Cristo cumplió la Ley, manifestando el carácter del Padre
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas;
no he venido para abrogar, sino para cumplir.” Mateo 5:17
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De
estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:37-40
La Palabra de Dios testifica que Jesús nunca pecó, y así lo
afirma 1 Pedro 2:22-23 «el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca»;
también lo dice 1 Juan 3:5 «Y sabéis que él apareció para quitar nuestros
pecados, y no hay pecado en él»; y como lo declara Hebreos 4:15 «Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.»
Es maravilloso saber que nuestro Señor Jesucristo nunca pecó,
por lo cual podemos afirmar que nunca transgredió la ley, pues como se nos
enseña en 1 Juan 3:4 «Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley;
pues el pecado es infracción de la ley.» Entonces debido a que Jesús nunca
pecó, nunca transgredió la ley. Así que podemos estar seguros que la afirmación
de Jesús que quedó consignada en Mateo 5:17 se cumplió a cabalidad, pues según
sus propias palabras Él no había venido para abrogar la ley o los profetas,
sino que había venido a cumplirlos.
Y es que al mirar y estudiar la vida de Jesús nos damos
cuenta que Él cumplió la ley y los profetas, pues su vida fue una manifestación
del amor de Dios, un reflejo del carácter del Padre. Jesucristo resumió toda la
ley y los profetas en dos mandamientos, los que encontramos en Mateo 22:37-40,
de ahí que el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo declara en Romanos
13:8-10 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama
al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no
hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro
mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.”
Por eso hermanos, ahora en Cristo podemos cumplir la ley, pues en Cristo
aprendemos a vivir en amor reflejando así el carácter del Padre. Oración.
«Señor Jesús gracias por tu amor demostrado en tu obediencia
al Padre, gracias por hacer la voluntad de Dios cumpliendo esa maravillosa obra
de salvación en la cruz, gracias porque tú nos muestras al Padre y nos llevas a
tener su carácter. Amen.
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