Mostrando entradas con la etiqueta devocional.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta devocional.. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de octubre de 2010

Es así


Es así
Todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Filipenses 3:7

¿Cómo podemos llegar a conocer al Dios santo? Si es tan puro, tan infinito, tan alto, tan excelso, ¿cómo podemos acercarnos a él y llegar a conocerle mejor?

Primero, debemos venir a él por medio de la sencilla fe en Jesucristo. Segundo, debemos estudiar nuestra Biblia y aprender todo lo que podamos con respecto a él. Tercero, tenemos que convertir lo que conocemos sobre él en conocimiento de él.

¿Cómo hacemos eso? la fórmula. «La regla para lograrlo es exigente pero sencilla», Consiste en que convirtamos cada una de las verdades que aprendemos sobre Dios en un tema de meditación delante de él, lo cual lleva a la oración y la alabanza a Dios».

define la meditación como «la actividad de llamar a la mente, y pensar una y otra vez, y hacer habitar y aplicar en uno mismo las diversas cosas que uno sabe sobre las obras, los caminos, los propósitos y las promesas de Dios».

Es esta actividad del pensamiento santo, esta práctica y patrón de hacer que nuestra mente habite en él, lo que nos ayuda a llegar a conocer de forma más íntima y profunda al Santo Dios, que es nuestra vida.

domingo, 17 de octubre de 2010

EL PRIMER PASO LA NECESIDAD DE ARREPENTIRSE


EL PRIMER PASO LA NECESIDAD DE ARREPENTIRSE
ESTA IMPLÍCITA EN LOS EVANGELIOS Reconozcamos que a pesar de muchos esfuerzos, nos tentamos en caer en el pecado. Admitamos que auque reconocemos el llamado a vivir bajo las enseñanzas de los evangelios, le desobedecemos, aceptar esto de corazón, será agradable a Dios, y El Será misericordioso con nosotros, expresión total de bondad, El será amable con nosotros, y nos guiara amorosamente al arrepentimiento. La voluntad de Dios, es salvarnos, para ello debemos arrepentirnos.

Jesús nos predicó el arrepentimiento en todas partes. Del mismo modo sano a muchos. Muchos se acercaron Jesús y fueron sanados. Cuando nos sentimos enfermos, muy rápidamente le pedimos a Jesús que nos sane, pero cuando se hace necesario pedir el arrepentimiento, vamos lentos. En otras palabras; ¿Por qué somos tan rápidos para pedirle a Jesús y tan lentos para darle?

Cuando el Señor nos pide el arrepentimiento, lo hace para salvarnos, para que podamos ser libres, para que glorifiquemos su nombre. El pecado tiene sus penas y el arrepentimiento sus alegrías. En efecto, el pecado es aflicción y dolor en el alma, el arrepentimiento es gozo. Pablo nos dice; “Ahora me gozo, no porque Hayáis sentido tristeza, sino porque fuisteis entristecidos hasta el arrepentimiento; pues habéis sido entristecidos Según Dios, para que Ningún daño sufrierais de nuestra parte. Porque la tristeza que es Según Dios genera arrepentimiento para Salvación, de que no hay que lamentarse; (2 Co 7, 9-10). El Beneficio fue producido por el arrepentimiento, la salvación y liberación del mal.

Dios no quiere que sintamos sentimiento de pena y lástima por la desgracia de nosotros mismos. En lugar de eso quiere bendecirnos y recompensarnos cuando le respondemos por medio del arrepentimiento, si lo hacemos seremos liberados y entraremos en el gozo de nuestra salvación.

Dios Padre nos ama, Dios Hijo nos ama, por eso nos llama al arrepentimiento. Aceptemos este llamado del Señor, el sabe que luchamos para arrepentirnos, el nos ayudara con su gracia. El arrepentimiento es una decisión de fe en la salvación que nos trajo Jesús. ¿El Beneficio?, la vida eterna, el acceso al Reino de los Cielos

martes, 24 de agosto de 2010

DESAPRUEBA y JUZGA

hombre impío APRUEBA y APLAUDE la conducta pecaminosa, pero en Romanos 2:1, el hombre moral DESAPRUEBA y JUZGA la conducta pecaminosa.

El hombre moral condena al otro por su conducta pecaminosa, pero puesto que él es culpable de la misma cosa, él está, en efecto, condenándose a sí mismo. Este principio puede ilustrarse de tres maneras:
Judá (Génesis 38:12-26). ¿Judá pronunció un juicio sobre alguien (v.24)? ¿Era Judá culpable de lo mismo? ¿Judá quedó silenciado, sin excusa y sin nada que decir (v.26)? Al condenarla a ella, ¿se condenó a sí mismo?


David (2 Samuel 12:1-9 y ver 2 Samuel 11 para el contexto). ¿David pronunció un juicio sobre alguien (2 Samuel 12:5-6)? Al emitir ese juicio, ¿se estaba en realidad condenando a sí mismo (v.7)? ¿David se vio forzado a admitir su culpa (v.13)?


Juan 8:1-11. Estos judíos emitieron un juicio sobre una mujer culpable, pero luego se dieron cuenta que ella no era la única culpable. Estos hombres religiosos y morales tuvieron que retirarse sin decir palabra. EL PRINCIPIO: la razón por la cual reconocemos tan fácilmente el pecado en otros es porque lo vemos tanto en nosotros mismos. Cuando levantamos nuestro dedo acusador sobre alguien, hay tres dedos que señalan hacia el acusador.

martes, 13 de abril de 2010

No dé motivo alguno

No dé motivo alguno

Si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois.

1 Pedro 3:14

No es probable pero, según el apóstol Pedro, hay una remota posibilidad de que usted sufra por ser justo. En realidad, muchos cristianos sufrieron por su obediencia a Cristo en la iglesia primitiva, pero otros sufrieron por su desobediencia. Cuando un cristiano desobedece la Palabra de Dios, el mundo siente una mayor justificación y una mayor libertad para la hostilidad. Ni los cristianos consagrados deben sorprenderse ni temer cuando el mundo los trata con hostilidad.

La pasión por hacer el bien no es ninguna garantía contra la persecución. El hacer lo bueno reduce esa probabilidad. Nadie hizo más bien que Jesús, pero un mundo adverso finalmente lo mató. No obstante, usted debe vivir de modo que los críticos no tengan justificación alguna para acusarlo de nada. Un temor que ayuda

Ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.

Isaías 8:12-13

En la época del profeta Isaías, Acaz rey de Judá se enfrentó a una crisis en la inminente invasión del ejército asirio. Cuando Acaz se negó a hacer alianza con los reyes de Israel y Siria contra Asiria, también amenazaron con invadir Judá. Entre bastidores Acaz se había aliado con Asiria. Isaías advirtió a Acaz contra esa alianza impía, pero le dijo que no temiera. El rey solamente debía temer al Señor y no preocuparse.

En igual sentido, un cristiano no ha de estremecerse por ninguna hostilidad que lo amenace. El temor al Señor lo ayudará a afrontar con valor la oposición y a ver el sufrimiento como una oportunidad de bendiciones espirituales, no como una oportunidad de comprometer su fe delante del mundo que cree.

Consagrarse al Señor ante la persecución exige que la mente y los afectos se concentren en los valores eternos, no en los terrenales. Si usted se preocupa por los bienes, los placeres y la popularidad, temerá los ataques del enemigo. Pero si tiene puesta su mirada en el cielo, se regocijará cuando tenga que pasar por pruebas.

jueves, 14 de enero de 2010

Mateo 8

Mateo 8 -

CAPÍTULO 8
Versículos 1. Multitudes siguen a Cristo. 2-4. Sana a un leproso. 5-13. Sanidad del siervo de un centurión. 14-17. Sanidad de la suegra de Pedro. 18-22. La promesa entusiasta del escriba. 23-27. Cristo en una tempestad. 28-34. Sana a dos endemoniados.

V. 1.Este versículo se refiere al final del sermón anterior. Aquellos a quienes Cristo se ha dado a conocer, desean saber más de Él.

Vv. 2-4. En estos versículos tenemos el relato de la limpieza de un leproso hecha por Cristo; el leproso se acercó a Él y lo adoró como a Uno investido de poder divino. Esta purificación no sólo nos guía a acudir a Cristo, que tiene poder sobre las enfermedades físicas, para la sanidad de ellas; también nos enseña la manera de apelar a Él. Cuando no podemos estar seguros de la voluntad de Dios, podemos estar seguros de su sabiduría y misericordia. Por grande que sea la culpa, en la sangre de Cristo hay aquello que la expía; ninguna corrupción es tan fuerte que no haya en su gracia lo que puede someterla. Para ser purificados debemos encomendarnos a su piedad; no podemos demandarlo como deuda; debemos pedirlo humildemente como un favor.
Quienes por fe apelan a Cristo por misericordia y gracia, pueden estar seguros de que Él les está dando libremente la misericordia y la gracia que ellos así procuran. Benditas sean las aflicciones que nos llevan a conocer a Cristo, y nos hacen buscar su ayuda y su salvación.
Quienes son limpios de su lepra espiritual, vayan a los ministros de Cristo y expongan su caso, para ser aconsejados, consolados y para que oren por ellos.

Vv. 5-13.Este centurión era pagano, un soldado romano. Aunque era soldado, no obstante, era un buen hombre. Ninguna vocación ni posición del hombre será excusa para la incredulidad y el pecado. Véase cómo expone el caso de su siervo. Debemos interesarnos por las almas de nuestros hijos y siervos, espiritualmente enfermos, que no sienten los males espirituales, y no conocen lo que es espiritualmente bueno; debemos llevarlos a Cristo por fe y por la oración.
Obsérvese su humillación. Las almas humildes se hacen más humildes por la gracia de Cristo en el trato con ellos. Obsérvese su gran fe. Mientras menos nos fiemos de nosotros mismos, más fuerte será nuestra confianza en Cristo. Aquí el centurión le reconoce mando con poder divino y pleno sobre todas las criaturas y poderes de la naturaleza, como un amo sobre sus siervos. Este tipo de siervos debemos ser todos para Dios; debemos ir y venir, conforme a los mandatos de su palabra y las disposiciones de su providencia.
Pero cuando el Hijo del Hombre viene, encuentra poca fe, por tanto, halla poco fruto. Una profesión externa hace que se nos llame hijos del reino, pero si descansamos en eso, y nada más podemos mostrar, seremos desechados.
El siervo obtuvo la sanidad de su enfermedad y el amo obtuvo la aprobación de su fe. Lo que se le dijo a él, se dice a todos: Cree y recibirás; sólo cree. Véase el poder de Cristo y el poder de la fe. La curación de nuestras almas es, de inmediato, el efecto y la prueba de nuestro interés en la sangre de Cristo.

Vv. 14-17.Pedro tenía una esposa aunque era apóstol de Cristo, lo que demuestra que aprobaba el estado del matrimonio, siendo bondadoso con la madre de la esposa de Pedro. La iglesia de Roma, que prohíbe que sus ministros se casen, contradice a este apóstol, sobre el cual tanto se apoyan. Tenía a su suegra consigo en su familia, lo que es ejemplo de ser bueno con nuestros padres. En la sanidad espiritual, la Escritura dice la palabra, el Espíritu da el toque, toca el corazón, toca la mano. Aquellos que se recuperan de una fiebre suelen estar débiles por un tiempo; pero para mostrar que esta curación estaba por sobre el poder de la naturaleza, la mujer estuvo tan bien que de inmediato se dedicó a los quehaceres de la casa.
Los milagros que hizo Jesús fueron publicados ampliamente, de modo que muchos se agolparon viniendo a Él, y sanó a todos los que estaban enfermos, aunque el paciente estuviera muy débil y el caso fuera de lo peor. Muchas son las enfermedades y las calamidades del cuerpo a las que estamos propensos; y hay más en esas palabras del evangelio que dicen que Jesucristo llevó nuestras enfermedades y nuestros dolores, para sostenernos y consolarnos cuando estamos sometidos a ellos, que en todos los escritos de los filósofos. No nos quejemos por el trabajo, el problema o el gasto al hacer el bien al prójimo.

Vv. 18-22.Uno de los escribas se apresuró a prometer; se dice cercano seguidor de Cristo. Parece muy resuelto. Muchas decisiones religiosas son producidas por una súbita convicción de pecado, y asumidas sin una debida reflexión; estas llegan a nada. Cuando este escriba ofreció seguir a Cristo, se podría pensar que Jesús debió sentirse animado; un escriba podía dar más crédito y servicio que doce pescadores; pero Cristo vio su corazón, y respondió a sus pensamientos, y, enseña a todos cómo ir a Cristo. Su resolución parece surgir de un principio mundano y codicioso; pero Cristo no tenía dónde reclinar su cabeza, y si él lo seguía, no debía esperar que le fuera mejor. Tenemos razón para pensar que este escriba se alejó.
Otro era demasiado lento. La demora en hacer es, por un lado, tan mala como la prisa para resolver por el otro. Pidió permiso para ocuparse de enterrar a su padre, y luego se pondría al servicio de Cristo. Esto parecía razonable aunque no era justo. No tenía celo verdadero por la obra. Enterrar al muerto, especialmente a un padre muerto, es una buena obra, pero no es tu obra en este momento. Si Cristo requiere nuestro servicio, debe cederse aun el afecto por los parientes más cercanos y queridos, y por las cosas que no son nuestro deber. A la mente sin disposición nunca le faltan las excusas. Jesús le dijo: Sígueme, y, sin duda, salió poder con esta palabra para él como para los otros; siguió a Cristo y se aferró de Él. El escriba dijo, yo te seguiré; a este otro hombre Cristo le dijo: Sígueme; comparándolos, se ve que somos llevados a Cristo por la fuerza de su llamado personal, Romanos ix, 16.

Vv. 23-27.Consuelo para quienes se hacen a la mar en barcos, y suelen peligrar allí, es reflexionar que tienen un Salvador en quien confiar y al cual orar, que sabe qué es estar en el agua y estar en tormentas. Quienes están pasando por el océano de este mundo con Cristo, deben esperar tormentas.
Su naturaleza humana, semejante a nosotros en todo, pero sin pecado, estaba fatigada y se durmió en ese momento para probar la fe de sus discípulos. Ellos fueron a su Maestro en su temor. Así es en el alma; cuando las lujurias y las tentaciones se levantan y rugen, y Dios está, al parecer, dormido a lo que ocurre, esto nos lleva al borde de la desesperación. Entonces, se clama por una palabra de su boca: Señor Jesús, no te quedes callado o estoy acabado. Muchos que tienen fe verdadera son débiles en ella. Los discípulos de Cristo eran dados a inquietarse con temores en un día tempestuoso; se atormentaban a sí mismos con que las cosas estaban mal para ellos, y con pensamientos desalentadores de que vendrá algo peor. Las grandes tormentas de la duda y temor en el alma, bajo el poder del espíritu de esclavitud, suelen terminar en una calma maravillosa, creada y dirigida por el Espíritu de adopción.
Ellos quedaron estupefactos. Nunca habían visto que una tormenta fuera de inmediato calmada a la perfección. El que puede hacer esto, puede hacer cualquier cosa, lo que estimula la confianza y el consuelo en Él, en el día más tempestuoso de adentro o de afuera, Isaías xxvi, 4.

Vv. 28-34.Los demonios nada tienen que ver con Cristo como Salvador; ellos no tienen ni esperan ningún beneficio de Él. ¡Oh, la profundidad de este misterio del amor divino: que el hombre caído tenga tanto que ver con Cristo, cuando los ángeles caídos nada tienen que ver con Él! Hebreos ii, 16. Seguramente que aquí sufrieron un tormento, al ser forzados a reconocer la excelencia que hay en Cristo, y aún así, no tener parte con Él. Los demonios no desean tener nada que ver con Cristo como Rey . Véase qué lenguaje hablan quienes no tendrán nada que ver con el evangelio de Cristo. Pero no es verdad que los demonios no tengan nada que ver con Cristo como Juez , porque tienen que ver, y lo saben; así es para con todos los hijos de los hombres.
Satanás y sus instrumentos no pueden ir más allá de lo que el Señor permita; ellos deben dejar la posesión cuando Él manda. No pueden romper el cerco de protección en torno a su pueblo; ni siquiera pueden entrar en un cerdo sin su permiso.
Recibieron el permiso. A menudo Dios permite, por objetivos santos y sabios, los esfuerzos de la ira de Satanás. Así, pues, el diablo apresura a la gente a pecar; los apura a lo que han resuelto en contra, de lo cual saben que será vergüenza y pena para ellos: miserable es la condición de los que son llevados cautivos por él a su voluntad.
Hay muchos que prefieren sus cerdos al Salvador y, así, no alcanzan a Cristo y la salvación por Él. Ellos desean que Cristo se vaya de sus corazones, y no soportan que Su Palabra tenga lugar en ellos, porque Él y su palabra destruirían sus concupiscencias brutales, eso que se entrega a los cerdos como alimento. Justo es que Cristo abandone a los que están cansados de Él; y después diga: Apartaos, malditos, a quienes ahora le dicen al Todopoderoso: Véte de nosotros.

martes, 29 de diciembre de 2009

Exodos 15

Exodos 15 -

CAPÍTULO 15
Versículos 1-21. El cántico de Moisés por la liberación de Israel. 22-27. Las aguas amargas de Mara-Los israelitas llegan a Elim.

Vv. 1-21.Este cántico es el más antiguo que conocemos. Es un cántico santo para el honor de Dios, para exaltar su nombre y celebrar su alabanza y solamente la suya pues en lo más mínimo magnifica a ningún hombre. La santidad al Señor está en cada parte suya. Puede ser considerado como tipo y profecía de la destrucción final de los enemigos de la iglesia.
Dichosos aquellos cuyo Dios es el Señor. Ellos tienen trabajo para hacer, tentaciones con las cuales contender y aflicciones que soportar y en sí mismos son débiles pero su gracia es la fortaleza de ellos. A menudo están apenados pero en Él tienen consuelo; Él es el cántico de ellos. El pecado y la muerte y el infierno los amenazan pero Él es y será la salvación de ellos. El Señor es un Dios todopoderoso y ¡ay de aquellos que luchan con su Hacedor! Él es un Dios de incomparable perfección; Él es glorioso en santidad; su santidad es su gloria. Su santidad se muestra en el odio del pecado y su ira contra los pecadores obstinados. Se ve en la liberación de Israel y su fidelidad a su propia promesa. Él es temible en alabanzas; aquello que es materia de alabanza para los siervos de Dios, es muy espantoso para sus enemigos. Él está obrando prodigios , cosas fuera del curso corriente de la naturaleza; maravillas para aquellos en cuyo favor son hechas, que son tan indignos que no tenían razón para esperarlas. Hubo prodigios de poder y prodigios de gracia; en ambos Dios era para ser humildemente adorado.

Vv. 22-27.En el desierto de Shur los israelitas no tuvieron agua. En Mara tuvieron agua pero era amarga de modo que no pudieron beberla. Dios puede hacernos amargo eso que más nos prometamos a nosotros mismos y, a menudo lo hace así en el desierto de este mundo, para que nuestras carencias y desengaños en la criatura nos lleven al Creador en cuyo solo favor puede tenerse consuelo verdadero.
En su malestar la gente se afanó y peleó con Moisés. Los hipócritas pueden mostrar mucho afecto y parecer fervorosos en los ejercicios religiosos pero caen en el momento de la tentación. Aun los creyentes verdaderos será tentados, en momentos de aguda prueba, a afanarse, desconfiar y rezongar. Pero en cada prueba debemos echar nuestra preocupación sobre el Señor y derramar nuestros corazones ante Él. Entonces hallaremos que una voluntad sumisa, una conciencia pacífica y los consuelos del Espíritu Santo volverán soportable a la prueba más amarga, hasta agradable, sí.
Moisés hizo lo que el pueblo había descuidado hacer; él clamó al Señor. Dios proveyó bondadosamente para ellos. Él dirigió a Moisés hacia un árbol que arrojó a las aguas que, de inmediato, fueron endulzadas. Algunos hacen de este árbol un tipo de la cruz de Cristo que endulza las aguas amargas de la aflicción para todos los fieles y les capacita para regocijarse en la tribulación. Pero el israelita rebelde no saldrá mejor librado que el egipcio rebelde. La amenaza es solamente implícita, la promesa es explícita. Dios es el gran Médico. Si somos bien conservados, es Él que nos mantiene; si somos mejorados, Él es quien nos recupera. Él es nuestra vida y el largo de nuestros días. No olvidemos que somos preservados de la destrucción y librados de nuestros enemigos para ser los siervos del Señor.
En Elim tuvieron agua buena y suficiente. Aunque por un tiempo Dios puede ordenar que su pueblo acampe al lado de las aguas amargas de Mara, esa no será por siempre su suerte. No desfallezcamos en las tribulaciones.

jueves, 16 de julio de 2009

Muestre diligencia


Muestre diligencia

En lo que requiere diligencia, no perezosos.

Romanos 12:11

La diligencia se aplica a todo lo que usted hace en su vida cristiana. Cualquier cosa que se haga en el servicio del Señor es digna de entusiasmo y cuidado.

Jesús sabía que su tiempo de ministerio terrenal era limitado y que tenía que aprovechar cualquier oportunidad para servir a su Padre celestial. También nosotros tenemos que hacer "las obras... entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar" (Jn. 9:4). Y otros cristianos sin duda apreciaran nuestras diligentes buenas obras, como exhortó Pabl "Hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gá. 6:10). No hay lugar para el letargo

Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas.

Eclesiastés 9:10

No hay lugar para el letargo en la vida cristiana. Tal actitud no solo impide que usted haga lo bueno, sino que a veces significa que en realidad ha permitido que prospere el mal. Para que florezca la mala hierba, lo único que tiene que hacer el jardinero es dejar solo el jardín.

El autor de Hebreos se refirió a la recompensa que Dios tiene para quienes le sirven asiduamente: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún" (He. 6:10).

sábado, 14 de febrero de 2009

devocional. Un distintivo del cristiano

Un distintivo del cristiano Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados. 1 Juan 1:9 El apóstol Juan escribió su primera epístola para definir la diferencia entre un cristiano y un incrédulo. Nuestro versículo de hoy indica que la confesión caracteriza al primero. El versículo siguiente dice: "Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso" (v. 10). Los hombres no regenerados niegan su pecado, pero los cristianos aceptan la responsabilidad por el pecado y lo confiesan. La confesión de pecado no tiene lugar solamente en la salvación. Continúa, como la fe, durante toda la vida de un creyente. La disposición de confesar el pecado es parte del modelo de vida que caracteriza a todos los creyentes. Ese modelo también incluye el amor (1 Jn. 3:14), la separación del mundo (2:15), y la enseñanza por el Espíritu Santo (2:27). Desde luego que hay varios grados de confesión, a veces no hacemos una confesión tan completa como debiéramos, pero un verdadero creyente finalmente reconoce su