sábado, 17 de julio de 2010

Verdadero servicio

Verdadero servicio

Sirviendo al Señor.

Romanos 12:11

Todo lo que usted haga en la vida cristiana debe ser compatible con la Palabra de Dios y verdaderamente en su servicio y para su gloria. En Romanos 12:11, la palabra que Pablo empleó para describir el servicio cristiano se refiere al servicio de un esclavo, cuya única tarea era llevar a la práctica la voluntad de su amo. Así es como usted debe servir a Dios: como siervo de Jesucristo.

Pero no puede servir al Señor con sus propias fuerzas así como no pudo ir a Él por su propio poder y voluntad. El poder de servir a Cristo viene de Dios. "Para lo cual también trabajo", dijo Pablo, "luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí" (Col. 1:29). Los Domingos
No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan. Hechos 2 :46

El evangelista Vance Havner escribió: «Mi padre era un fiel concurrente a la casa de Dios. Cuando quería y cuando no, cuando el sermón era bueno y cuando no lo era, mi padre siempre estaba allí».

Hoy no somos tan fieles, y nuestra sociedad tampoco ayuda demasiado. Un grupo de iglesias de Nueva Jersey emitió una invitación a las ligas deportivas públicas y privadas para que no programaran los partidos para los domingos antes del mediodía. Cada vez había menos familias en las iglesias a causa de que los niños debían participar en un juego.

Una congregación de Andover, Massachussets, realizó una encuesta para descubrir cuándo podía asistir la gente a la iglesia. La respuesta más común era el sábado a las cinco de la tarde, porque sus domingos ya tenían actividades programadas.

Necesitamos ir a la iglesia por muchas razones, de las cuales no es poca cosa la necesidad de comunión con otros cristianos. El cuerpo de Cristo es una familia en la que los miembros se involucran, se alientan y se edifican los unos a los otros. Los primeros cristianos parecían no poder dejar de congregarse.Todos los días se reunían en el templo y de casa en casa.

Vaya a la iglesia este domingo.

viernes, 16 de julio de 2010


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dueño de mi vida

dueño de mi vida
Todo lo que quiero hacer
aquello que deseo lograr…
todo queda al descubierto
ante mi Padre Celestial

El conoce mi corazón
el es dueño de mi vida,
nada le puedo ocultar
al supremo “Anciano de Días”

Quien me ha otorgado un propósito
acorde a mis facultades
que solo podré cumplir
superando mis debilidades

Porque él nos ha hecho perfectos
a su imagen y semejanza,
con dos armas poderosas:
¡la fe y la esperanza!

La fe en su hijo amado:
“el camino de salvación”,
y la esperanza de contemplarlo…
¡cuán glorioso galardón!

Por eso soy muy feliz
y me rindo ante su presencia,
único digno de adorar…
merecedor de toda reverencia

A él sea dada la gloria
honra, alabanza y poder…
a él, dueño de mi vida
a aquél, que me permitió nacer

jueves, 15 de julio de 2010

No hay lugar para el letargo

No hay lugar para el letargo

Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas.

Eclesiastés 9:10

No hay lugar para el letargo en la vida cristiana. Tal actitud no solo impide que usted haga lo bueno, sino que a veces significa que en realidad ha permitido que prospere el mal. Para que florezca la mala hierba, lo único que tiene que hacer el jardinero es dejar solo el jardín.

El autor de Hebreos se refirió a la recompensa que Dios tiene para quienes le sirven asiduamente: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún" (He. 6:10). La actitud entusiasta

Fervientes en espíritu.

Romanos 12:11

Uno de los defectos más arraigados de la humanidad es la carencia de entusiasmo individual. A menudo nuestros fracasos en lograr lo que debiéramos son resultado directo de la apatía y la falta de compromiso. Pero si usted es cristiano, eso no debe ser así.

El entusiasmo requiere resolución y persistencia respaldadas por el Espíritu, no simples buenas intenciones humanas. Henry Martyn, el incansable misionero de la India, dirigió su ministerio con entusiasmo y fervor bíblicos. Era su deseo "consumirse por Dios". Y el apóstol Pablo nos exhorta a que "no nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" (Gá. 6:9).

martes, 13 de julio de 2010

Honrarse los unos a los otros

Honrarse los unos a los otros

En cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

Romanos 12:10

Si usted está consagrado al amor fraternal, es obvio que usted les dará preferencia a los demás creyentes. Eso quiere decir que usted tendrá una genuina humildad y no tendrá "más alto concepto de sí que el que debe tener" (Ro. 12:3; vea también Fil. 2:3). También significa que usted dará honra a sus hermanos en Cristo y tomará la iniciativa de ponerlos en primer lugar.

No halagará a otro creyente simplemente con la esperanza de que lo halague a usted también o para congraciarse con él. Más bien le expresará sincero aprecio, respeto y amor como un hermano en la fe y miembro de la familia de Dios. Muestre diligencia

En lo que requiere diligencia, no perezosos.

Romanos 12:11

La diligencia se aplica a todo lo que usted hace en su vida cristiana. Cualquier cosa que se haga en el servicio del Señor es digna de entusiasmo y cuidado.

Jesús sabía que su tiempo de ministerio terrenal era limitado y que tenía que aprovechar cualquier oportunidad para servir a su Padre celestial. También nosotros tenemos que hacer "las obras... entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar" (Jn. 9:4). Y otros cristianos sin duda apreciaran nuestras diligentes buenas obras, como exhortó Pabl "Hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gá. 6:10).

lunes, 12 de julio de 2010

Jehová es mi luz y mi salvación

Sal 27:1

Jehová es mi luz y mi salvación


Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?


Sal 27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.


Sal 27:3 Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.


Sal 27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.


Sal 27:5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.


Sal 27:6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.


Sal 27:7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.


Sal 27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;


Sal 27:9 No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.


Sal 27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.


Sal 27:11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud
A causa de mis enemigos.


Sal 27:12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.


Sal 27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.


Sal 27:14 Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová.

domingo, 11 de julio de 2010

Aferrándose a lo que es bueno

Aferrándose a lo que es bueno

Seguid lo bueno.

Romanos 12:9

Como siervo de Jesucristo, Dios quiere que usted se comprometa con todo lo bueno, con todo lo que sea justo y digno. Esa tarea requiere el uso de discernimiento. Con la ayuda de Dios y su Palabra, usted debe evaluarlo todo con cuidado y decidir qué debe rechazar y qué debe seguir (1 Ts. 5:21-22).

A medida que se aparta de las cosas del mundo y que se satura de las Escrituras, lo que es bueno irá sustituyendo lo que es malo. Entonces usted hará realidad el mensaje de Pablo a los creyentes de Roma: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (12:2). El amor fraternal

Amaos los unos a los otros con amor fraternal.

Romanos 12:10

El amor fraternal revela el carácter de los cristianos. Por eso Pablo les recuerda a los creyentes que pongan en práctica esa virtud: "Acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros" (1 Ts. 4:9).

El verdadero discípulo de Jesucristo intuitivamente sabe que debe amar a sus hermanos y hermanas en Cristo. Como tienen el mismo Padre celestial, el amor entre los creyentes es tan normal como el afecto entre los miembros de una familia. Si es un verdadero discípulo, tal amor será verdaderamente suyo.