lunes, 1 de diciembre de 2025

Fe, mansedumbre y templanza más Características de Cristo

 

Fe, mansedumbre y templanza más Características de Cristo

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29

“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” Isaías 53:7

Jesús nos deja ver su fe, su mansedumbre y su templanza en todo lo que decía y hacía, cada palabra y cada acto suyo revelaban su creencia a Dios, su sumisión al Padre, su buena disposición para obedecerlo y su dominio propio para actuar en consecuencia.

Ahora a nosotros los creyentes por medio de la comunión del Espíritu Santo se nos impulsa a tener fe, pues esta es una de las características que trae el fruto del Espíritu, y se desarrolla a medida que el Espíritu de Dios nos revela su Palabra cuando leemos la Biblia, o cuando oramos, o cuando escuchamos una predicación, pues como dice Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” y solo basta una fe del tamaño de un granito de mostaza, para que ésta empiece a crecer y nos lleve a creerle a Dios, al igual que lo hizo Jesús, para que alcancemos el propósito para el cual él nos ha llamado.

Pero también Dios nos insta a tener mansedumbre, pues es necesaria esa docilidad y humildad para recibir de buena manera la voluntad de Dios, y estar dispuestos a obedecerle, lo cual redunda en beneficio para nuestra vida, pues el ser mansos y humildes de corazón permite que tengamos descanso para nuestras almas tal y como dice Mateo 11:29.

Finalmente el Señor nos alienta a desarrollar la templanza, pues ésta es indispensable para terminar convirtiendo en acciones los buenos deseos de obediencia que el Espíritu Santo pone en nosotros tal y como lo declara Filipenses 2:13 “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”

Así que hermanos pidamos a Dios que desarrolle en nosotros la fe, la mansedumbre y la templanza de Cristo, pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor ni de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7)    Oración.

«Espíritu Santo, recuérdame siempre las palabras de Jesús, pues ellas aumentan mi fe, ayúdame a ser manso como mi Señor y a tener dominio propio, pues mi deseo es hacer la voluntad de Dios. Ame.  


sábado, 29 de noviembre de 2025

 

La voz del amado

“Mi amado habló, y me dijo: levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.” Cantares 2:10-14

El libro de Cantares es un hermoso poema de dos enamorados, que también hace referencia a la relación de Amor de Cristo con su Iglesia, por lo cual el pasaje de Cantares 2:10-14 nos deja ver el llamado de amor que nos está haciendo el Señor, donde nos pide que nos levantemos y nos acerquemos a Él, revelándonos la verdad espiritual que deberíamos estar viviendo: “ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola”, haciendo referencia a que el frio del invierno de nuestra vida debe quedar atrás, pues nuestros pecados ya han sido perdonados, y ahora en Cristo tenemos una nueva vida que debe florecer de amor, una vida llena de gozo, pues el tiempo de la canción ha llegado, una vida que trasmita paz pues se ha escuchado la voz del amado, quien nos dice “La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor”, revelándonos ese fruto que como creyentes debemos dar y disfrutar: el fruto del Espíritu, que encontramos en Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”

Es maravilloso ver el amor con el cual somos tratados por Dios, pues se nos dice: “levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes”, y esto es así, gracias a Cristo, pues ahora en Él, Dios nos ve precisamente en el agujero de la peña, es decir en Cristo mismo, y nos trata al igual que a su Hijo amado, y a su vez Jesús nos trata como a una novia que va a ser desposada y nos invita a relacionarnos de manera íntima con Él, por medio de la oración, la lectura de la Palabra y la comunión del Espíritu Santo, por eso es que nos dice: “muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto”.  Oración.

«Amado Jesús, gracias por dejarme oír continuamente tu llamado de amor, gracias por recordarme por medio de tu Santo Espíritu cuánto me amas, por recordarme que me has perdonado, y que ahora tengo una nueva vida en ti, una vida llena de fruto. Amen. 


viernes, 28 de noviembre de 2025

El amor, el gozo y la paz características de Cristo

 

El amor, el gozo y la paz características de Cristo

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que si uno murió por todos, luego todos son muertos; Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:14-15

“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” Juan 15:11

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:27

El Espíritu Santo continuamente nos está recordando la voz del amado: la voz de nuestro Señor Jesucristo, quien con su amor nos hace llamados de atención, para que corrijamos fallas que tenemos en nuestro carácter y las reemplacemos por sus maravillosas cualidades, las cuales están a nuestro alcance por medio del fruto del Espíritu. Cristo desea lo mejor para nosotros, como un buen esposo desea lo mejor para su esposa, por eso quiere que en nuestras vidas se manifieste su carácter, llevándonos a reflejar su amor, su gozo y su paz.

Precisamente como dice 2 Corintios 5:14-15, el amor de Cristo nos debe impulsar para dejar de vivir para nosotros mismos, de manera egoísta, con esas fallas de carácter, que dañan relaciones e impiden que disfrutemos de la nueva vida que el Señor nos ha dado, y debemos empezar a vivir para aquel que murió y resucitó: Jesús, mostrando su amor en todo lo que digamos y en todo lo que hagamos. A medida que nos dejemos moldear por el Espíritu Santo, y comencemos a vivir en amor, podremos empezar también a experimentar el gozo del Señor, que como dice Juan 15:11 se nos ha dado a los creyentes y que como declara Nehemías 8:10b es un gozo que trae fortaleza en nuestro diario vivir.

Por lo tanto, si corregimos las fallas de carácter con la ayuda del Espíritu de Dios, y por medio de su comunión aprendemos a dejar vivir a Cristo a través nuestro; y manifestando su amor en todo, podremos, además de experimentar profunda alegría, es decir ese gozo que trae Cristo, experimentar también esa paz que solo da Jesús, una tranquilidad que el mundo no puede dar; para que de esta manera otros se acerquen a Dios y crean en Jesús, al ver a Cristo y su carácter en nuestro diario vivir, pues ¿quién no desea amor, gozo y paz?     Oración.

«Espíritu Santo, gracias por recordarme siempre las palabras de amor de mi Señor y Salvador Jesucristo, gracias porque me llevas a entender que con Cristo lo tengo todo, pues me ha dado de su amor, de su gozo y de su paz. Amen.  


domingo, 23 de noviembre de 2025

El Espiritu Santo ordena, llena y trae propósito

 


El Espiritu  Santo ordena, llena y trae propósito

 “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” Génesis 1:2

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26

Lamentablemente hoy en día muchos cristianos viven vidas caóticas, sin propósito y sin sentido, cuando realmente deberían estar experimentando el reino de Dios aquí en la tierra, disfrutando de la nueva vida que Cristo ganó en la cruz; el problema en muchos casos, radica en la falta de carácter que como creyentes deberían tener. De ahí la importancia de desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas.

Y es por eso que el día de hoy, nos quiere recordar que cada uno de sus hijos, los que hemos creído en Jesucristo y en su obra redentora, tenemos dentro de nosotros al Espíritu Santo, tal y como lo declara 1 Corintios 6:19 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”

Además quiere animarnos, pues su Santo Espíritu es experto en ordenar lo que se encuentra en caos, llenar lo que está vacío y traer luz donde hay tinieblas, así que darle un sentido y un propósito a la vida; eso es lo que podemos apreciar en el inicio de la creación, pues en Génesis 1:2 se nos revela ese caos, ese vacío y esas tinieblas iniciales; pero es maravilloso ver la obra creadora de Dios, ver al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo actuando, para dar forma a una buena creación, descrita en los versículos siguientes del libro de Génesis.

Y esto mismo es lo que ahora Dios quiere hacer en nuestras vidas, pues el Espíritu Santo quiere traer orden por medio de la Palabra de Dios, enseñándonos y recordándonos todo lo que Jesús ha dicho, pues de esta manera, podremos por medio de la oración, en la comunión del Espíritu, seguir el ejemplo de Jesús, para llegar a hablar y actuar solamente de acuerdo a sus enseñanzas, es más, el mismo Espíritu, nos ayuda en nuestra debilidad, intercediendo a Dios por nosotros con gemidos indecibles. Por eso hermanos, pidamos al Espíritu Santo, nos ayude a desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas, para que así podamos vivir vidas significativas que agraden a Dios.  Oración.

«Espíritu Santo, te pido que desarrolles en mí el carácter de Cristo pues quiero orden en esas áreas de mi vida que aún se encuentran desorganizadas, tu llenura en todo vacío de mi ser y propósito en mi diario vivir. Amen.

sábado, 22 de noviembre de 2025

No nos dejemos arrastrar por el error

 


No nos dejemos arrastrar por el error

«Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.», 2 Pedro 2:1

«Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.», Judas 1: 3,4,12,13,16

«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.», Mateo 7:15

Por esa doctrina de salvación tan grande que hemos recibido del Señor, pidamos el poder para contender por ella eficazmente, como hicieron los apóstoles, con valor, paciencia y sufrimiento, oponiéndose a aquellos que la corrompen y la depravan; los que sin ser notados se infiltran y cambian la verdad, los que con atrevimiento toman la exhortación a pecar como un juego porque la gracia de Dios sobreabunda y creen que no necesitan el perdón de Dios, pecando deliberadamente y endureciendo su corazón amparados por la magnitud y plenitud de la gracia del evangelio, no buscan el arrepentimiento.

La epístola de Judas contiene una de las descripciones más claras de los apóstatas, son comparados con «nubes sin agua», afirman ser mensajeros celestiales poseedores de un conocimiento y poder superior, otros «visten de ovejas», son más sutiles exhibiendo una belleza superficial de forma y propósito, pero niegan al Señor. Al no tener principios absolutos de la verdad de la Palabra de Dios, cambian continuamente su posición, por eso, Judas dice que son llevados continuamente de acá para allá por los vientos.

El Señor nos hace una advertencia a través de esta epístola, ya que estamos en los últimos tiempos y muchos de los que predican el evangelio caerán en esto, desvirtuando la Palabra de Dios. El Señor nos llama a edificarnos, a conocer su Palabra, a conservar la fe y el amor de Dios en estos tiempos. Él dice en Mateo 24:12 «y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará». Es tiempo de despertar y comenzar a afirmarnos en su verdad, para que no seamos arrastrados por el error.   Oración.

«Señor, gracias por la verdad de tu Palabra, por trasladarnos de las tinieblas a tu luz, del pecado a Cristo, de la vanidad a la seriedad, de la inmundicia a la santidad, gracias por tu obra de gracia en nuestras almas, nos llamaste del mundo para ponernos sobre él, para llevarnos a cosas más elevadas y mejores, invisibles y eternas. Amén.

viernes, 21 de noviembre de 2025

Renovación mental para desarrollar el carácter de Cristo por el Espíritu Santo

 


Renovación mental para desarrollar el carácter de Cristo por el Espíritu Santo

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

Cuando indagamos por la definición de carácter nos encontramos que este es el conjunto de rasgos y cualidades psíquicas y afectivas que definen la manera de ser y actuar de una persona o colectivo. También se refiere a la firmeza y energía de una persona. El carácter se desarrolla a lo largo de la vida y está influenciado tanto por la predisposición hereditaria (temperamento) como por el ambiente y las experiencias.

Pero para verlo en el caso de Dios, no podemos definir su carácter como un rasgo de cualidades psíquicas y afectivas pues la esencia Divina no está en el alma sino en el Espíritu. Y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son Dios, un solo Dios verdadero y a la vez tres personas distintas, con pensamientos, sentimientos y voluntad, por lo cual su carácter está definido por su propia esencia y atributos divinos en vez de por el ambiente y las experiencias.

De esta manera, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo presentan el mismo carácter, pues los tres tienen los mismos atributos divinos, que se manifiestan de manera particular de acuerdo al obrar de cada quien. Por eso al ver a la trinidad en esa unión perfecta, podemos ver al Espíritu Santo hacer lo mismo que hacía Jesús: no hablar por su propia cuenta sino hablar y hacer todo lo que el Padre y el Hijo le han enviado a hacer, tal y como dice Juan 16:13-15 “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”

Y ese ejemplo que nos da Jesús de hablar y hacer lo que el Padre le ha dicho, y que nos muestra también el Espíritu Santo, es clave para desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas, pues a medida que vamos cambiando y renovando nuestros pensamientos por los pensamientos de Dios, a través de la mente de Cristo, nuestra manera de hablar y actuar va a ser transformada tal y como lo declara Romanos 12:2. Así que hermanos, pidamos a Dios que lo que hablemos y hagamos sea lo que su Santo Espíritu nos enseñe y nos recuerde.    Oración.

«Espíritu Santo, gracias por enseñarme la importancia de renovar mi manera de pensar, gracias por llevarme a conocer los pensamientos de Dios, e impulsarme, al igual que lo hacía Cristo, a hablar y actuar solo lo que me revelas del Padre y del Hijo. Amen.

jueves, 20 de noviembre de 2025

Por la gracia de Dios podemos desarrollar el carácter de Cristo

 


Por la gracia de Dios podemos desarrollar el carácter de Cristo

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.» 1 Corintios 15:10

El apóstol Pablo pudo experimentar en su vida el poder de la gracia de Dios, por lo cual logró manifestar “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy”, y es que la gracia de Dios, ese regalo inmerecido dado a la humanidad mediante Jesucristo, quien se entregó como sacrificio para pagar el precio que demandaban nuestros pecados, no solo tiene el poder de salvar mediante la fe a todo aquel que cree en Jesucristo, sino que es capaz de transformar al creyente enseñándole a vivir de manera diferente como lo revela Tito 2:11-14 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”

Pablo es testimonio de ese cambio que trae la gracia de Dios, pues pasó de ser un perseguidor de cristianos, donde sus obras manifestaban odio, resentimiento y crueldad, llevando a hombres y mujeres a la cárcel por su creencia en Jesús como el Señor y Salvador, y aun consintiendo la muerte de los mismos, como pasó con Esteban (Hechos 8:1-3), hasta llegar a ser un ferviente servidor de Cristo, mostrando por medio de su servicio a los santos, su amor por el Señor, llegando a exteriorizar esas buenas obras que Dios había preparado de antemano para que anduviese en ellas, como lo dice Hechos 9:15 “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”

Como podemos ver en la vida de Pablo, la gracia de Dios obró en él, llevándolo a tener el carácter de Cristo, al punto de declarar en 1 Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” Y en Filipenses 3:17 “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.” Así que hermanos, pidamos a Dios que su gracia nos baste y que su poder se perfeccione en nuestra debilidad, llevándonos a desarrollar el carácter de su Hijo Jesús, para que al igual que Pablo sirvamos en amor.   Oración.

«Señor Jesús, por tu gracia y amor soy una nueva creación, tú me has hecho nuevo, ahora vives en mí, ayúdame para que tu gracia se perfeccione en mi debilidad, y pueda ver tu perfecta voluntad manifestándose en mi vida expresando el carácter de Cristo. Amen.