domingo, 18 de noviembre de 2018

Redimidos


Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo" (1 Pedro 1:18-19).

La Sangre Redentora de Jesús
Esto nos ayuda a entender lo que esto le costó a Él para conseguir esta salvación para nosotros. Este es el nombre de Cristo en la cruz. Él es Cristo nuestro Redentor.
Siempre que nosotros decimos "El Redentor", la cruz es dirigida ante nuestros propios ojos y nuestros corazones se llenan de amor al recordar de que no sólo Cristo nos ha dado la salvación.
Según la Biblia somos esclavos del pecado, y no podemos escapar de esta esclavitud. Sin embargo, Jesús nos ha liberado al ir a la cruz y pagar nuestra redención por Su sangre. Esto es lo que el apóstol Pedro tenía en mente en 1 Pedro 1:18-19, " sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación"

El apóstol Pablo declaró que estamos " siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:24). El precio de esta redención es la muerte de Jesucristo. Nosotros no pagamos el precio de nuestra redención. Es una deuda imposible para nosotros de pagar. Jesucristo lo pagó por nosotros. No tenemos ningún medio de pagar por ello porque estamos espiritualmente en bancarrota. Nuestro Dios es infinitamente rico. Él nos sustituyó, comprando nuestra redención con Su propia muerte. Dios pagó el costo total de nuestra salvación de modo que nuestra salvación fuera Su regalo gratis para nosotros.
En Romanos 3:24, el apóstol Pablo usa la palabra "Redención o liberación, sobre el pago de un precio. Pablo tiene en mente una palabra que siempre tuvo que ver con la liberación de un esclavo al pagar por él. Jesucristo nos liberó de la esclavitud del pecado por Su propia muerte. Su muerte era el precio de la redención. "En quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros " (Efesios. 1:7-8). La sangre testifica de Su sustituto.
Es imposible escapar a la idea de la muerte de Cristo siendo este el precio más alto de nuestra redención. La obra de salvación de Cristo involucra que Él nos compró para El Mismo en el mercado del mundo para que nunca volvamos allí otra vez.
Porque Jesucristo nos redimió por el pago de Su sangre, Dios puede en Su gracia ofrecernos libremente la salvación a través de la fe como un regalo gratuito.  El nos ofrece libremente ¨la justicia de Dios a través de la fe en Jesucristo para todos los que creen en El.
El regalo ha sido pagado por completo. ¿Usted lo ha recibido? ¿Se da cuenta de que Jesucristo es su redentor y que actualmente derramó Su sangre por usted como su rescate? ¿Se da cuenta de que su salvación ha sido comprada? ¿Fue comprada a un precio muy alto, al precio no menos que la sangre de Jesucristo, El Santo de Dios? ¿Se da cuenta que este Cristo que ha derramado su sangre por usted El mismo es su Dios?  El Apóstol Juan dijo Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1. 12.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 17 de noviembre de 2018

Como Padre


Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación; (1 Pedro 1:17. La intención de Pedro en este versículo es poner en conocimiento de sus destinatarios que Dios no sólo es su Padre, sino que también es el juez de todo lo creado. Ellos deberán entender que Dios juzga a todo ser sin importar su condición; e inclusive ellos, que son sus hijos, deben saber que Él observa sus vidas.  Será interesante notar en este punto, que Dios, no por haber llegado a ser nuestro Padre, deja de ser nuestro Juez en cuanto a nuestra forma de vida. Es así que Él cumple ambas funciones para con nosotros; será por tanto no sólo un Padre amoroso, sino también un Juez justo.  Hay muchísimos versículos más que nos muestran que Dios es el juez de todas las cosas; pero lo importante aquí debería ser poner nuestra voluntad, y la entrega total de nuestras vidas a disposición del Santo Espíritu. Solo Él puede ayudarnos a vivir como Dios quiere y solo con su ayuda podremos realizar los cambios que Dios espera ver en nosotros.
La obra del Espíritu Santo en nosotros nos llevará entonces por un proceso de santificación, a través del cual, con el tiempo, dará los resultados esperados por Dios. Esto es muy importante, ya que Dios nos pide que vivamos en santidad, pero no nos deja solos. Él nos da todas las herramientas posibles y la ayuda perfecta.
Entonces, la intención aquí no es generar miedo en nosotros, sino abrir nuestros ojos a la realidad de que un juez justo mira nuestras vidas. Pero no con intención de condenar sino de ayudarnos a vivir como es mejor, es decir, como más nos conviene. Dios nos llama a vivir en santidad y en amor, y es nuestra responsabilidad hacerlo.  El convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra, para juzgar a su pueblo, (Salmos 50:4.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 16 de noviembre de 2018

No os conforméis


1 Pedro 1:14-16. como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Santificado significa ser apartado para Dios, estar sin contaminación. Él nos compró con la sangre de Cristo, por lo tanto, pertenecemos a Dios, somos suyos; más aún, él nos llamó a ser santos como él es Santo. Si entendemos esta verdad nuestra manera de vivir tiene que cambiar.
Cuando recibimos a Jesucristo, obtenemos perdón de pecados, somos justificados y santificados ante Dios. Pues sin santidad, nadie podrá tener comunión con Él, porque él es Santo. La Biblia dice: “Seguid la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (hebreos 12:14b).
Todos los creyentes son santos en Cristo; por consiguiente, pueden acercarse a la presencia de Dios, pero sin santidad no se puede disfrutar la presencia de Dios, ni la comunión con Él.
Dios pide santidad a nuestra vida, pero no hay santidad sin obediencia. Pablo escribió: “Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación”, 1 Tesalonicenses. 4:2-3a.
El mantenernos en santidad inicia con una firme decisión de vivir una vida de integridad y pureza, llenando nuestra mente con la Palabra de Dios y haciendo lo que ella me muestra.
Tener una vida integra a los ojos del Señor es un caminar con Cristo que implica cambios en la forma de pensar y de vivir, no conformarnos a los deseos engañosos del mundo en el cual por nuestra ignorancia vivimos en otro tiempo. “Así que, amados, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. 2 corintios 7:1.
Oración
"Amado Dios, alabo y exalto tu nombre grande y temible, y me postro ante ti, pues tú eres Santo. Te ruego crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu de rectitud, dispuesto a obedecerte. Señor quiero caminar en santidad porque mi alma anhela estar en comunión contigo. Te amo Señor Jesús amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 15 de noviembre de 2018

Esta salvación


1 Pedro 1. 10-12. 10. Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
11. escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
12. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. Como hijos de Dios nosotros hemos experimentado una gloriosa salvación que viene del Padre a través de nuestro Señor Jesucristo. Pedro nos habla de la misericordia de Dios al permitirnos renacer para justicia, para heredar santidad y para llegar a la altura de Cristo.
Cuán valiosa es nuestra fe, con ella Dios nos guarda, es la armadura perfecta para soportar las pruebas. Por fe declaramos ser hijos de Dios, por fe recibimos la salvación y el perdón, por fe nos animamos unos a otros y nos gozamos al alabar a Dios.
Hermanos los profetas anunciaban el tiempo que Dios nos daría misericordia, y anhelaban ver esos días, no dejemos de alimentar nuestra fe, pues es más preciosa que el oro, recuerden que la salvación es un acto de amor, es una iniciativa de nuestro Dios. como hijos debemos animarnos y apoyarnos unos a otros, siendo hermanos tenemos la bendición de edificarnos mutuamente.
No así los que aún no conocen de Dios, Nuestro corazón debe ver a la gente con amor, debemos alegrarnos de compartir su palabra y gozarnos porque más gente decida dar un paso de fe y confiar en nuestro Salvador Jesucristo.           Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 14 de noviembre de 2018

Gozo anticipado


Gozo anticipado                                                                                                                                                                         1 Pedro 1:8-9.   A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.  Gozo anticipado Gozo
El gozo no se detiene en el hecho de que usted ya es hijo, es salvo y ya tiene vida eterna, ahí recién tiene que comenzar a fluir el gozo del Señor, pero tiene que manifestarse en cada área de su vida. Dios quiere que mientras está sentado oyendo la palabra, tenga una apertura de corazón para que él le revele planes para su vida para que todo fluya de parte del cielo de una manera muy bendecida a su favor.
Dice la palabra que hay algo que usted no ve, pero el gozo está por anticipado por causa de la fe que es poderosa en su vida.  Ya se goza desde ahora porque sabe que el final es glorioso para su vida.  No es que tengamos una actitud de orgullo y vanidad como que a nosotros nos va a salir todo bien y después la cosa no funciona. Está parado firme sobre una palabra correcta, está desarrollando la fe correcta que lo va llevando hacia la madurez espiritual en su vida y está alegrándose con un gozo que se lo ha dado el Señor, que dice la Biblia que es inefable y glorioso.    Empiece a descubrir todo el tesoro que tiene adentro que por poco que fuera es un tesoro divino, celestial.  Es una herencia que Dios le ha dado, que la deposita en su interior y que tiene que utilizarla como un administrador y un mayordomo fiel liberando todo eso, creyendo a la palabra.
Usted se goza anticipadamente porque sabe que tiene la victoria, conoce lo que Dios ha preparado para usted que es glorioso. La Palabra dice que Dios tiene pensamientos de bien y no de mal para usted. Entonces lo que está por delante tiene que hacerlo gozarse a partir de hoy.
Oración: Padre, me deleito en ti y me gozo porque sé que lo está por delante es maravilloso, glorioso, va en aumento, es victorioso, me hace crecer y es de bendición siempre. Caminaré en la dirección que me marcas en tu palabra que es tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 13 de noviembre de 2018

Pruebas


(1 Pedro 1:7).    Pedro escribe: “Para que sometida a
prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.  Pedro llama a estas experiencias “fuego de prueba. Por esta razón, cada cristiano tiene que saber y aceptar que Dios tiene un propósito en todos nuestros sufrimientos. Ninguna prueba entra en nuestras vidas sin que él lo permita, y uno de los propósitos de Dios detrás de nuestras pruebas es el producir en nosotros una fe inquebrantable.  Dios no se deleita en las pruebas por las que atraviesan sus hijos. La Biblia dice que Cristo es compasivo hacia nosotros en todas nuestras pruebas, siendo tocado por los sentimientos de nuestras dolencias. En Apocalipsis 2:9 le dice a la iglesia “Conozco… tu tribulación, y tu pobreza” Está diciendo, en esencia, “Sé por lo que estás atravesando. Quizás no lo entiendas, pero sé todo al respecto.”
Es esencial que comprendamos esta verdad, porque el Señor sí prueba a su pueblo. La Escritura dice: “Nos ensayaste (probaste) como se afina la plata” (Salmo 66:10). “Vuestra fe…se prueba con fuego” (1 Pedro 1:7). “Jehová prueba al justo” (Salmo 11:5).
Ciertamente, todos los que siguen a Jesús van a enfrentar aflicciones. El Salmista escribe: “Muchas son las aflicciones del justo” (Salmo 34:19). Pablo habla de tener “mucha aflicción y angustia del corazón…con muchas lágrimas” (2 Corintios 2:4). Y hebreos describe a santos que son “pobres, angustiados, maltratados” y que “[sostuvieron] gran combate de padecimientos” (hebreos 11:37, 10:32).
El hecho es que la Biblia habla muchísimo sobre el sufrimiento, tribulaciones y problemas en la vida de los creyentes. De acuerdo al Salmista, “Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al Seol” (Salmo 88:3). Igualmente, David escribe de soportar “muchas angustias y males” (71:20).  Dios esta hablando de las pruebas de persecución y escasez y de enfermedades que tendremos que pasar mientras estemos en este cuerpo mortal.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 12 de noviembre de 2018

Una esperanza viva

I Pedro 1:3-5.  Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una
esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe”, I Pedro 1:3-5. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”, Gálatas 4:6-7. La Biblia le da un gran énfasis a nuestra gran "herencia", dice, "Mi Dios satisfacer todas las necesidades de ustedes de acuerdo a sus gloriosas riquezas en Cristo Jesús." Como hijos de Dios se nos da acceso a la fortuna de la familia. Aquí en la tierra se nos dan "las riquezas de su gracia, bondad, paciencia, gloria, sabiduría, poder y misericordia." Pero en la eternidad heredaremos aún más.
Pablo dijo, "Quiero que sepan qué rica y gloriosa es la herencia que Dios ha dado a su pueblo." Pues estaremos con Dios para siempre, seremos completamente cambiados para ser como Cristo, seremos libres de todo dolor, muerte y sufrimiento, seremos recompensados y tendremos nuevas posiciones de servicio y compartiremos de la gloria de Cristo. ¡Qué herencia tan maravillosa!
Dios ha reservado una herencia inestimable para sus hijos, esa herencia es eterna, es preciada, pura, permanente y protegida. Nadie se la puede quitar; no puede ser destruida por las guerras, la mala economía, los malos gobiernos o las catástrofes naturales. Esta herencia es eterna, es lo que debería de estar anhelando y por lo que debería de estar trabajando. Pablo dice, "Y todo lo que hagan, háganlo con el corazón, como haciéndolo para el Señor, no para los hombres, ya que saben que recibirán una herencia del Señor como recompensa."
En la tierra se trabaja con el propósito de alcanzar una jubilación, pues es una meta a tan cortísimo plazo, pero debemos de estar trabajando y viviendo a luz de la eternidad. Jesús dijo en Juan 14:2 En la casa de mi Padre muchas MORADAS hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Oración
"Amado Padre, que privilegio pertenecer a tu familia, me has llamado hijo y me has hecho partícipe de herencias celestiales inimaginables e incorruptibles y aún sin merecerlo, solo por el puro afecto de su santa voluntad. Gracias Padre bueno. Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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