jueves, 17 de octubre de 2024

Hambre y sed de tu Palabra

 


Hambre y sed de tu Palabra

“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”. Amós 8:11-12

“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”. 2 Timoteo 4:2-4

En tiempos del profeta Amós, la gente tenía todos los lujos que querían comprar, era una época de mucha prosperidad económica para Israel y Judá; pero sentían en su corazón un gran vacío, pues el rey Amasías había prohibido proclamar la Palabra de Dios. Las personas querían escuchar una palabra verdadera que les diera dirección a sus vidas, pero no había ninguna palabra para orientarlos; pues se levantaron profetas y sacerdotes falsos que decían siempre lo que más les agradara.

Israel, distinta a las demás naciones se había fundado sobre la Palabra de Dios, Él les había ordenado todo lo que debían comer, cómo vestir, qué animales domesticar, cómo tratar a los demás. Y ahora Dios estaba callado, había retirado su consejo, su enseñanza. Habían roto su pacto con Dios. La idolatría, la opresión de los ricos sobre los pobres, el sistema judicial corrupto y la inmoralidad generalizada, contristó el corazón del Señor y su paciencia se había agotado, el castigo era inevitable y la nación sería destruida a menos que cambiaran su corazón y se volvieran a Él.

Ahora se repite la historia, Dios ha sido sacado de todos los ámbitos y las naciones van camino a la destrucción. Hoy se nos exhorta a predicar la Palabra a tiempo y fuera de tiempo, porque muchos tienen comezón de escucharla; pero si están prestos a oír las mentiras y el engaño de las ideologías modernas que los apartan cada vez más de la verdad, Llegará el momento cuando esta generación se va a dar cuenta de la gran verdad de Mateo 4:4 “que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, porque el hambre más grande que podemos sentir no se satisface con pan y carne; podemos tenerlo todo y sentirnos totalmente vacíos.

Muchos todavía siguen buscando la respuesta para los problemas de la vida en otras partes excepto en las Escrituras, están buscando la dirección verdadera pero no saben dónde hallarla. Jesucristo es la respuesta porque sólo en Él y en su Palabra seremos verdaderamente libres y podremos disfrutar la vida abundante que nos ofrece. Oremos para que el deseo de buscar a Jesús y su Palabra no sea demasiado tarde para esta generación, (Isaías 55:6).    Oración.

«Señor, Gracias por tu Palabra, soy afortunado de tener toda la Escritura para leerla. Dame sed y hambre por tu Palabra. Abre mis oídos espirituales para que sean prontos para escucharla, abre mi mente para meditarla y dispón mi voluntad para ponerla por obra. Quita toda distracción que no permita que pueda asimilarla para conectarme contigo, que cada día sea mi deleite, porque con ella me guías, me enseñas, me purificas y me santificas. En el nombre de Jesús, amén.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Jesús eres el centro de todo

 


Jesús eres el centro de todo

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Isaías 55:1-7

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:37-38

Este pasaje profético es un llamado a las naciones para que se vuelvan a Dios en arrepentimiento en estos tiempos de sequía espiritual. Él ya ha dado su provisión: la salvación por medio de su Hijo Jesucristo, quién con su obra en la cruz, ha dado perdón de pecados, salvación y vida eterna. En Jesús hay suficiente para todos los que se acercan a Él y lo invitan a ser el centro de su vida como Señor y Salvador personal.

Los que están satisfechos con el mundo no ven la necesidad de Cristo. Están secos espiritualmente y tratan de satisfacer esa sed con las cosas mundanas. Jesús nuevamente está haciendo una invitación para todos “Si alguno tiene sed venga a mí”. Él es la Fuente abierta, es la Roca golpeada, es el agua viva que trae sanidad espiritual, emocional y física, 1 Corintios 10:4.

En Isaías el Señor dice: “venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”. Jesús nos hace una oferta gratuita, su gracia salvadora para que nos apropiemos de ella y que satisfagamos todo nuestro ser. En Cristo lo encontramos todo. Todo lo que ofrece ya fue pagado por Él, lo adquirió con el precio total de su preciosa sangre, como dice 1 Pedro 1:18-19 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

El Señor anhela que todos los hombres se salven por eso su oferta sigue en pie: “Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma”. Solo hay que aceptarla. Él conoce el corazón humano y sabe su gran necesidad, porque el mundo y sus placeres jamás darán plenitud al alma sin Dios. Que las frustraciones y la falta de propósito en la vida impulsen a las personas hacia Cristo y a buscar la satisfacción sólo en Él.

Busquemos y clamemos al Señor mientras esté cerca. Dios no planea apartarse de nosotros, pero a menudo somos nosotros los que nos apartamos de Él y sufrimos las consecuencias de alejarnos de su Presencia. Busquemos a Dios ahora, mientras podamos, antes de que sea demasiado tarde.    Oración.

«Jesús perdóname por las veces en que me he alejado de ti, si tú no estás en el centro de mi vida, entonces nada más importa. Me pides que te busque mientras puedas ser hallado, anhelo encontrarte y acercarme a ti; muéstrame cómo vivir una vida completamente dedicada a la gloria de tu nombre, gracias por llenarme completamente con tu Presencia, amén.

martes, 15 de octubre de 2024

Sal de la cueva

 


Sal de la cueva

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”. Salmos 139:1-6

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz”. Salmos 139:7-12

Este salmo nos quita las máscaras del engaño y la hipocresía que a veces estorban nuestra relación con Dios y la vida de la iglesia; pues Él sabe y conoce todo de nosotros, nuestros más íntimos pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. Es un Dios omnisciente. Nos lo enseña no con conceptos abstractos, sino con hechos concretos de la vida cotidiana. Él nos examina y puede discernir nuestras necesidades más íntimas. Es una verdad maravillosa saber que nos conoce personalmente, no somos un número más, somos sus hijos, sabe cuándo nos levantamos, nos sentamos, caminamos y nos acostamos, es decir la totalidad de nuestro día.

Aún más, lee nuestros pensamientos, conoce nuestros proyectos, sueños, deseos, anhelos y propósitos. Nada se escapa de su conocimiento, esto debería alegrarnos, al saber que su Presencia jamás se va; como dice el salmista “Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano”, manifestando de esta manera su protección y cuidado que nos da seguridad. Nuestra mente finita no alcanza a comprender cómo sabe todas las cosas, Él conoce detalles de millones de personas a la vez.

Dios es omnipresente; está donde quiera que nosotros vayamos, donde está el Espíritu de Dios, allí también está su Presencia. No hay lugar en el universo donde uno pueda escapar de Él, su Presencia es infinita, todo hace parte del universo que Él creó y que señorea. No podemos huir de Dios, en cualquier situación por oscura que sea, nos asirá con su diestra, nos sostendrá y nos guiará.

Recordemos cuando Elías huyó porque tenía miedo y se escondió en una cueva; era un hombre de carne y hueso, sujeto a las mismas pasiones y necesidades espirituales que nosotros, estaba amenazado de muerte y perseguido por la incredulidad de Israel. Es aquí donde Elías se encuentra con Dios. Y es aquí donde Dios le hace dos veces una pregunta: “¿Qué haces aquí, Elías?”, y le ordenó: “Sal fuera y ponte sobre el monte en presencia del Señor”. (1 Reyes 19:9,11,13)

Esa misma pregunta nos la hace hoy: ¿Qué haces aquí?; no sé qué situación nos tiene escondidos en la cueva, pero es el momento de salir y escuchar su voz. Entremos en su Presencia, solo ahí encontraremos su respuesta, su dirección y su respaldo, su amor inagotable es nuestra defensa.    Oración.

«Señor gracias porque tu Presencia irá conmigo y me darás descanso; gracias por caminar a mi lado y por no dejarme. Aunque las situaciones parezcan difíciles, no puedo huir ni esconderme de los problemas, porque todo lo sabes y conoces cada pensamiento en mi mente, tengo la certeza de que tu diestra me asirá para que no resbale, ni caiga, Amén.

lunes, 14 de octubre de 2024

Un lugar tranquilo

 


Un lugar tranquilo

“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto”. Marcos 6:30-32

En un mundo como el de hoy, lleno de responsabilidades, de ir de un lado para el otro sin parar, es bueno que bajemos el ritmo para que el Señor nos renueve. La verdadera renovación viene de pasar tiempo en su presencia para que nos llene de su paz.

Veamos el pasaje de hoy. Los discípulos están en el punto más intenso de su experiencia al lado de su Maestro; habían viajado por largo tiempo, Él había predicado a multitudes y ministrado en sus vidas, trayendo liberación, sanidad física y restauración espiritual, en muchos lugares; y a medida que se corría la voz de que Jesús estaba ahí, el ministerio se intensificó y trabajaron mucho, pues las personas lo buscaban cada vez más.

Sin embargo, Jesús al observar a sus discípulos tan exhaustos, interviene y les hace una hermosa invitación: “Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco”. Esto es un bálsamo para nuestros oídos cuando hemos trabajado incansablemente en la obra de Dios y necesitamos un respiro para conectarnos con el dueño de la obra. Jesús sabe de nuestro trabajo y de lo fatigante que a veces puede llegar a ser, por eso, escucha su voz.

Llevar la carga espiritual de nuestra familia, orar constantemente por nuestros hijos, esposos (as), amigos, y cuidar pastoralmente a los que Dios ha colocado a nuestro cargo, implica estar recargados espiritualmente para hacer nuestra labor no en nuestras fuerzas, sino en el poder de Dios; necesitamos entonces tiempos de quietud en la presencia del Señor.

Jesús conoce nuestro nivel de cansancio espiritual, emocional y aun físico; y quiere invitarnos a renovar fuerzas, a alentarnos con su Palabra para que podamos continuar. Cuando nuestra tarea espiritual se vuelve una carga es porque la estamos haciendo en nuestra carne, y así no veremos resultados. Recordemos que la obra es de Dios y Él anhela que seamos guiados siempre por su Santo Espíritu. Es un llamado a hacer un alto y refugiarnos en su presencia amorosa, Él es nuestro lugar de descanso, es nuestro escondite en nuestras preocupaciones y del afán de la vida, Salmos 62:5-6. Hoy nos invita a buscarle primero y Él suplirá lo que nos falta. Hagamos del Señor nuestra prioridad y en nuestro agotamiento o fatiga espiritual el Señor nos dará descanso.   Oración.

«Gracias mi Dios por escogerme como tu habitación, por morada de Dios en el Espíritu; hoy le digo a mi alma: “reposa en el Dios de tu salvación”; porque Él es mi esperanza y mi roca fuerte. Quiero deleitarme en tu Presencia y renovar mis fuerzas; Espíritu Santo fortaléceme en mi interior, solo quiero estar contigo, hoy no vengo a pedir, vengo a descansar en ti. Amén.

domingo, 13 de octubre de 2024

Ser dirigidos por Dios

 


Ser dirigidos por Dios

“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”. Salmos 25:4-5

Este salmo surgió de la experiencia personal de David cuando estaba pasando por problemas y dificultades y proporciona un consuelo para todos nosotros en este momento, pues hay momentos en la vida que no sabemos qué camino coger, qué decisión tomar y necesitamos depender absolutamente de Dios.

Cuando el salmista le dice a Dios encamíname en tu “verdad” esta palabra viene del hebreo “emet” y significa certeza, estabilidad, confiabilidad, lo justo; lo que implica que está buscando confianza, firmeza y seguridad en Dios. Y es lo que necesitamos en este momento en un mundo de tanta confusión, donde la verdad se ha vuelto relativa y las personas no saben en quién creer. Podemos confiar enteramente nuestra vida en la verdad de Dios, porque la verdad es Jesucristo. En Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

Hay dos caminos por los cuales el hombre puede transitar hoy: el camino de Dios, o su propio camino. Dios nos da la opción de elegir. Todos podemos andar por el camino que elijamos, pero recordemos lo que dice el libro de Proverbios 14:12 “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”.

David le suplica a Dios que le muestre el camino. Oró para que la verdad de Dios lo preservara, porque la verdad constituye el sostén del principio y el fin de toda creación. Buscar la verdad es aspirar a la plenitud de Dios; conocer la verdad significa experimentar vida, que ha de traducirse en amor; poseer la verdad nos compromete a servir en amor; “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:32. Conocer la verdad nos libra de la mentira y el engaño del mundo.

¿Por qué este énfasis en la dirección de Dios? Todo el Salmo da la respuesta: cuando el enemigo ataca, es cuando uno más necesita una dirección específica de Dios. Indica tres aspectos indispensables de este camino: caminar en la verdad de Dios; caminar con su presencia; y una confianza constante en Él. Para ser dirigidos por Dios hace falta una mente humilde y abierta a Él.   Oración.

«Cuán grande es tu bondad Señor para conmigo, en estos momentos de incertidumbre en el mundo, donde todos parecen tener la verdad, quiero saber qué hacer. Por eso, guíame por sendas de justicia por amor de tu nombre, porque ciertamente el bien y la misericordia me guiarán todos los días de mi vida. Espíritu Santo guíame cada día a la verdad y conforta mi alma con tu Palabra y con la certeza de que eres fiel. En el dulce nombre de Jesús, amén.

sábado, 12 de octubre de 2024

Es el único digno de confianza

 


Es el único digno de confianza

“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” Hebreos 13:8

¿Alguna vez nos han defraudado y traicionado? Creo que muchas veces, pues los humanos somos poco confiables. Difícilmente mantenemos nuestra palabra y cumplimos nuestras promesas y defraudamos a otras personas que confían en nosotros. Experimentar la pérdida de la confianza es algo doloroso en nuestras relaciones interpersonales, pues esto afecta todo nuestro ser. Nos volvemos recelosos y en el futuro nos es difícil volver a confiar.

Cuando se trata de nuestra relación con Dios, a veces proyectamos nuestras experiencias pasadas con personas imperfectas y nos cuesta confiar en Él, que es perfecto. Nos es difícil confiar en Dios porque nuestros padres u otra figura de autoridad nos lastimaron, o pensamos que no ha respondido a nuestro clamor cuando más lo necesitamos. Aunque el dolor de esas experiencias son reales, nunca debe cambiar lo que Dios es.

Su Palabra nos enseña porqué debemos confiar en Él:

1) Él nunca cambia. Malaquías 3:6 dice: “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”. Él es consecuente con su amor y su amor es eterno, por eso, ha prolongado su misericordia sobre nosotros, Jeremías 31:3.

2) Siempre cumple lo que dice. “Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”, 2 Corintios 1:20.

3) Nunca nos deja, ni nos abandona. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”, Hebreos 13:5.

4) Nada de lo que hagamos hará que se aleje de nosotros. Nada nos puede separar de su amor, Romanos 8:38-39.

5) Todo lo bueno proviene de Él. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”, Santiago 1:17.

6) Él es especialista en restaurar, redimir y darnos un propósito, Romanos 8:28; Filipenses 1:6

Estas son solo algunas de las razones por las que debemos confiar completamente en Dios.

Escudriñemos la Escritura para que sigamos descubriendo cuán confiable es nuestro Cristo y pongamos nuestra esperanza en Él.    Oración.

«Amado Jesús, el mundo puede cambiar constantemente, pero tú no. Ayúdame a superar mis decepciones y a poner mi mirada solamente en ti; gracias por ser absolutamente confiable. Permíteme continúe afianzando mi fe y mi confianza en ti. Gracias porque aún mis experiencias negativas las usarás para bien. En el nombre de Jesús, amén.

viernes, 11 de octubre de 2024

Levántate y resplandece

 


Levántate y resplandece

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”. Isaías 60:1-3

Aunque estas resplandecientes promesas mesiánicas de restauración traerían esperanza a Israel en el cautiverio, en sentido amplio, tenían un significado mesiánico y escatológico, para los tiempos finales, indica que Jesús volverá y dará cumplimiento a todas las palabras que están escritas sobre las naciones. El plan de Dios con el regreso de su Hijo se cumplirá plenamente. Hay oscuridad y tinieblas en el mundo que solo pueden ser disipadas con la venida del Redentor a Sion, y entenderemos entonces que nada, ni nadie podrá impedir el desarrollo de su plan y Él juzgará el pecado.

Ha llegado la luz de la cual habló el profeta Malaquías 4:2-3, diciendo: «Mas para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá salvación. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos». Malaquías dijo que en los últimos días Jesús, “el sol de justicia”, el Redentor, vendrá y será como el sol que irrumpe en la oscuridad de la medianoche. El profeta ve desde lejos el primer adviento de Cristo, y la salvación que aguarda a todos los que en Él creen. Pero también vislumbra el Segundo Adviento de Cristo, con el juicio final de los impíos, y la salvación eterna de los que temen su nombre. La nación de Israel, en aquel día, reflejará la luz de su gloria aquí sobre toda la tierra. Mientras tanto, la Iglesia habrá ido a estar con Cristo.

Jesús es el sol de justicia que ha venido a cada persona que ha creído en Él por la predicación del evangelio en estos tiempos, que alumbra y esclarece toda oscuridad de nuestras vidas; pero también es el sol de justicia que vendrá en su segunda venida a juzgar a aquellos que lo rechazaron. Su iglesia presente en este momento debe reflejar la luz y la gloria de Cristo que ha nacido sobre ella, por eso levantémonos y resplandezcamos, para hacer presente el reino de Dios en esta tierra, y darle la oportunidad a muchas personas que salgan de la oscuridad que los envuelve y resplandezca en ellos la luz de Cristo.    Oración.

«Mi Dios Todopoderoso, hoy creo en tu Palabra, por eso voy a levantarme y a resplandecer. Jesús, porque vives en mi corazón haces que brille tu luz en medio de cualquier oscuridad y me muestras tu gloria. Tú me dices: “no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios”. Dame la fe necesaria para ver tu poder actuando a través de mí. Hoy, en el nombre de Jesús me deshago de toda fortaleza en mi mente de incredulidad, duda, engaño, temor y pesimismo y me determino a confiar plenamente en tus promesas, amén.