viernes, 30 de octubre de 2015

Salmos. 70.v1-5

Salmos. 70.v1-5
70.1-5 Cuando otros nos desilusionan y amenazan, nos sentimos vacíos, como si nos hubieran robado una parte vital nuestra. Cuando otros traicionan la confianza que depositamos en ellos, quebrantan nuestros espíritus. En esos momentos secos, vacíos, debemos unirnos al salmista y suplicar a Dios que se apresure a ayudarnos. Unicamente El puede llenar nuestras vidas con su gozo (70.4). Junto con el salmista deberíamos clamar: "Apresúrate a mí, oh Dios".

70.4 Este salmo corto (similar en contenido a 40.13-17) era una súplica de David para que Dios se apresurara a ayudarlo. Aun en este momento de pánico, no se olvidó de la alabanza. La alabanza es importante porque nos ayuda a recordar quién es Dios. A menudo nuestras oraciones están llenas de peticiones para nosotros y otros, y nos olvidamos de agradecer a Dios todo lo que ha hecho y adorarlo por lo que El es. No tome a Dios a la ligera ni lo trate como una máquina expendedora de productos. Aun en medio de su temor, David alabó a Dios.

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