Padre Celestial, y la presencia de Cristo en nuestras vidas por medio de
su Santo Espíritu nos lleva a obedecer sus mandamientos. Oración.
«Padre Dios, deseo ver la manifestación de Cristo en mi vida,
su expresión en mí, por eso te pido que desarrolles ese carácter de tu amado
Hijo en mi vida y que por el poder de tu Santo Espíritu me lleves a obedecer
por amor tus mandamientos. Amen.
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