viernes, 12 de junio de 2020

Jesús es mi Roca


Jesús es mi Roca
“Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio”. Salmo 62:5-8
En este salmo encontramos frases como: “en Dios solamente descansa mi alma”, “solamente Él es mi roca y mi salvación”, “Él es mi refugio”, “esperad en Él todo el tiempo”…etc. Un salmo escrito en tiempos de prueba por David a Jedutún uno de los músicos principales que dirigía la orquesta y el coro para que lo interpretara.
Este salmo muestra una fe extraordinaria en momentos en que la vida de David estaba en manos de Dios y en vez de seguir las voces que le decían que permaneciera en Jerusalén decidió retirarse para dejar actuar al Dios vivo. Una retirada que traería la victoria porque se aferró plenamente a Dios. No estaba desertando, estaba haciéndose a un lado para que Dios actuara en esta situación tan oscura, cuando fue traicionado por su hijo Absalón y perseguido.
David había podido vengarse de los que lo perseguían, pero no lo hizo. Aquí tenemos un ejemplo de lo que la Biblia quiso decir en Romanos 12:19 “Mía es la venganza, yo pagaré dice el Señor”. La respuesta de David nos muestra que el mejor momento para confiar en Dios es en las crisis de la vida. Era un tiempo de fe a pesar de la adversidad. David estaba orando y deseando que ocurriera lo que Dios considerara mejor. La vida y acciones de David estaban controladas por la expectativa de la oración, fue la energía que lo sostuvo e impulsó porque creyó que Dios era su Roca firme.
Cristo dijo en Mateo 21:44 “Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”, haciendo alusión a que Él sería esa piedra, esa Roca, fundamento en el que confiaríamos, porque nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo. ¿Estás apoyado sobre esa Roca?
Es un salmo sencillo que revela una fe sencilla. Surgió del sufrimiento más intenso de la vida de David y nos sirve a nosotros para aprender que en los momentos de oscuridad y prueba, no debemos dejar que la derrota, el desaliento, el temor, la angustia, ni del rencor ni la amargura invadan nuestra vida.  Oración.
«Señor Jesús, tú eres la Roca que jamás será removida, enséñame a mirarte y a refugiarme en ti, porque sólo tú tienes el poder para hacer todo lo que quieres. Cuida mi alma para no llenarme de rencor y venganza por el mal que otros intenten contra mí y guíame a ver tu mano poderosa moviéndose en medio de los tiempos más oscuros. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 11 de junio de 2020

La unción divina.


La unción divina.
“Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes de que sea quitado de ti. Y él le respondió: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo”
Ser ungido por Dios no es sólo ser elegido, sino ser revestido del poder de Dios, para realizar la tarea a la cual Él lo ha llamado. La unción proviene de Dios y fluye en un corazón quebrantado y humilde delante del Señor.
Leemos en la Biblia, Eliseo siguió y sirvió a Elías hasta el fin, y antes de que Elías fuera arrebatado por el Señor para ir al cielo, le dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes de que sea quitado de ti. Y él le respondió: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido.
¿Ese afable anhelo de Eliseo está en nuestro corazón?
La unción requiere humildad. Eliseo fue lo suficientemente humilde para aprender de su maestro y pedirle una doble porción de su unción. Eliseo siguió los pasos de su maestro.
La Biblia dice que Eliseo alzó el manto de Elías e inmediatamente fue al Jordán, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. Eliseo golpeó las aguas del Jordán de la misma manera que lo hizo Elías, y después resucitó un muerto utilizando el mismo método. El poder de Dios vino a reposar sobre la humildad de Eliseo para hacer el doble de milagros que había hecho Elías. Dios usa a unas personas más que a otras, porque son los suficientemente humildes para aprender de otros.
Dios no va ungir a nadie que no es capaz de agacharse, de doblegar la cerviz y recoger el mando que otro dejó tirado. El maestro Elías le enseño que el manto era para hacer milagros, no para jactarse del poder del mismo.
Hermano: ¿Quieres la unción de Dios sobre tu vida? Desarrolla en ti el carácter de Cristo. Y esa Unción nos capacita para llevar fruto, y fruto en abundancia.  Oración.
Señor Jesús, examina mi corazón y consume todo rasgo de orgullo o prepotencia que pueda haber en mí, quiero aprender de ti que eres manso y humilde de corazón, quiero doblegar mi cerviz, para que tu santa unción repose sobre mi vida. Quiero doble porción de su Santo Espíritu. Te anhelo mi Señor. Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 10 de junio de 2020

Una nube de esperanza


Una nube de esperanza

“Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye. Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar”. 1 Reyes 18:41-44
En el contexto de este relato la nación de Israel estaba pasando por una gran sequía de casi tres años que trajo escasez y hambre, a causa de su idolatría e inmoralidad espiritual. Esta situación les llevó al temor. Pero en medio de todo esto Dios levanta al profeta Elías para batallar contra las fuerzas del pecado y del mal en su pueblo.
Mientras Acab subió a disfrutar de un gran banquete y su pueblo está muriendo de hambre, Elías subió al monte el Carmelo para interceder ante Dios por su pueblo y para pedir lluvia. Dos actitudes totalmente contrastantes. Aquí podemos ver dos tipos de personas las que prefieren seguir sus impulsos carnales, los que buscan la comodidad, los que se conforman con una situación difícil y no hacen nada para solucionarla y los que prefieren lo espiritual, buscar a Dios y su dirección. Elías sabía que la mejor manera de enfrentar esta crisis era orando, pidiendo perdón y arrepentimiento para que Dios tuviera misericordia y volviera su rostro a ellos.
Por eso le dice a su criado que suba a la cumbre y observe al mar y este le dice que no ve nada y le insiste que suba siete veces más. Esa es la fe que no desfallece, la fe que cree aun sin ver nada. A la séptima vez el criado le dice que ve una pequeña nube del tamaño de una mano de hombre y entonces Elías le ordena ir a buscar a Acab para que se resguarde porque viene una gran lluvia.
Recordemos que Dios derrama bendiciones con pequeños comienzos, hace que visualicemos una nubecita de esperanza en medio de situaciones difíciles y nuestra fe es la clave, por eso no sabemos cuántas veces tendremos que subir a la presencia de Dios e insistir en oración por la respuesta que llegará como esa pequeña nube que desató una gran tormenta.
La fe de Abraham que a pesar de su vejez confió en las promesas de Dios como lo dice Romanos 4:20-21” Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”.
Es la fe que Jesús nos enseñó y comparó con una pequeña semilla de mostaza, que cuando se siembra tiene la capacidad de dar un gran árbol. Es una fe sobrenatural que va más allá de nuestra razón y nos hace confiar plenamente en la respuesta de Dios, aunque no la visualicemos. ¿Estamos plenamente convencidos que Él cumplirá sus promesas?  Oración.
«Señor mi Dios, hoy derramo mi corazón delante de ti intercediendo en medio de esta situación tan difícil que el mundo está afrontando, continúo insistiendo delante de ti por aquellos que te necesitan y confió en tus promesas que son esa pequeña nubecita de esperanza donde mi fe descansa. Sé que vendrá una gran lluvia de bendición y salvación sobre esta tierra. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 9 de junio de 2020

La confianza en Dios nos libera.


La confianza en Dios nos libera.

“Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración. ….. Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro. Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Salmo 4:1,6-8
En momentos de dificultades como las que estamos viviendo, nuestro refugio como hijos de Dios es la oración. Las presiones de la vida pueden provocar en nosotros temor, angustia, ansiedad, depresión y hasta insomnio, sentimos que nuestro aliento se desvanece y que ya no podemos más. Sólo encontraremos estímulo en la presencia de Dios y en su Palabra y la certeza de que si invocamos a Dios, Él está ahí para nosotros, como dice el Salmo 145:18 “Cercano está el Señor a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras”, esto es, a todos los que le buscan con un corazón sincero.
Para salir de esos estados emocionales que nos abaten, debemos empezar orando, aunque no tengamos ganas, acercándonos con confianza a aquel que puede ayudarnos y descansar en la promesa que dice: “Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré” Salmo 91:15
Muchos en esto días, están diciendo: “nada sale bien, cómo necesitamos que sobre nosotros brille la luz de tu rostro”, pero, así como a David, Dios dará alegría a nuestro corazón a pesar de la escasez y la dificultad y una alegría mayor que cuando hay abundancia y tranquilidad. Dios es bueno con nosotros, por eso en el día de la aflicción acudamos a su presencia y nos liberará del temor, la angustia, la ansiedad, la depresión y el insomnio.
Cuando no podamos dormir por estar afligidos por algún problema, meditemos en estas palabras y revisemos cómo está nuestra relación con Dios para que tengamos la seguridad y confianza de que Él nos está escuchando y que está obrando, aunque no veamos todavía la respuesta.  Oración.
«Señor Jesús, en ti confía mi corazón, en ti reposa mi alma, porque sé que no tendré falta de nada en estos momentos de dificultad que atraviesa el mundo, trae paz a mí vida, libertad del temor, de la angustia, de la ansiedad, de la depresión y da descanso a mi cuerpo para poder dormir bien confiando en tus promesas. Dame alegría y haz resplandecer tu rostro sobre mí a pesar de las circunstancias. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 8 de junio de 2020

Acceso gratuito


Acceso gratuito

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”, hebreos 4:16
Tenemos acceso gratuito a Dios, con toda confianza tenemos la libertad y acceso a Él, gracias a la fe en Jesucristo (Efesios 3:12).
Antes no podíamos acceder porque había un muro, una cortina que nos separaba de Dios (hebreos 10:20), nuestro pecado nos distanciaba del gozo del Altísimo, pero Jesús ofreciendo su cuerpo como sacrificio nos abrió un camino nuevo y vivo: Él mismo en nosotros.
Así que recorramos este camino nuevo, yendo cada día a la presencia de Dios para recibir misericordia, hallar gracia y el socorro que necesitamos al enfrentar todas las vicisitudes de la vida. Entender y aceptar que ya no estamos solos es una gran realidad que debe sacarnos del temor, de la esclavitud del pecado y de una vida sin propósito alguno.
El Señor Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). Este camino que abrió con su sangre nadie puede ni debe cobrar o pagar por él, porque es Cristo mismo, que vive y actúa en cada uno de los que creemos en Él (Colosenses 1:26), quien nos otorga la capacidad, la voluntad y la fuerza para permanecer y agradar al Padre, porque no podríamos por nuestros medios atravesar el velo, ni recorrer el camino hacia el Padre.
Ya que tenemos acceso gratuito al lugar santísimo, ¿hemos de estar entonces preocupados o angustiados por algo? ¿Nos dejaremos vencer por algo, o que alguna circunstancia nos haga vivir en derrota? Por supuesto que no.  Oración.
Tu gracia, Señor, es todo lo que necesito, no sólo me sostienes en tiempo de prueba o dificultad, sino que me llenas de alegría, de nuevas fuerzas, por tanto, no debo estar en derrota si puedo ir libremente a tus brazos de victoria y amor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 7 de junio de 2020

El mismo pensar que hubo en Cristo.


El mismo pensar que hubo en Cristo.

“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Filipenses 2:1-5
Esta es una exhortación del apóstol Pablo a los filipenses, de que, si en verdad vivían cristianamente, debían tener comunión en el Espíritu y afecto sincero entre ellos y demostrarlo plenamente para que llegaran a ser una iglesia unida, superando el individualismo y los intereses personales. Da como modelo de vida y misión a Jesucristo que es el incentivo de amor, aliento, comunión en el Espíritu, afecto profundo, humildad y compasión.
Es una invitación a que haya el mismo sentir que hubo en Cristo, en otras palabras, según la raíz griega “fronéo”, se refiere a que pensemos de la misma manera o sintamos la misma cosa que Él. Esto implica llegar a ser humildes como Jesús, mirando a los demás como superiores a nosotros.
Pablo presenta a Cristo como el modelo de actitud que él espera que caracterice la iglesia de Filipos. Se refiere al señorío de Jesucristo en nuestras vidas, donde la imitación no cabe, sino el reflejo de Cristo y de su obra en nosotros cuando nos sometemos a su voluntad, donde desaparece todo espíritu de orgullo, reconociendo nuestras propias faltas y observando nuestros defectos.
Si todos somos de la misma mente de Cristo actuaremos como Él, como seres iluminados de amor dispuestos a amar y ser amados, a mostrar bondad, misericordia, compasión, llenos del Espíritu Santo y de dominio propio, dispuestos a negar nuestros derechos, a fin de obedecer a Dios y servir a la gente.
La contienda y la vanagloria traen discordias entre los hermanos y puede arruinar una iglesia en vez de edificarla, considerar los intereses de los otros como más importantes que los nuestros nos une a Cristo, por eso Pablo nos alienta contra el egoísmo, prejuicio y celo que rompen la unidad entre nosotros, entonces la vida cristiana no puede llevarse por imitación, sino por vivencia cuando el pensar de Cristo es parte de nosotros por medio del poder del Espíritu Santo, para que actuemos de la misma manera que Él lo hizo. Oración.
«Mi Señor Jesús, tener tu misma actitud y sentir es un gran desafío para mi vida, eres ese Ser sublime que no buscó lo suyo, sino que se humilló hasta la muerte. Serviste con humildad, esto me induce a tratar a los demás con tu amor incomparable lleno de ternura, perdón, compasión, servicio y honra. Lléname con el poder de tu Espíritu para que vivas a través de mí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 6 de junio de 2020

¿Qué te hace sonreír Dios?


¿Qué te hace sonreír Dios?

“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera……. Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”. Génesis 6:8-14, 22
Alguna vez le hemos hecho esta pregunta a Dios: ¿Qué te hace sonreír Dios? Creo que la respuesta está en este pasaje. Noé fue una persona que agradó a Dios en todo, esto implica con todo su ser: espíritu, alma y cuerpo, de tal manera que halló gracia ante los ojos de Dios. Y mientras la tierra estaba llena de violencia, inmoralidad e injusticia, él fue justo, perfecto y caminó con Dios, lo cual se dice sólo de dos hombres en la Biblia Enoc y Noé. Quizás este es el secreto de que el Señor sonría a los hombres, caminar con Él.
Noé llevaba una vida modelada por los mandamientos de Dios y tenía una obediencia incondicional con Él. En varias ocasiones se repite estas palabras “Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”, se convierte entonces en un ejemplo de fe, paciencia y fidelidad en medio de una generación corrupta.
Dios sonríe cuando le obedecemos de todo corazón, cuando tenemos comunión con Él, cuando tenemos fe y hacemos lo que nos pide, aunque parezca ilógico, como Noé quien preparó el arca sobre la tierra seca cuando no había señal de lluvia. Sonríe cuando lo amamos por encima de todo, cuando amamos a los demás, cuando confiamos completamente en su amor y misericordia, cuando alabamos, adoramos y le mostramos una continua gratitud.
El Señor sonríe cuando cumplimos sus propósitos y hacemos que la obediencia sea el acto de mayor adoración. Dios está buscando personas dispuestas a vivir para agradarle. En hebreos 10:38 dice: “Más el justo vivirá por fe y si retrocediere, no agradará a mi alma”. Pidamos a Dios que transforme nuestra vida para agradarle en todo y tengamos la fe suficiente para hallar gracia delante de sus ojos.  Oración.
«Señor Jesús, quiero hacerte sonreír llevando una vida santa y agradable delante de ti. Enséñame como a Noé a caminar contigo cada día en fe y obediencia, haciendo tu voluntad y abundando en amor por ti y por mis semejantes. Que mi mayor adoración sea obedecerte en todo. Quiero hallar gracia delante de tus ojos. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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