martes, 30 de septiembre de 2025

El Señor es nuestro sustento

 


El Señor es nuestro sustento

“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;” 2 Corintios 1:8-9

Por la rutina de la vida y el paso de los días, nos acostumbramos a ciertos privilegios o comodidades que a diario tenemos, como por ejemplo, la vista, el oído, el alimento, todos nuestros miembros físicos y lo que con ellos hacemos, como caminar y obtener las cosas por nosotros mismos, también el hecho de acostarnos y poder dormir y abrir los ojos a un nuevo dia, entre otras cosas, que a diario disfrutamos.

Entonces, por la repetición día a día de todo ello, podemos llegar a pensar que somos nosotros mismos quienes nos sostenemos o que simplemente las cosas se dan naturalmente, pero hay un hecho muy grave en esto y es el de ignorar la presencia de Dios y la obra que continuamente mantiene para sostener el universo como para sustentar a los moradores de la tierra. Por ello, en este nuevo día es Él quien nos quiere recordar que:

“¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.” Isaías 40:21-23

Y en Isaías 40:27-31 dice “¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

De manera que, oyendo la Palabra de Dios que permanece para siempre, no endurezcamos nuestro corazón y seamos de aquellos que por la fe, al igual que el apóstol Pablo en su segunda carta a los Corintios, manifestemos diariamente nuestra confianza, dependencia y sumisión al Dios Eterno y Creador.    Oración.

«Padre Celestial, gracias por este nuevo día que me concedes de vida, salud, alimento y revelación; gracias por la Palabra que envías hoy para darme vida, fe, fortaleza, sustento y esperanza, por Jesucristo, tu amado Hijo, mi Señor y Salvador, amén.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Somos casa espiritual

 


Somos casa espiritual

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,” Efesios 4:11-12

Como se nos enseña a través de 1 Corintios 12, el Espíritu Santo reparte de sus diversos dones a cada miembro del cuerpo de Cristo, es decir, a su iglesia, por ende vemos que las actividades o funciones de cada persona varían según el don o dones que reciba; existe don de sabiduría, ciencia, fe, sanidades, milagros, profecía, discernimiento de espíritu, diversos géneros de lenguas, interpretación de lenguas, liderazgo, servicio, enseñanza, exhortación, contribución y misericordia (1 Corintios 12:4-11, Romanos 12:6-8).

Ahora bien, el Espíritu Santo a través de la Palabra también nos enseña que si bien estos dones son dados de manera individual, son para edificación y servicio del cuerpo de Cristo, 1 Pedro 4:10 dice “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”

Hermanos, la Palabra en 1 Pedro 2:5 nos llama a que seamos edificados como una casa espiritual, para que como dice Efesios 2:21-22, seamos un templo santo en el Señor donde more su Espíritu. De manera que, la gran revelación que el Señor nos está otorgando es precisamente la importancia de la unidad entre nosotros los creyentes, pues si vemos la analogía con un templo físico, este no tiene forma ni propósito, sino hasta que los ladrillos se unen y entonces formen un templo.

Nos edificamos como casa espiritual cuando cada uno según el don que ha recibido lo pone al servicio de los demás, e indudablemente este servicio es llevado a cabo, como dice Hebreos 10:25, no dejando de congregarnos. Queridos hermanos, hemos sido puestos en un mismo cuerpo por un mismo Espíritu, lo que nos indica que para crecer, mantenernos fortalecidos y ser edificados como casa espiritual es necesario que nos mantengamos unidos, orando los unos por los otros y estando pendientes los unos de los otros (Efesios 4:16, 6:18, 1 Corintios 12:25-26).     Oración.

«Padre, gracias por la revelación que nos concedes en tu Palabra acerca de la vital importancia que son nuestros hermanos en Cristo; te pedimos que por tu Espíritu que mora en cada uno de nosotros, nos permitas, a pesar de las diferencias, mantenernos unidos y reunidos, y en amor edificándonos para ser tu templo santo en Jesucristo, amén.

domingo, 28 de septiembre de 2025

Actuar con Dios

 


Actuar con Dios

“Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha de morir Jonatán, el que ha hecho esta grande salvación en Israel? No será así. Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha actuado hoy con Dios. Así el pueblo libró de morir a Jonatán.” 1 Samuel 14:45

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5

Actuar con Dios es lo que hace la diferencia en el servicio o trabajo de los creyentes; equivocadamente solemos pensar que debemos esforzarnos para hacer las cosas para Dios y que sean de agrado para Él, pero esto está incorrecto en el sentido de que nosotros solos o en nuestras propias capacidades realmente nada podemos hacer, pues es justamente lo que el Señor Jesús nos revela en la cita bíblica del día.

Si nosotros verdaderamente queremos agradar y glorificar al Padre, debemos hacer conforme a la voluntad de Él, Juan 15:7-8 dice “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.” Y actuamos conforme a la voluntad de Él cuando permanecemos en Cristo y su Palabra, pues permaneciendo así pedimos según la voluntad del Padre, y nos es concedido finalmente ese fruto para la gloria de Dios a través de Jesucristo.

Actuar con Dios es reconocer que nosotros en nuestras fuerzas o sabiduría nada podemos hacer, tener claro al igual que el apóstol Pablo, que nunca somos nosotros, sino siempre la gracia de Dios con nosotros; La Palabra en 1 Pedro 4:11 dice “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” Y el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo en 1 Corintios 15:10, declara: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes bien he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”

Hermanos, de ahora en adelante, tengámonos por servidores de Cristo, dejando a un lado la autosuficiencia y confianza en nosotros mismos y mejor, si algo queremos hacer para la gloria de Dios, siempre dependamos y permanezcamos en Jesucristo nuestro Señor.    Oración.

«Padre, en este momento te doy toda la gloria, la honra y la alabanza, pues eres Tú el único digno y merecedor; gracias Señor, por enseñarme que tan solo soy un instrumento en tus manos y que eres Tú quien siempre haces todas las cosas y obtienes la victoria. Te alabo y te bendigo en Jesucristo, amén.

sábado, 27 de septiembre de 2025

Tenemos un Padre proveedor

 


Tenemos un Padre proveedor

“Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Mateo 11:27

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:7-11

Cuando el Padre nos es revelado por Jesucristo, uno de los efectos en nuestra alma, es decir, en nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad, es la confianza, libertad y seguridad para pedirle a nuestro Papá, así como cuando éramos niños y todo se lo pedíamos a nuestros papás, pues entendíamos que eran ellos nuestros proveedores de todo. Es precisamente tener la seguridad de que si algo pedimos se nos responderá, no siempre recibiendo lo que pedimos, pero sí teniendo una respuesta a nuestra necesidad o inquietud.

Tener la revelación de un Padre Celestial, es tener la seguridad de que nunca estamos o estaremos solos ni desamparados, tal como lo expresa Salmos 27:10 diciendo “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.” Es recibir para nuestra vida, como un ancla firme y segura, aquella promesa declarada en el Salmo 121, donde se nos dice que el Señor nos guardará de día y de noche, que es Él, nuestro socorro, nuestra sombra y nuestro guardador, que así mismo Él guardará nuestra alma, nos guardará de todo mal y guardará nuestra salida y nuestra entrada por siempre.

Hermanos, cuando vemos y conocemos al Hijo, nos es revelado el Padre; esta es una relación que solo por Jesucristo se nos puede conceder. Por ello, nuestra diligencia y esmero diario, ha de ser permanecer en el Hijo, pues cuando por el Espíritu percibamos la presencia permanente de Cristo en nosotros, el cielo se abrirá y recibiremos todo el amor con que el Padre ama a su Hijo, por cuanto en nosotros, Él lo ve. Colosenses 3:11 dice “donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircunciso, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.” Y Jesús en Juan 17:26 declara “Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”   Oración.

«Padre, sé que tu amor, la gracia de tu Hijo y la comunión de tu Espíritu, me permiten hoy y todos los días conocer y experimentar cada regalo y cada promesa que en tu Palabra nos has dejado; te alabamos y bendecimos en tu Hijo y la comunión de tu Espíritu, amén.

viernes, 26 de septiembre de 2025

La sangre del pacto eterno

 


La sangre del pacto eterno

“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Hebreos 13:20-21

El pacto eterno descrito en Hebreos 8:10-12 dice así “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.”

Ahora bien, la sangre que fue derramada para que este pacto entrara en vigencia o se hiciera efectivo, no es precisamente la de un toro o macho cabrio como lo era en el antiguo pacto, sino mejor, la preciosa sangre de Jesucristo mismo, Hebreos 9:12 hablando de Él dice “y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.”

Como vemos, en este nuevo y eterno Pacto quienes intervienen para que se lleve a cabo es Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo (Hebreos 9:14); sin embargo, si alguna persona quiere ser beneficiaria de éste, todo lo que tiene que hacer es creer, tener fe en lo que la Palabra de Dios está revelando de Jesucristo y su obra de eterna redención y santificación, pues Hebreos 10:38 revela “Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.” Y Romanos 1:17 expone “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”

Hermanos, la sangre del pacto eterno, nos ha concedido valiosas y preciosas promesas, Oración.

«Padre, gracias por el Espíritu Santo que has enviado a morar en mí; gracias, oh Dios, porque sin Él que es quien conoce y escudriña todo de ti, jamás yo podría ver ni entender lo que por mí en Jesucristo has hecho y me has concedido. Gracias Padre, Hijo y Espíritu Santo, amén.

jueves, 25 de septiembre de 2025

Fuerza y agilidad

 


Fuerza y agilidad

“Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar” Habacuc 3:19

“Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce” Salmos 18:33-34

“Dios es el que me ciñe de fuerza, Y quien despeja mi camino” 2 Samuel 22:33

Es increíblemente común en nuestra vida vernos abrumados ante situaciones complejas, muchas veces sumergirnos en los afanes de la vida, el trabajo, las obligaciones, la economía, los retos entre otras. Pero, ¿cuál debe ser nuestro entendimiento cuando tenemos estos inconvenientes?

La Palabra de Dios hoy, nos habla acerca de ciervas o gacelas que pueden subirse a una montaña rocosa, escalar y pasar sobre terrenos resbaladizos realmente difíciles de recorrer, pero lo hacen con agilidad, seguridad y total confianza, como si no fuera nada complejo o como si estuvieran en la pradera.

Tenemos desafíos diarios que ponen a prueba nuestras capacidades y sentimos que no podemos, que no damos más, pero allí es donde nuestra suficiencia no debe depender de nosotros mismos, sino de Dios, tal como se expone en 2 Corintios 3:5 diciendo “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”.

Hermanos, descansar, esperar y confiar ante toda situación en nuestro Dios y su promesa para nosotros, creyendo que de Él viene nuestra fortaleza y es Él quien nos da la competencia, es quien hará que finalmente en todo salgamos victoriosos. Hemos de confiar que Él va delante de nosotros, abriendo y preparando el camino, y que así mismo obra en nosotros concediéndonos la sabiduría, la agilidad y la destreza que necesitamos en cada día de nuestra vida, para que aun en las montañas más altas, rocosas y peligrosas seamos como esas ciervas o gacelas. Oración.

«Padre, gracias porque siempre eres fiel. Cuando pasamos por días difíciles y restantes, Tú nos das nuevas fuerzas, Tú eres nuestra fortaleza; gracias por hacer nuestros pies como de ciervas y darnos la sabiduría y destreza para andar aún en las montañas más altas y rocosas, amén.

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Multiplica la gracia y la paz en tu vida


Multiplica la gracia y la paz en tu vida

 “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.” 2 Pedro 1:2

La gracia que es la bondad o el favor inmerecido de Dios, junto con su paz que no es solamente una ausencia de conflictos, sino más bien, un estado de armonía, seguridad, prosperidad y bienestar integral, dice la Palabra que pueden multiplicarse en nuestra vida por medio del conocimiento de Dios y de nuestro Salvador.

Muchas veces solo por desconocimiento o ignorancia de la Palabra de Dios vivimos llenos de preocupaciones, culpas, incertidumbres y desesperanza; sin embargo, lo que Dios quiere es que vivamos siempre confiados, libres, seguros y en paz independiente de las épocas o las circunstancias.

Vemos en el caso de Daniel, registrado en el capítulo 6 de ese libro, que este joven a pesar de estar en una situación límite, expuesto a la muerte en un foso lleno de leones, siempre estuvo confiado y tranquilo, pues el conocimiento del Dios a quien servía y su comunión constante con Él, le llevaron a una seguridad tal, que él confiaba plenamente en el favor que recibiría del Señor y aun en esa situación su corazón se llenó de una paz sobrenatural.

Hermanos, tenemos la oportunidad cada día de multiplicar la gracia y la paz de Dios en nuestra vida, para ello debemos crecer en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor; el Espíritu Santo que en nosotros está es nuestro maestro, Él nos revelará, enseñará y recordará toda la gracia que inmerecidamente, por Jesucristo, Dios nos ha concedido y así mismo por su Espíritu, el Señor en toda situación guardará nuestro corazón y pensamiento en Jesucristo con su paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:6-7, Gálatas 5:22).   Oración.

«Padre, gracias por toda la paz y la gracia que hoy me permites disfrutar, gracias porque es por esa revelación que continuamente me das de ti y de tu Hijo por tu Espíritu, amén.


domingo, 21 de septiembre de 2025

Deléitate en Dios

 


Deléitate en Dios

“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmo 37:4

“Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro” Job 22:26

El deleite con Dios comienza cuando arrepentidos de nuestros malos caminos, buscamos su rostro, buscamos su misericordia y volvemos en amistad con Él; cuando oímos su voz y ponemos sus palabras en nuestro corazón y las cumplimos; cuando nos rendimos delante de su presencia y sujetamos a su voluntad nuestro corazón y nuestra vida para honrarle y glorificarle en todos los tiempos, momentos y circunstancias, y esto solo es posible viviendo en el Espíritu, porque Dios es Espíritu. “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.” (Romanos 8:5)

Cuando vivimos en el Espíritu y nos deleitamos en Dios, Él concede los deseos de nuestro corazón y no niega las peticiones de nuestros labios. (Salmo 21:2) Porque cercano está a todos los que le invocan, a los que le invocan de veras, cumple el deseo de los que le temen, oye el clamor de ellos y los salva, guarda a todos los que le aman y destruye a todos los impíos. (Salmo 145:18-20)

En estos momentos angustiosos del mundo, nada mejor, que buscar ese alto refugio, esa torre fuerte, ese Dios incomparable que nos ama con un amor que supera nuestro propio entendimiento y deleitarnos en Él, andando en sus caminos, obedeciendo su voz y apropiándonos de su promesa que nos dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” (Mateo 7:7-8) Encontraremos en su cumplimiento esa paz, consuelo, esperanza, esa mano poderosa, creadora de los cielos, de la tierra, de la mar y de las fuentes de las aguas, que nunca nos soltará, aunque estemos atravesando por valle de sombra de muerte. (Salmos 23:4).  Oración.

«Padre, Señor y Dios mío, el anhelo más grande de mi corazón es que real y verdaderamente seas para mi ser y para mi vida; mi Señor, mi Dios, mi Rey y mi todo, de modo que me deleite en ti, adorando, alabando, bendiciendo, exaltando tu santo nombre, obedeciendo la voz de tu palabra y honrando y glorificando tu nombre en todos los tiempos, en todos los momentos y en todas las circunstancias de esta vida, que tú me permitas vivir. Amén.  

viernes, 19 de septiembre de 2025

El Espíritu de su Hijo en nosotros

 


El Espíritu de su Hijo en nosotros

“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4:6-7

“Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Mateo 11:27

Una revelación única, suprema y extraordinaria es cuando conocemos a Dios como nuestro Padre, nuestro Papá. El conocer a Dios como nuestro Padre es un hecho impactante y poderoso en la vida y el corazón del ser humano, que nos lleva a sentir un nivel de seguridad, paz y esperanza que quizá con ningún otro atributo de Dios podríamos llegar a experimentar.

El conocimiento de Dios como Padre es sin duda y porque así se menciona en las sagradas Escrituras, un conocimiento que solo es posible obtenerlo por medio de Jesucristo, es decir, cuando creemos en Él, pues Juan 1:12 revela que a todos los que le reciben, a los que creen en su nombre, les da el derecho de ser llamados hijos de Dios.

Ahora bien, la Palabra en Gálatas dice que porque nosotros somos hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!, de manera que cuando nosotros entendemos que no somos nosotros mismos dirigiéndonos a Dios como Padre, sino que es Cristo en nuestro corazón el que clama “Abba, Padre”, podemos experimentar amor, seguridad y confianza que solo Jesús por su condición de Hijo Unigénito y amado, que conoce inherentemente al Padre, nos lo puede conceder, tal como Él mismo lo afirma en Mateo 11:27 y Juan 17:26 diciendo “ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” “Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”

Hermanos, el amor con que Dios ama a su Hijo Unigénito y a su vez la seguridad y confianza que el Hijo Unigénito experimenta de su Padre solo nos es posible conocer y experimentar en nuestra vida, cuando creemos y entendemos que Cristo está en nuestro corazón por el Espíritu y es entonces por Él que el Padre nos ama con amor inalterable y que realmente es Él quien a través de nosotros con toda seguridad y confianza clama ¡Abba Padre!   Oración.

«Padre, gracias porque a través de tu Palabra me concedes la fe y la revelación de tu Hijo Jesucristo, gracias, oh Dios, por permitirme entender que es en Él y por Él que hoy me puedo dirigir a ti como Padre y por quien así mismo me amas con amor eterno e inalterable, amén.

jueves, 18 de septiembre de 2025

El reflejo de su corazón

 


El reflejo de su corazón

“Como en el agua el rostro corresponde al rostro, así el corazón del hombre al del hombre.” Proverbios 27:19

Bien dice el proverbio acerca del hombre que: “Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es”, incluso en Proverbios 23:7a adiciona: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” y es que si quieres conocer a alguien verdaderamente mira lo que tiene en su corazón, por eso creo que Dios insiste tanto en que vayamos delante de Él a que seamos examinados, porque hay tantas cosas que ocultamos en nuestro interior que necesitamos que sean sacadas a la luz para quitarlas, arrancarlas de raíz, y sembrar a cambio algo que edifique (Salmos 139:23-24)

Es increíble ver cómo Dios está interesado en que el corazón del hombre sea tan solo un reflejo del suyo, y lo podemos ver en Hechos 13:22b en donde al describir a David manifiesta que él es un hombre conforme a Su corazón, y esto no es debido a un esfuerzo o mérito de David sino una obra de Dios, pues es Él mismo quien por medio del obrar del    Espíritu Santo nos lleva a reflejar a quien vive en nosotros, Cristo (Gálatas 2:20).

La tarea que queda para nosotros los creyentes es entonces menguar cada día, creer en su Palabra e identificarnos con esa obra de Cristo, obra que nos dice que ya no vivimos nosotros sino Cristo en nosotros, para que así por medio de la fe el Espíritu Santo actúe diariamente en nuestras vidas y terminemos reflejando en nuestros corazones, el precioso corazón de Jesucristo.  Oración.

«Padre, que mi vida y corazón tan sólo sean un reflejo de tu Hijo Jesús; sé que esto no es algo imposible de experimentar, pues gracias a la obra de Jesús, sé que quien vive ahora no soy yo sino tu Hijo Jesucristo, así lo he creído porque escrito está, Tu Santo Espíritu me lo ha revelado y Él mismo es quien me llevará a evidenciarlo en mi vida. Amén.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

El Amado

 


El Amado

“Mi amado es mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios.” Cantares 2:16.

“para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” Efesios 1:6

Como una pareja de enamorados, así podemos entender la relación que existe entre Cristo y su iglesia, es decir, entre cada uno de nosotros y el Amado del Padre.

Una pareja de esposos se corresponde mutuamente, han dejado de ser para sí mismos y se han ofrecido el uno al otro en un acto de amor, de reciprocidad, de entrega fiel y total (1 Corintios 7:4).

Cristo es el Amado de Dios y nosotros somos sus amados (Colosenses 3:12), Él se entregó por nosotros y nosotros le hemos entregado a Él nuestro corazón; entonces, ya no vivimos para nosotros mismos sino para Cristo. Este hecho nos lleva a afirmar como dice la escritura “y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15).

Entonces, pertenecemos a Cristo por la abundante gracia de Dios, pues Él nos amó primero y se entregó por nosotros en la cruz para darnos vida eterna, por lo tanto, Dios nos aceptó por medio de la fe en aquel de quien con su propia voz declaró: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).

¿Qué implica para tu vida saber que eres aceptado y también el amado de Dios por medio de Cristo? La respuesta nos la da el apóstol amado por Jesús, llamándonos por lo que somos, en 1 Juan 4:7 escribe por el Espíritu “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”.

Hermano, que tú y yo seamos amados y aceptados por Dios, por medio de la fe en el Amado, implica que ahora nos amemos unos a otros, para revelar el gran amor de Dios y su gloria eterna. Así que, no tardemos en expresar y revelar a todo el mundo el gran amor de Dios que habita en nuestro corazón.   Oración.

«Padre, me has amado en Cristo Jesús, en tu Hijo amado, para que ahora yo muestre ese inmenso amor a los demás; guía cada día de mi vida con tu Espíritu Santo para aprovecharlo practicando el amor al prójimo. En el nombre de Jesús, Amén. 

martes, 16 de septiembre de 2025

Nuestra esperanza de conocimiento y crecimiento está en Dios

 


Nuestra esperanza de conocimiento y crecimiento está en Dios

“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Romanos 9:16

“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.” 1 Corintios 3:6-7

“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” Filipenses 1:6

Leer la Biblia por horas, ponernos rutinas de oración, ser diligentes en asistir a los cultos de la iglesia, dejar de escuchar música secular para solo escuchar música cristiana, abstenernos de comer o beber ciertos alimentos y cualquier tipo de práctica religiosa que podamos conocer o imaginar, no asegura que haya en nosotros un verdadero conocimiento, crecimiento y transformación. No es que estas obras no se deban hacer, sino mejor la conciencia, modo y motivación con la que las estemos haciendo.

Explicamos, una cosa es que nosotros en nuestras buenas y bonitas intenciones nos propongamos realizar cuanta práctica se nos ocurra o se nos presente poniendo nuestra confianza y esperanza en que por esas buenas obras que nos estamos esforzando por hacer, directa y lógicamente vamos a tener un mayor conocimiento, crecimiento y madurez. Algo muy diferente o contrario a esto, es que nosotros por la comunión del Espíritu Santo y en completa dependencia de nuestro Padre, confiando en la gracia de Jesús, seamos guiados de manera genuina, gozosa y continua a hacer o permanecer en este tipo de acciones que el mismo Señor nos llama a hacer (1 Tesalonicenses 5:17, Juan 15:7, Josué 1:8, Efesios 5:18-20).

Hermanos, la Palabra de Dios es clara y contundente, asombrándonos y confrontándonos muchas veces con respecto al hombre y sus buenas obras, vemos esto en las citas bíblicas del día, que precisamente no le dan mérito al de buenas intenciones o al que es diligente, sino que dice, todo depende de Dios que tiene misericordia, así mismo expone que nuestro crecimiento no viene por el tipo de persona por la cual somos enseñados o instruidos, sino que dice “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.” Y finalmente afirma, que Dios que comenzó en nosotros la buena obra es quien la perfecciona hasta el día en que Jesucristo vuelva.  Oración.

«Padre, sé que mi conocimiento, crecimiento y madurez no viene por mis capacidades, mis buenas intenciones o mis mejores obras, entiendo y reconozco que eres Tú por la gracia de Jesús y la comunión de tu Espíritu Santo, quien cada día me hace apto en toda obra buena para hacer tu voluntad, haciendo tú en mí lo que es agradable delante de ti por Jesucristo, a quien pertenece la gloria por los siglos de los siglos, amén.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Poder para perdonar

 


Poder para perdonar

“Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” 2 Corintios 2:10-11

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” Efesios 4:26-27

El enojo, la falta de perdón o la ira prolongada, dice la Palabra, que son puerta de entrada a nuestro corazón de nuestro enemigo Satanás. Si bien podemos tener momentos de exasperación por cuanto las emociones y los sentimientos de este tipo hacen parte de nuestra naturaleza, lo que dice el Señor es que no debemos permanecer en ellos por mucho tiempo y mucho menos actuar bajo sus efectos.

La instrucción clara y precisa que nos da la Palabra de Dios en estos casos, para que guardemos nuestro corazón y nuestras relaciones de las maquinaciones del enemigo, es que nos mantengamos firmes en nuestra fe (Efesios 6:16, 1 Pedro 5:8-9). Muy probablemente nosotros de antemano conocemos cuál es la voluntad de Dios para estos momentos, sabemos y entendemos que el Señor nos llama a perdonar y no a mantenernos enojados, de hecho su Palabra en Mateo 6:12 expresa “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”

Hermanos, el Señor cada día renueva su misericordia con nosotros, Él por Jesucristo y desde la eternidad ha decidido perdonar cada una de nuestras ofensas y pecados, y dice su Palabra que de la misma manera en que Él nos ha perdonado a nosotros en Cristo, debemos también perdonarnos unos a otros y ser misericordiosos, pues si Él nos perdonó una deuda tan grande que para nosotros era imposible de pagar, ¿cómo nosotros no hemos de perdonar a nuestro prójimo una deuda que en comparación es mucho más pequeña? (Efesios 4:31-32, Mateo 18:21-35).

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Mateo 18:21-22. Hermano, no permitas que endureciendo tu corazón a la Palabra de Dios, Satanás tome ventaja, mejor, sométete a Dios, resiste al diablo y él huirá de ti (Santiago 4:7).    Oración.

«Padre, sé que en mí no está el perdonar a mi hermano las veces que él me pueda ofender, realmente no es mi deseo ni lo que siento, pero sé que es tu voluntad y más aún, es lo que Tú haces conmigo diariamente, por eso hoy me rindo ante ti reconociendo y sabiendo que solo el poder de tu fuerza me fortalece para sentir y hacer según tu Palabra me dice, amén.

domingo, 14 de septiembre de 2025

Guiados en el camino eterno

 


Guiados en el camino eterno

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.” Salmos 139:23-24

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6

Hay días en los que, por diferentes circunstancias, estamos tentados a caminar por camino de perversidad, quizá algún disgusto, desacuerdo, inconformidad o injusticia presentada con las personas que convivimos, o tal vez con nuestros familiares o amigos, pues es por medio de nuestras relaciones interpersonales que nuestras emociones, pensamientos, sentimientos y reacciones se pueden ver fácilmente alteradas. Sin duda, al ser estas personas de algún modo tan importantes para nosotros, nos resulta difícil no conmovernos, disgustarnos, entristecernos o alterarnos y de esta manera buscar responder o resolver según nuestra propia sabiduría nos dicte o lo que nuestra alma dictamine.

Sin embargo, Jesús siempre está a la puerta de nuestro corazón llamando, su Santo Espíritu que en nosotros mora nos susurra al oído recordándonos que ese camino es perverso y que solo trae destrucción, muerte y división (Romanos 8:6). Pero no solo ello, el Espíritu Santo no solo está para avisarnos o advertirnos, sino que su poder que en nosotros actúa nos da la fuerza y la decisión para acercarnos ante el trono de la gracia de Dios (Efesios 1:19-20, 3:16). Y entonces allí, con nuestra alma derramada ante el Señor, y con una actitud de total rendición, conforme dice el Salmo de hoy, le entregamos a Él nuestro corazón y pensamientos, sabiendo y reconociendo que Él es el único que nos puede sacar de tal camino de perversidad y guiarnos en el camino eterno.

Hermanos, el camino eterno es Jesucristo (Juan 14:6), y cuando estamos ante el trono de la gracia de Dios, nuestros pies y todo nuestro ser es encaminado hacia Él, logrando así que nuestra vida se conecte con Su vida, y entonces así en completa unión y comunión con su Santo Espíritu, andar en Él, es decir, en amor, santidad, misericordia, humildad, paciencia y benignidad (Colosenses 2:6, Gálatas 5:16, Colosenses 3:12-14).   Oración.

«Padre misericordioso, gracias por tener compasión de mí en mis momentos de debilidad y tentación, gracias por tu Espíritu puesto en mí para revelarme, guiarme y fortalecerme en Jesucristo, en Él te doy todo el honor y la gloria por sacarme del camino de perversidad y guiarme en el camino eterno, amén.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Somos cartas de Cristo

 Somos cartas de Cristo

“siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” 2 Corintios 3:3

La Palabra de hoy tiene un mensaje muy conmovedor, hermoso y motivador, pues dice que nosotros los hijos de Dios somos carta de Cristo escrita con el Santo Espíritu de Dios, y es que su Palabra en 2 Corintios 5:17 nos revela “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

De manera que, no importa que tan oscuro haya sido nuestro pasado, cuantas cicatrices, secuelas o marcas tenga nuestro cuerpo a causa del pecado de ayer, de la esclavitud en la que nos encontrábamos antes de conocer a Cristo, porque una vez que depositamos nuestra fe en Jesús y lo recibimos en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador, Dios derramó su Santo Espíritu en nosotros, quien a partir de ese momento comenzó a escribir una nueva historia de nuestra vida, donde por su puesto el protagonista ya no es cada uno de nosotros, sino el Señor Jesús nuestro redentor.

Efesios 2:10 dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Hermanos, que esta Palabra que nos recuerda el grandioso amor y la infinita misericordia de Dios en Cristo para con nosotros cuando aún éramos sus enemigos y estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, nos reafirme nuestra identidad y propósito, recordando que ya no somos esclavos del pecado, sino hijos de Dios, y que ya no vivimos por nosotros mismos ni para nuestra propia reputación o representación, sino que nuestra vida está en Cristo y es Él por su Espíritu, quien ahora dirige nuestra vida, escribiendo en nuestro corazón cada línea de esa carta que quiere hacer de cada uno de nosotros, para lectura y bendición de nuestro prójimo y por supuesto, para gloria de Dios.  Oración.

«Padre, gracias por eso nuevo, precioso y valioso que has hecho de mí por tu Santo Espíritu y la obra de Jesucristo, mi Señor y Salvador; gracias por recordar y afirmar mi propósito en esta tierra por la revelación de tu Palabra, ahora sé que mi vida es una carta de Cristo y que el contenido en ella escrito por tu Santo Espíritu en mi corazón, es para tu gloria cuando sea visto y leído por cada persona, amén.


viernes, 12 de septiembre de 2025

Nuestra vida es para Jesucristo

 


Nuestra vida es para Jesucristo

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:14-15

Hermanos en Cristo, el mensaje del evangelio, la palabra de la cruz tiene una contundencia tal que cuando la entendemos de manera clara y revelada, nuestra vida tiene una verdadera transformación y propósito.

Por diferentes motivos, muchos de nosotros creemos inicialmente o aún seguimos creyendo que por haber buscado a Dios y tener el anhelo de vivir según sus mandamientos, entonces Él nos va a recompensar concediéndonos todo lo que nuestra alma desea, en otras palabras, pensamos que acercándonos a Dios se van a resolver todos nuestros problemas y vamos a tener una mejor calidad de vida; y esto en sí no es falso, pero sí tiene una base o motivación errada y es básicamente pensar que todo gira alrededor nuestro, y esto sí es totalmente equivocado.

Hermano, toda la Palabra de Dios se centra en Jesucristo, y en Colosenses 1:15-16 se nos revela que todo fue creado en Él, por medio de Él y para Él; ahora bien, nosotros que hemos creído en Él como nuestro Señor y Salvador, la Escritura nos dice que si Él murió por nosotros, nosotros también hemos muerto con Él y así como Él resucitó nosotros también resucitamos con Él y aquí está el propósito: “para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:15.

Cuando nosotros cambiamos nuestra manera de pensar y con ello nuestro enfoque (como veíamos en el devocional anterior), pasando de nosotros a Cristo, entonces se cumple en verdad la promesa del Señor registrada en Juan 10:10 “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Esta vida abundante es por supuesto la vida de Cristo manifestada en nosotros, esa vida en el Espíritu que se ocupa y pone su mirada, no en las cosas de la tierra, no en sí mismo, no en el mundo, sino en lo celestial donde está Cristo sentado a la diestra de Dios, y que entonces como resultado todo lo que en ella se evidencia es la gloria de Dios (Colosenses 3:1-4), es decir, a Cristo mismo y su fruto de paz, abundancia y plenitud (Juan 1:14,16, Romanos 8:6).   Oración.

«Amoroso Señor, gracias por tu Espíritu Santo que mora en mí y en todo el que tiene su fe en Cristo Jesús; te damos honra, gloria y alabanza, porque si no es por Él que nos revela tu Palabra, propósito, voluntad y misterios, jamás los podríamos entender; te damos gracias confiando en que así como Cristo nos ha sido revelado también por tu Espíritu será cada día más manifestado en nosotros y a través de nosotros, amén.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Enfocándonos

 


Enfocándonos

“Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red.” Salmos 25:15

Es muy fácil enredarse con los afanes del mundo cuando estamos enfocados en nosotros mismos o en los problemas. Los afanes del mundo nos llevan a enfocar nuestra energía y pensamiento en lograr lo que el mundo coloca como estándar de éxito, pero una vez se llega a la cima no está lo que supuestamente se ofrecía, es decir, no hay verdadera satisfacción, no hay total felicidad porque se sube la montaña solo.

El enfoque en nosotros mismos es el enfoque más dañino, pues el resultado de la satisfacción personal egoísta, es la desconexión con los nuestros, consecuencia absoluta de la desconexión con Dios y su propósito. Así que, ¿Cuál es el propósito de Dios para nuestra vida? Solo hay uno.

En cortas palabras, el propósito de Dios para nuestra vida es que hagamos su voluntad, pero solo podremos hacer su voluntad si nuestro enfoque es Cristo.

Su Palabra en Filipenses 3:12-14 dice “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Es justamente lo que motiva cada día al apóstol Pablo, alcanzar a Cristo, y esto significa que aunque Jesús ya está en mí y yo en él o que fui “alcanzado por él”, debo alcanzar o lograr que Él se forme y crezca plenamente en mí, pues justamente el premio del supremo llamamiento de Dios es únicamente en Cristo Jesús, y Efesios 4:13 dice “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”

Hermanos enfocarnos en los problemas, el mundo o nosotros mismos hará que nos enredemos más y que finalmente no obtengamos eso que tanto anhelamos, pero si nos enfocamos en la voluntad de Dios, prosiguiendo a la meta de que Cristo sea cada día más formado en nosotros, entonces nuestro Padre Dios sacará nuestros pies de cualquier tipo de red en la que podamos caer concediéndonos también el premio que mayor satisfacción nos hará tener.  Oración.

«Padre, gracias porque el permanecer con nuestra mirada en ti, enfocados en lo celestial y eterno, nos permite vivir una vida de total plenitud y satisfacción; gracias porque sé que tu buena voluntad es que Cristo sea formado y reflejado a través de mí y por ello a pesar mis debilidades y fallas, cada día me levantas y me motivas a olvidar lo que queda atrás y proseguir al premio de tu supremo llamamiento, amen.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Navegando con Jesús

 


Navegando con Jesús

“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?” Marcos 4:35-41

Qué invitación tan particular e interesante es esta que vemos por parte del Señor a sus discípulos; era de noche, les dice que pasen al otro lado del lago, él se duerme y, prontamente se levanta una tempestad tal que ya casi se hundía la barca peligrando todos en gran manera.

En nuestro caminar cristiano, al igual que a sus discípulos, Jesús nos hace ciertas y curiosas invitaciones, son de aquellas en las que vemos con nuestros ojos físicos que pueden tener peligrosos riesgos, en las cuales podemos llegar a asustarnos o angustiarnos pensando que en cualquier momento podemos ahogarnos y perecer; éstas son precisamente de aquellas donde logramos percibir o entender que van más allá de lo que en nuestras fuerzas, experticia o sabiduría podríamos resolver, esos asuntos donde sabemos que si no es con la ayuda del Señor no podríamos cumplir o salir bien librados, la pregunta es, ¿ya diste tu paso de fe?, ¿ya aceptaste la invitación que con tanta gracia y amor el Señor te está haciendo?, es decir, ¿ya te dispusiste a dejar de confiar en tus propios medios y mejor confiar en la soberanía, poder y sabiduría del Señor?

Hermanos, la fe en Jesús es lo que hoy en día nos da el maravilloso e inigualable privilegio de ser llamados hijos de Dios (Juan 1:12), y es solo por medio de la fe que en nuestra vida podremos seguir viendo la gloria de Dios, tal como se lo manifestó el Señor a Marta en Juan 11:40 diciéndole “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”

De modo que, si tú eres de aquellos que a hoy todavía no has decidido navegar con Jesús, quizás por lo que tu mente o tu corazón te llevan a imaginar, el Señor hoy de nuevo te está haciendo la invitación a que confíes en su plan y dirección; además de ello, recuerda que hoy en día Jesús no solo va contigo, sino que Él está en ti, y no permitirá que te ahogues o perezcas, Él solo te quiere enseñar que en medio de la tempestad tú puedes en Él reposar y descansar; Deuteronomio 31:8 “Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.   Oración.

«Padre, gracias por tan hermoso y privilegiado llamado que en Cristo Jesús me has realizado; gracias por cada día enseñarme a confiar en ti sin angustiarme, desanimarme o desmayar; gracias Señor por esa fe que como don me has dado y que por tu Palabra cada día haces crecer, amén.

martes, 9 de septiembre de 2025

Gozosos en la esperanza

 


Gozosos en la esperanza

“gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;” Romanos 12:12

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” Santiago 1:2-4

“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” Hebreos 12:11

Tiempos de prueba y disciplina, aunque difíciles y tal vez más largos de lo que creemos resistir y soportar, finalmente terminan siendo momentos de gran crecimiento espiritual.

Hay ocasiones que de pronto sin querer o sin imaginar, quizás por las emociones o incluso por las buenas intenciones, tal como le pasó al rey Saúl, terminamos desobedeciendo al Señor y haciendo conforme nosotros pensamos que es bueno (1 Samuel 15:17-22). Sin duda, el Señor, en su eterno amor e infinita misericordia, habiéndonos adoptado como a hijos en Cristo, no nos desechará, si no mejor nos ejercitará en paciencia y obediencia.

Recordemos lo que dice Hebreos 5:8-9 acerca de Cristo “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;” y si fue necesario esto en Jesucristo quien fue perfecto, cabal y obediente en todo, ¿cuánto más en nosotros que sí somos imperfectos y desobedientes? (Hebreos 12:5-6).

Para nadie es un secreto que estos tiempos en los que somos reprendidos y disciplinados, inicialmente no nos causan agrado o gozo, pero veamos a lo que nos anima el Señor en Hebreos 12:2 “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hermanos, que nuestra mirada, confianza y esperanza en Jesucristo, nos lleven a permanecer y esperar en este tiempo en completo gozo, con la firme certeza de que nuestro Padre que nos ama, nos ejercitará para que finalmente el fruto de su Hijo Jesucristo sea a través de nosotros manifiesto, su paciencia y obediencia para gloria de Dios Padre.   Oración.

«Padre, en tu eterno amor e infinita misericordia, no te cansas de reprendernos y disciplinarnos, gracias por esos tiempos que aun siendo tentados a desanimarnos y desmayar, Tú nos hablas y nos concedes la gracia de mirar a tu Hijo Jesucristo, quien gozoso por nuestra salvación sufrió la cruz y menospreció el oprobio; gracias porque ahora por medio de la fe, su gozo ha sido puesto en mí y en ti espero para que por el ejercicio de estos tiempos todo el fruto de tu Hijo Jesucristo sea a través de mí manifiesto, amén.

lunes, 8 de septiembre de 2025

El fruto es de la vid

 


El fruto es de la vid

“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:4-5

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23

Nos preocupamos, intentamos y esforzamos mucho los cristianos por cambiar nuestra manera de pensar, sentir y hacer, pues conocemos que muchos de nuestros pensamientos, sentimientos y obras no son conforme a la voluntad de Dios. Sin embargo, pasan las semanas, los meses e incluso los años y vemos que en algunos aspectos seguimos siendo los mismos que éramos antes de conocer de Cristo o quizás observamos que nuestro caminar está lleno de altibajos, por algún tiempo parecemos cambiar, pero luego volvemos a nuestras antiguas andanzas.

Es sin duda éste, un panorama frustrante, desalentador y agotador, pero ¿por qué pasa esto? Tal vez es porque hasta ahora no hemos tenido un verdadero conocimiento y entendimiento de las buenas noticias del Señor y nos hemos pasado la vida intentando hacerlo a nuestra manera. Este mal entendimiento de la Palabra de Dios básicamente está en que creemos que debemos en nuestros propios esfuerzos parecernos a Cristo y llegar a ser como Él.

Hermanos, la reveladora verdad es que Cristo está en nosotros y nosotros en Él, así como en una planta de uvas, que vemos que ella tiene pámpanos y los pámpanos están en ella; ahora bien, los pámpanos que llevan fruto no son aquellos que son cortados o que por alguna razón ya no están en la vid, sino que, son aquellos que permanecen en la vid, preguntémonos ¿el fruto, la uva, la produjo el pámpano?, o ¿es el pámpano simplemente el medio a través del cual la vid produce su fruto?

¡Así es, queridos hermanos!, somos también nosotros simplemente medios a través de los cuales el Señor se manifiesta evidenciando Su fruto, por cuanto dice Gálatas 5:22 “El fruto del Espíritu es…”, de modo que, no es nuestro fruto, es el fruto del Espíritu de Cristo y, es solo en aquellos que permanecen con su confianza puesta en la Palabra de Cristo y por ende en la obra que Él puede hacer a través de ellos, renunciando a cualquier tipo de confianza en sí mismos y sus esfuerzos, en los que el fruto de Cristo es producido.    Oración.

«Padre, gracias por haberme puesto en Jesucristo, tu Palabra dice que por la fe nos has injertado en el buen olivo, y ahora Cristo está en mí y yo en Cristo; te alabo y te bendigo porque has dispuesto todo para que a través de mí el abundante fruto del Espíritu de tu Hijo sea llevado y tú seas glorificado, amén.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Dar gracias

 


Dar gracias

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” 1 Tesalonicenses 5:18

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

Dar gracias en todo porque esa es la voluntad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús, es el mandato que encontramos del Señor en 1 Tesalonicenses 5:18. Es este, en primera instancia, un mandamiento un poco difícil de aceptar y mayor aún de practicar, pues no todo el tiempo o en todo momento sentimos querer dar gracias a Dios o estar agradecidos por alguna situación.

Pues bien, hemos de saber que, es esta una actitud o manifestación que se produce en nosotros única y exclusivamente cuando nuestra fe y confianza están puestas en el Señor; si leemos nueva y detenidamente 1 Tesalonicenses 5:18 encontraremos el porqué debemos siempre dar gracias en todo, y la respuesta es sencillamente porque eso que nos está ocurriendo es la voluntad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús.

Reflexionemos, si nosotros verdaderamente confiamos que nuestra vida está en manos del Señor, si creemos que somos sus hijos en Cristo y además que Él es soberano para hacer o permitir en nuestra vida conforme bien le parezca, entonces ¿por qué hemos de dudar, cuestionar, renegar o quejarnos ante una situación que quizás no nos agrade o que talvez nos esté causando dolor?

Hermanos, el Señor es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que nosotros pedimos o entendemos, pero solo podremos ver su propósito detrás de cada situación cuando, por esa fe que hemos recibido de Él, nuestra constante actitud es de confianza y gratitud. 1 Pedro 1:6-7 nos dice así “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,”   Oración.

«Padre Dios, gracias por esa buena y preciosa obra que tú cada día perfeccionas en mí, gracias por no dejarme como soy, como pienso y como siento, sino mejor, a través de las diversas pruebas y tribulaciones, hacer crecer en mí el pensar, el sentir y el hacer de tu Hijo Jesucristo, que me lleva a estar siempre confiado y agradecido, amén.

sábado, 6 de septiembre de 2025

Buscar y hacer la paz

 


Buscar y hacer la paz

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” Romanos 12:18

Vemos actualmente cómo el hacer la paz, buscar la paz o estar en paz se ha convertido en un gran objetivo para los gobiernos de todo el mundo, se busca que ya no haya más guerras, más muertos por la violencia, ni más terror infundido por los diferentes grupos delincuenciales y terroristas.

Sin duda, es este, un propósito loable y de gran admiración, pero que si vemos cercanamente o más lejos de nuestro alrededor, notamos que es cada día más difícil de alcanzar. Y esto tiene todo el sentido, pues no es a través de acuerdos o recompensas ofrecidas que el ser humano puede encontrar y extender la paz.

La paz, en su definición bíblica, va mucho más allá de un estado de calma o tranquilidad, es así la paz un estado de armonía, integridad, plenitud y bienestar integral, un estado que por su puesto no lo hallamos ni en nosotros mismos ni en las circunstancias externas, puesto que el ser humano por naturaleza tiene conflictos internos y a su alrededor se encuentra con diferentes tipos de amenazas.

De manera que, solo existe una fuente de verdadera y completa paz, y esta es Dios. Dios es un Dios de paz (1 Corintios 14:33, 1 Tesalonicenses 5:23, Hebreos 13:20), y el ser humano solo puede encontrar y disfrutar de verdadera paz cuando la busca en Él. Filipenses 4:6-7 nos expone cómo cuando nosotros entregamos o encomendamos al Señor cada una de nuestras necesidades, condiciones, debilidades y limitaciones, esa paz que viene de Él y que sobrepasa todo lo que nuestra mente puede entender, guardará nuestro pensamiento y nuestro corazón en Jesús nuestro Señor. Es entonces en Jesús, quien nos puso en paz con Dios y con nuestro prójimo (Romanos 5:1, Efesios 2:14-17), que nuestra alma puede encontrar completa y verdadera paz. Por ello, querido hermano, si nuestro deseo es mantener esta paz y también hacer la paz, permitamos que sea Jesús quien mora por fe en nuestro interior, el que gobierne diariamente nuestro pensamiento y corazón (Juan 14:20).   Oración.

«Padre, gracias por esa incomparable e inagotable fuente de paz que es Jesús en nosotros; gracias porque en tu infinita misericordia y bondad hiciste posible la paz que hoy todo el mundo necesita, busca y anhela. En la unidad de tu Espíritu oramos para que seas tú a través de nosotros, revelando la verdadera fuente de paz y permitiendo que esté en todo aquel que la desee obtener, por Jesucristo, tu amado Hijo, nuestro Señor y Salvador, amén.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Perfeccionados,

 


Perfeccionados, afirmados, fortalecidos y establecidos en Cristo

“Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” 1 Pedro 5:10-11

Hay situaciones en nuestra vida que causan dolor, tristeza, llanto y otros sentimientos poco alentadores o agradables, sin duda todo ser humano en algún momento atraviesa la muerte de un ser querido, de pronto la noticia de una enfermedad o diagnóstico grave, también pasamos por crisis o momentos alteraciones en la salud diferentes circunstancias difíciles que como dice el versículo de hoy, padecemos por un poco de tiempo.

El Dios de toda gracia, que para los que tenemos nuestra fe puesta en Jesucristo como nuestro único Señor y Salvador, es nuestro Padre Celestial, nos dice que después de este corto tiempo, él mismo nos perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá; su Palabra dice: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Isaías 43:2.

Hermanos, las tribulaciones que permite el Señor en nuestra vida tienen propósito, un propósito eterno, ese de acercarnos más a Él y de que le conozcamos íntimamente, aquel que nos lleva a experimentar su presencia y su fidelidad todos los días de nuestra vida, como cuando dice “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;” Salmos 23:4.

Entonces, indudablemente, estas situaciones y momentos de dificultad no son para nuestro mal, no son un castigo o algo que el Señor mandó para destruirnos, por el contrario, son el escenario perfecto a través del cual Él hace que nuestra mirada, confianza y dependencia esté puesta solo en Él, pues finalmente la única manera para que la vida de Cristo en nosotros crezca, se perfeccione, afirme, fortalezca y establezca, es cuando a su vez la de nosotros mengua (Juan 3:30). Menguan entonces la desesperanza, la angustia, el dolor, la incertidumbre y la frustración, y aumentan el gozo, la paz, la paciencia, la fe, la esperanza y el amor.  Oración.

«Padre, y aunque pasemos por valle de sombra de muerte, tenemos la certeza de que siempre con nosotros estás. Gracias por tan grande gracia, amor y fidelidad que en Cristo Jesús nos has manifestado, manifiestas y manifestarás, por ello y mucho más, a ti sea la gloria y la alabanza por los siglos de los siglos, amén.

jueves, 4 de septiembre de 2025

La bendición de la intimidad

 


La bendición de la intimidad

“Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.” Éxodo 34:1-2

“Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra. Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.” Éxodo 34:4-8

Vemos en las citas bíblicas del día un pequeño relato de lo que fue uno de los encuentros que Moisés tuvo con el Señor, en este podemos ver que Dios le hace el llamado a presentarse delante de Él muy de mañana, y le da también unas instrucciones para lo que sería el propósito de ese encuentro; por su parte, vemos a Moisés atendiendo al llamado del Señor y haciendo tal como le había escuchado. Finalmente, lo que vemos en este maravilloso encuentro, es mucho más de lo que Moisés o cualquiera de nosotros podría pensar o esperar, pues le fue dada a este hombre la gracia del conocimiento y la revelación de Dios de manera personal, íntima y directa, el Señor mismo revelándose ante Moisés.

Ahora bien, la Palabra de Dios en 1 Corintios 2:9 dice “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.” Hermanos, el conocimiento y la revelación de Dios no viene por grandes capacidades mentales o sabiduría humana, sino que ha agradado al Señor revelarlas por su Espíritu, a aquellos que se hacen como niños, a personas dependientes totalmente de su Padre Celestial, que le busquen con gran anhelo y gozo, y que por su puesto crean y confíen en lo que de Él escuchan y reciben (1 Corintios 2:10, Mateo 18:1-5). Así que, si tú en tu vida anhelas ver y conocer de primera mano la gloria de Dios, busca un tiempo y lugar donde con Él a solas puedas estar y por su Espíritu recibe la bendición de la intimidad. Salmos 25:14 dice “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.   Oración.

«Padre, gracias porque no es el tiempo donde te adoraban en montes y templos, es esta la hora donde los que te queremos adorar, es necesario que lo hagamos en espíritu y verdad; gracias porque es tu Espíritu que mora en mí el que me guía, me enseña y me ayuda a estar en tu presencia, contemplarte, escucharte y adorarte, por Jesucristo mi Señor y Salvador, amén.