Fe,
mansedumbre y templanza más Características de Cristo
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2
“Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29
“Angustiado
él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” Isaías
53:7
Jesús nos
deja ver su fe, su mansedumbre y su templanza en todo lo que decía y hacía,
cada palabra y cada acto suyo revelaban su creencia a Dios, su sumisión al
Padre, su buena disposición para obedecerlo y su dominio propio para actuar en
consecuencia.
Ahora a
nosotros los creyentes por medio de la comunión del Espíritu Santo se nos
impulsa a tener fe, pues esta es una de las características que trae el fruto
del Espíritu, y se desarrolla a medida que el Espíritu de Dios nos revela su
Palabra cuando leemos la Biblia, o cuando oramos, o cuando escuchamos una
predicación, pues como dice Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el
oír, por la palabra de Dios” y solo basta una fe del tamaño de un granito de
mostaza, para que ésta empiece a crecer y nos lleve a creerle a Dios, al igual
que lo hizo Jesús, para que alcancemos el propósito para el cual él nos ha
llamado.
Pero también
Dios nos insta a tener mansedumbre, pues es necesaria esa docilidad y humildad
para recibir de buena manera la voluntad de Dios, y estar dispuestos a
obedecerle, lo cual redunda en beneficio para nuestra vida, pues el ser mansos
y humildes de corazón permite que tengamos descanso para nuestras almas tal y
como dice Mateo 11:29.
Finalmente
el Señor nos alienta a desarrollar la templanza, pues ésta es indispensable
para terminar convirtiendo en acciones los buenos deseos de obediencia que el
Espíritu Santo pone en nosotros tal y como lo declara Filipenses 2:13 “Porque
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad.”
Así que
hermanos pidamos a Dios que desarrolle en nosotros la fe, la mansedumbre y la
templanza de Cristo, pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor ni de
timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7) Oración.
«Espíritu Santo, recuérdame siempre las palabras de Jesús, pues ellas aumentan mi fe, ayúdame a ser manso como mi Señor y a tener dominio propio, pues mi deseo es hacer la voluntad de Dios. Ame.