martes, 5 de noviembre de 2024

Ausencia de luz. Parte 1

 


Ausencia de luz. Parte 1

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”, Mateo 5:14-16

Los versículos de hoy hacen una comparación entre la luz y la oscuridad, relacionando el mal con la oscuridad y el bien con la luz. Esto denota o significa que el mal es la ausencia de luz, la carencia de virtud o el deterioro de funcionalidad de lo bueno.

Hay varias palabras en la Biblia que se usan para referirse al mal, en Mateo 6:34 se usa la palabra Kakós (κακός), «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal (kakós).»; esta Palabra «Kakós» generalmente se traduce como «malo» o «mal» y es utilizado para describir cosas que son inherentemente malas o dañinas, no solo moralmente, sino también en términos de calidad o funcionalidad.

En Mateo 7:17-18 se usa la palabra “saprós”, «Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar frutos malos (saprós), ni el árbol malo dar frutos buenos.»; se traduce como»podrido» o «corrupto «, y se usa para describir cosas que se han deteriorado o están en un estado de descomposición.

En Mateo 6:13 se usa la palabra ponerós (πονηρός), «Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.»; aquí «mal» en este contexto puede entenderse como el mal en general o el «malvado», o haciendo referencia a una influencia o entidad maligna.

Es decir, que el mal también se relaciona con la inacción del bien, o cuando alguien que puede hacer el bien no lo hace. Indiferencia, insensibilidad, falta de disposición para ejecutar el bien como enseña Romanos 12:21: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”

Entonces, podemos reflexionar sobre tres definiciones bíblicas del mal: primero, la falta de funcionalidad de algo; segundo el deterioro o descomposición de ese algo; y tercero, la influencia maligna.

Entonces, ¿a qué nos debe llevar este conocimiento de lo que significa el mal? Lo profundizaremos en el devocional de mañana.    Oración.

«Padre, en la guía de tu Espíritu ayúdame amado Señor a ser luz en este mundo, a orar y predicar a los que no conocen tu Palabra, pero sobre todo a reflejar el carácter justo y santo de Cristo en todas mis acciones, siendo lleno de paz, perdón, sabiduría y amor; por amor a Cristo, amén.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Ser uno con Cristo

 


Ser uno con Cristo

“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”, Juan 17:20-23

Nuestra relación ha pasado de iniciar caminando con Dios para ya no caminar en nuestro propio camino; luego, en ser amigos de Dios por medio de Cristo, quien nos ha reconciliado y por su gracia somos de la familia de Dios.

Pero el nivel superior al que debemos llegar es ser uno con Cristo. Es decir, que Cristo refleje toda su gloria, amor y favor a través de nuestras vidas. Claro que sí, es una amistad con Cristo, pero mucho más íntima y personal; cuando pasamos más tiempo con él y lo conocemos más, empezamos a parecernos cada día más a él pero también pasamos a ser parte activa del propósito y de la misión que tiene él para cada uno de nosotros.

Se trata entonces de consolidar en mi experiencia diaria los atributos de Cristo que Dios ya me ha dado por la fe, su humildad, paciencia, su carácter santo, su obediencia y en si todo el fruto de su Espíritu, deben empezar a ser evidentes en mi, cuando soy uno con Cristo.

Por esto ora Jesús al Padre fervientemente para que todos seamos uno en el Padre y en el Hijo, es decir, si la Triunidad divina es una relación de amor eterna en perfecta comunión, cuando creemos en Cristo somos unidos a él y por lo tanto entramos a ser parte de la familia de Dios; esto tiene un propósito que revela el Señor: “para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”, el mundo conoce que somos de Cristo, cuando podemos amar de la manera que Cristo nos amó primero y cuando llegamos a ser perfectos en unidad con otros hermanos en la fe, para alcanzar a muchos. Él es el primero entre muchos, porque la gloria que le dio el Padre nos la dio a nosotros y todo esto por medio de la fe; por eso dice: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:20-21).    Oración.

«Padre, por la fe me has insertado en Cristo para llevar mucho fruto. Él vive a través de mi, siendo mi vida el reflejo de tu gloria, permíteme entender este misterio de unión con Cristo y cada dia ser más y más parecido a él a medida que soy transformado a su gloriosa imagen. En el precioso nombre de Jesús, amén.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Ser amigo de Dios

 


Ser amigo de Dios

“Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.”, Isaías 41:8

“Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.”, Santiago 2:23

Somos seres creados para vivir de manera social, por esto en los mandamientos de Dios es consistente el principio de que si amo a Dios, debo manifestarlo amando a los demás (Mateo 22:37-39). Sin embargo, el pecado nos lleva a pleitos, contiendas, diferencias irreconciliables y a romper relaciones; corazones heridos, lágrimas y finalmente enemistades.

La solución a esto es iniciar y cultivar la mejor amistad de todas, la amistad con Dios. Abraham es nuestro ejemplo, pues Dios mismo dice: “Abraham mi amigo” (Isaías 41:8b); qué maravilloso sería que también afirmara esto de cada uno de nosotros; (ahora te invito para que digas tu nombre y completes con la frase «mi amigo»). Y esto es posible gracias a Jesús, pues él con su muerte nos reconcilió con el Padre: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:18). Es decir, no solo nos dio la oportunidad de ser sus amigos, sino que nos puso la misión de traer a otros amigos cuando les compartimos acerca de Jesús.

La amistad con el mundo es enemistad contra Dios, la amistad con el mundo es incierta y llena de traiciones, desengaños y dobleces; en contraste, la amistad con Dios es la amistad con un Padre bondadoso, lleno de amor, un Dios justo que para darnos su amistad dio en sacrificio a su propio Hijo, para que creyendo nosotros en él fuese pagado el precio de nuestra condena. Así como Abraham inició esta amistad cuando le creyó a Dios, nosotros, creyendo en Jesús por medio de su sangre nos es contado por justicia y somos entonces sus amigos: “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” (Gálatas 3:14). El Espíritu Santo es la garantía de nuestra amistad eterna con el Padre.    Oración.

«Padre amado, gracias porque me ofreciste tu amistad enviando a Cristo a salvarme, cuando era enemigo tuyo por mi pecado, pero Cristo pagó el precio de mi maldad con su muerte y al resucitar confirmó la victoria que ahora por la fe tengo también para mi. Te adoro Señor por amarme tanto y darme tu Espíritu que me confirma que soy ahora tu amigo. En el nombre de Jesús. Amén.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Caminar de la mano de Dios

 


Caminar de la mano de Dios

“Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.” Génesis 5:24

Para caminar con Dios, estamos llamados a ser hombres de fe como Enoc: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”, (Hebreos 11:5). Esta es la clave “por la fe”, Enoc le creyó a Dios, confió plenamente y en su diario caminar tuvo presente al Señor. Por esto el escritor de Hebreos inspirado por el Espíritu Santo, escribe acerca de diferentes hombres que por la fe hicieron grandes cosas y soportaron pruebas tremendas; menciona a Enoc como uno de aquellos que al tener la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, pudo agradar y ser partícipe de la bendición que Dios da a los que creen, conforme está escrito en la palabra de Dios que la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios (Hebreos 11:1, Romanos 10:17).

Nosotros también si caminamos con Dios, estando atentos a lo que dice su palabra para vivirla diariamente, sin dudar y siendo constantes en esto, lograremos cosechar una relación de amor que nos llevará a que su paz nos eleve por encima de todos los dolores y problemas de la vida. No a evadir la realidad, sino a enfrentarla con la actitud, la verdad y poder de la fe.   Oración.

«Padre, quiero caminar contigo y sé que el único camino es Cristo, llevar mi vida a la cruz para morir y resucitar con él, para que así en mi diario caminar pueda ir de tu mano, sabiendo que tienes el control de mi vida y tu Palabra guía mis pasos. En el nombre de Jesús. Amén.

viernes, 1 de noviembre de 2024

La paciencia de nuestro Señor, es para salvación

 


La paciencia de nuestro Señor, es para salvación

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 2 Pedro 3:9

“Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito”. 2 Pedro 3:14-15

Al observar el mundo de hoy y cómo la maldad se ha multiplicado, las guerras, la violencia, la inmoralidad y la corrupción en todo, muchas personas están sufriendo y se preguntan ¿por qué Jesús no vuelve ahora y trae paz y solución a todos los problemas?

Muchos quizás nos preguntamos: ¿Por qué Dios se demora? El apóstol Pedro nos advirtió sobre este tiempo y dijo que mucha gente se burlará de los creyentes y dirán: ¿Qué hubo de esa promesa de su venida? 2 Pedro 3:4.Y nos aclara que hay una buena razón para su demora y es que el Señor está dando tiempo para que muchas personas se arrepientan antes de su regreso.

Dios nunca tiene prisa, pero siempre llega a tiempo, porque para el Señor un día es como mil años y mil años como un día.

Dios no está demorado en cumplir su promesa, sino que es paciente porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan, su demora es para salvación. Se está refrenando por todos aquellos que todavía no se vuelven a Él. Está retrasando el final para que muchos se salven, está dando un tiempo de gracia para que se conviertan y cambien. Dios está manteniendo con amor la puerta abierta para la salvación de ellos.

Pero, ¿Qué hacemos mientras esperamos que Dios haga lo que ha prometido hacer? 1)Debemos confiar en el Señor, llenándonos de vida y de gozo en la medida que nos perfeccionamos para ser más como Él. 2)Siendo dependientes de Dios, permaneciendo a pesar de que vengan cosas difíciles y siendo pacientes, recordando que el control de todo está en sus manos. 3) Volviéndonos de corazón a Él, cambiando radicalmente la dirección de nuestra vida, alejándonos del pecado y santificandonos cada día. 4) No siguiendo las ideologías y antivalores de este mundo que nos llevan a la perdición y a alejarnos de su Presencia.

El Señor vendrá cuando menos pensemos y el mundo tal como lo conocemos será puesto al descubierto. Habrá un cielo y una tierra nueva en donde morará la justicia, 2 Pedro 3:13. Vivamos entonces lo mejor posible en pureza y paz, creciendo en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, 2 Pedro 3:18.    Oración.

«Señor, mientras espero tu regreso, ayúdame a vivir una vida santa y piadosa para que todo mi ser: espíritu, alma y cuerpo sea guardado irreprensible hasta tu segunda venida. Dispón mi corazón para que pueda compartir esta promesa para que muchos se arrepientan, te conozcan y sean salvos. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 31 de octubre de 2024

El fiel y Verdadero

 


El fiel y Verdadero

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. Apocalipsis 19:11-16

Jesús volverá a la tierra, pero no ya como un indefenso niño, sino como el Rey supremo, para instaurar la paz verdadera, en un reino presidido por el amor, la justicia y la unidad entre todas las naciones. Dios tiene un propósito para esta tierra, que está siguiendo de manera muy clara y rigurosa.

Su segunda venida será el momento más trascendental de la historia universal, el clímax hacia el cual todos los eventos de hoy se están dirigiendo. El contraste que aquí observamos, con respecto a su primera venida, es muy revelador.

Él vino por primera vez, como un niño que necesitó el cuidado de una familia, así fue como entró al mundo. El Salvador que murió por los pecadores en una cruz fue manso y humilde. Ahora le veremos regresar en toda su gloria y poder. ¡Qué visión tan hermosa que nos da este pasaje! El Rey coronado, que es el Verbo de Dios, vendrá a juzgar a las naciones y a condenar la rebelión de Satanás, de los demonios y de la humanidad. Él aplastará toda injusticia antes de establecer su Reino justo.

En una visión en el Espíritu en Apocalipsis 4:1-4, el cielo se abrió para permitir que Juan pudiera contemplar a los ancianos, es decir, al conjunto de la Iglesia, que estará allí: “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”.

Y ahora, en el capítulo 19 el cielo vuelve a abrirse para que visualice la magnífica salida del Señor Jesucristo en su regreso. El caballo blanco sobre el cual está montado es un animal de guerra, porque viene con toda majestad a establecer su reino. Cuando Jesús estuvo en la tierra, Él entró a Jerusalén humildemente, montado en un pollino, un asno joven, que, aunque era un animal de reyes, significaba paz, y no guerra.

Jesucristo es llamado aquí «Fiel», porque Él vendrá por segunda vez para llevar a cabo el plan de Dios, y todo aquello que ya había sido profetizado. El Señor Jesucristo es el único en el cual podemos confiar, y en el cual podemos descansar, porque Él es, ha sido, y será siempre FIEL.

También se le llama aquí «Verdadero». Él es verdadero. Él dijo: «Yo soy la verdad». (Juan 14:6). Él es la vara que mide la verdad. Juan dice: «Y había en su cabeza muchas diademas», esto nos indica que Él será el único gobernante de esta Tierra. Su gobierno no hará concesiones, será justo y verdadero. Él será el Rey de reyes y el Señor de señores.

Por eso, cuánto más le conocemos, más cercanía e intimidad experimentamos en su presencia; nuestro amor por Él debe aumentar, como también nuestro deseo de «ser como Él es», y de hacer lo que Él nos pide hasta que vuelva.  Oración.

«Espíritu Santo ayúdame a conocer más la persona de Jesucristo y plasmar en mi corazón esa imagen que me da Apocalipsis, de que es un Dios Santo, Fiel y Verdadero, lleno de gloria y majestad. Señor Jesús eres mi Rey, quién gobierna mi vida y anhelo que vengas a establecer ese reino eterno también en esta tierra como Rey de reyes y Señor de señores. Señor Jesús, te amo, te anhelo y te espero, amén.

miércoles, 30 de octubre de 2024

 


Dios me sostendrá

“Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó”. 2 Reyes 6:1-7

En los días del profeta Eliseo había una escuela preparatoria para los profetas, había crecido tanto que los alumnos le dijeron a Eliseo que la ampliara con la ayuda de ellos. Cada uno hizo su trabajo y el profeta los dirigió. Uno de sus alumnos perdió un hacha que era prestada, con la ayuda de un palo que Eliseo empleó, el hierro salió a la superficie y el joven la rescató. Preguntémonos: ¿qué tiene que ver esto con la vida espiritual?

Muchas veces en nuestra vida suceden cosas que para nosotros son importantes, pero para otros quizás no; y por eso, no les interesa por lo que estamos atravesando y nos encontramos solos enfrentando una situación. En este pasaje vemos que Eliseo sí estaba prestando atención al problema del muchacho que estaba preocupado, fue al único que le preguntó ¿dónde cayó el hacha? Es quizás la pregunta que Jesús nos hace hoy, porque esa hacha representa una situación que nos preocupa. Digámosle a Dios donde está, porque Él está atento a lo que nos ocurre, sabe qué tenemos en mente y por lo que estamos orando. Lo importante no es que nos pregunte cuál es nuestra preocupación, porque Él lo sabe todo, sino que entendamos que está a nuestro lado. 1 Pedro 5:7 dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. Y el salmo 55:22 dice: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”. Dios nos sostendrá, no permitirá que caigamos y quedemos abatidos.

Dios hizo un milagro a través de Eliseo cuando tomó el palo y lo tiró donde había caído el hacha, el hierro flotó, algo que no es natural. Fue un milagro de poder que nos recuerda, que lo que nosotros no podemos hacer Dios sí lo puede hacer. Lo que empieza con un contratiempo, Él lo transforma en bendición.

Pensemos que esa situación, esa enfermedad, ese desafío, ese faltante, será la plataforma para que el Señor a través de nuestra vida muestre su poder.    Oración.

«Amado Dios, muestra tu poder en medio de mis circunstancias difíciles, aumenta y fortalece mi fe, eres Todopoderoso y todas esas dificultades van a salir a flote y las vas a resolver. Eres el que puede hacer lo imposible. Gracias por entenderme y estar a mi lado incondicionalmente, en el nombre de Jesús, amén.