La vida en el Espíritu, por el amor
“porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la circuncisión,
sino la fe que obra por el amor” Gálatas 5:6
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el
amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo
suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza
de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”, 1
Corintios 13:4-7
A veces decimos andar muy “espirituales”, pero no ofrecemos
lo que ya tenemos por la gracia de Cristo. Por ejemplo, si alguien nos visita,
muchas veces no somos amables, no le ofrecemos ni siquiera un vaso de agua. Si
alguien nos ofende, vivimos resentidos y trayendo a la memoria la ofensa, en
vez de “orar por nuestros ofensores”. Cuando nos confrontan, en vez de
responder con amor, o callar por amor, devolvemos la ofensa, levantando la voz
y haciendo valer con furia nuestras razones. No podemos quedarnos así como
creyentes. Tenemos que activar la vida en el Espíritu, aplicando la fe que obra
por el amor.
La fe también significa adherirse, es decir, tomar
confiadamente algo que ya tenemos en Cristo; siguiendo nuestro ejemplo, si no
hemos sido amables o pacientes, debemos tomar lo siguiente y ponerlo en acción:
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni
orgulloso.”, (1 Corintios 13:4).
Si hemos tratado con dureza a alguien, o nos han ofendido,
debemos colocar en acción la fe que obra por el amor y aplicar cuando dice: “No
se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda
rencor.” (1 Corintios 13:5)
Si no hemos perdonado, o hemos faltado a la verdad a nuestro
prójimo, debemos adherirnos y creer lo que dice acerca de que el amor: “no se
goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:7). No hay un límite para
amar, con el amor de Cristo en nosotros, pero si hay una decisión que en la
libertad de Cristo podemos amar: No dar espera para colocar por obra el amor de
Cristo, que esta sea nuestra deuda diaria como dice Romanos 13:8 “No debáis a
nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha
cumplido la ley” Oración.
«Padre, qué hermoso es saber que la fe en Cristo me enseña a
vivir de manera práctica el amor con el que has llenado mi corazón; en cada
situación puedo decidir, en la libertad de Cristo, poner en acción la fe que
obra por el amor y aplicar todo el fruto de tu Espíritu, siendo amable,
perdonando, enseñando la verdad del evangelio con mansedumbre, tomando todo de
ti Jesús, amén
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